La idea encontró amplia acogida. Don Menandro Saldías, y don Ludovino Jerez aceptaron entusiasmados. Eran el Jefe de la estación y el dueño de la botica, respectivamente. Por el camino encontraron a Baltasar Pedregal, el valijero que transportaba la correspondencia a las minas de Lolén. Como tenía unas chiquillas muydijes, lo cual era de gran importancia para después de la comida, por acuerdo unánime fué también propuesto para formar parte de los manifestantes. En total, ocho personas dispuestas a divertirse.Luis Durand.Mercedes Urízar. Editorial: Lom Ediciones. 1962.