Abstract
En este artículo recuperamos algunos sentidos del filosofar y de la filosofía que consideramos fecundos para la comprensión de la práctica de la filosofía con infancias (FcI). Sostenemos la necesidad de revisitar la pregunta por la filosofía misma, así como algo de la historia de esta disciplina que nos ayude a identificar cuáles versiones de ella se ponen, o podrían poner, en juego en la práctica de la FcI. Así, apareció la necesidad de dar cuenta de la propuesta de filosofía extramuros (Ferraro, 2018), por lo que ensayaremos una vinculación con una idea de Jacques Derrida sobre el derecho humano a la filosofía o al filosofar. Luego, recuperaremos la hipótesis foucaultiana del “momento cartesiano” como bifurcación entre el camino de la filosofía y el de la espiritualidad (Foucault, 2006) y se complementará con el estudio realizado por Pierre Hadot (2006) sobre los ejercicios espirituales de las escuelas filosóficas de la Antigüedad grecolatina. En tercer lugar, problematizaremos el carácter androcentrado de la disciplina filosófica (Alvarado, 2017) en relación con el adultocentrismo de la misma. Desde la mirada de los feminismos, se lucha por visibilizar el sesgo androcéntrico del discurso académico. La filosofía como disciplina no es la excepción, ya que, a medida que se ha ido afianzando como disciplina académica, ha generado –como contracara– otredades y exclusiones. Sumado a esto, podríamos intentar advertir el sesgo adultocéntrico que ha tenido nuestra disciplina desde sus comienzos y contra el que se podría decir que la FcI se inscribe. Teniendo en cuenta estos enfoques teóricos, intentaremos pensar si la FcI puede ser un espacio-tiempo extramuros reparador de las exclusiones generadas desde la disciplina filosófica.