«Un hombre es como unárbol: en un bosque de iguales crecerá tan recto como su naturaleza individual y genérica lo permita; solo en campo abierto, cede a las tensiones y torsiones deformantes que lo rodean».[4]
«Yo he seguido tus pasos en el viejobosque, arrebatados tras la corza rápida, y los ágiles músculos rosados de tus piernas silvestres entre verdes ramas».[6]
«Y yo sentí el aroma de losbosques errantes, hallé la miel oscura que conocí en laselva, y toqué en tus caderas los pétalos sombríos que nacieron conmigo y construyeron mi alma».[7]
«En esto, y en suspirar y en llamar a los faunos y silvanos de aquellosbosques, a las ninfas de los ríos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenía, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvía; que, si como tardó tres días, tardara tres semanas, el Caballero de la Triste Figura quedara tan desfigurado que no le conociera la madre que lo parió».[8]
Ortega, Arturo (2013).El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México.ISBN 6073116314, 9786073116312.En Google Libros.