Concienciar sobre el TDAH
Mientras muchos intentamos que se reconozcan las dificultades reales de vivir con este trastorno —en la escuela, en el trabajo, en la sociedad—, otros trivializan el problema y siembran la sospecha de que el TDAH es, en el fondo, una cuestión de voluntad
Sobre este blog
No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda aretarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión.Nuria del Saz yMariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com
Con motivo del día de concienciación del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), las redes se han llenado de rostros, historias y confesiones. Personas que, sin tapujos, cuentan cómo es vivir con un cerebro que nunca descansa del todo. Y qué bien que así sea. La visibilización cuando nace de la experiencia real no solo informa: humaniza y educa.
Durante demasiado tiempo el TDAH ha sido un diagnóstico mal entendido, a menudo reducido al tópico del niño inquieto o del adulto despistado. Por eso resulta tan valioso que quienes lo viven en primera persona tomen la palabra y la pantalla. Sus vídeos, tan espontáneos como honestos, logran lo que no consiguen los manuales ni los informes: mostrarnos la cotidianeidad del esfuerzo invisible.
Porque el TDAH no desaparece con la edad ni se cura con disciplina. Acompaña siempre, aunque con los años se aprenda a convivir con él.
































