Los «zapatos colgantes» provienen del acto de colgarzapatos en líneas deteléfonos,electricidad yárboles, entre otros lugares. Los zapatos son lanzados amarrados por loscordones y se enredan, quedando colgados y expuestos.[1][2]
Actualmente, la práctica se atribuye enEstados Unidos (llamada eninglés:shoe tossing) a una moda dearte callejero o como una manera de «marcar» territorios depandilleros o deventa de drogas. Con los años, esta práctica de lanzar los zapatos se ha extendido desde los Estados Unidos hacia otros paísesamericanos, como lo sonColombia,Brasil,México,Canadá,Ecuador,Perú,Uruguay,Argentina,Chile yCuba. Gracias a la proliferación deInternet, también se ha expandido esta práctica haciapaíses europeos comoAlemania,Gran Bretaña oEspaña. Se señala además que también, entre las prácticas anteriormente mencionadas, es utilizada por los pandilleros para conmemorar a uno de sus miembros el cual fueasesinado, o simplemente para delimitar su territorio o señalar las zonas en las que es fácil el acceso para llevar a caborobos u otros crímenes; todo depende del tipo de calzado que se utilice.[3]
Además de estas interpretaciones, muchos apuntan a que esta práctica puede estar también relacionada con el final de los estudios o con un futuromatrimonio. Por otra parte, muchosjóvenes siguen esta tendencia para anunciar a sus amigos la primerarelación sexual. Otras explicaciones señalan a esta tendencia como una práctica llevada a cabo por simple aburrimiento o incluso para deshacerse de zapatos viejos y desgastados, o como mera decoración. En cualquier caso, está claro que este fenómeno ha dado lugar a las más diversasleyendas urbanas.[4]
En algunas zonas comoNueva Zelanda, el fenómeno de los zapatos colgantes se ha convertido en undeporteamateur. En algunaszonas rurales, losagricultores compiten para lanzar lasbotas ozapatos lo más lejos o alto posible.
Cecil Adams señala que cuando estaba en lamilicia, lossoldados solían pintar sus botas decolores cuando estaban por regresar a la vida normal, lanzándolas posteriormente a los tendidos eléctricos.[5]
Otraleyenda peculiar sostiene que loszapatos que se cuelgan pertenecen a personas recientementefallecidas, para informar de que alguien ha muerto en elseno familiar. Así, cuando su espíritu sereencarne, éste podrá estar más cerca delcielo.[6]
También existe la práctica delshoefiti —término que es un juego de palabras entreshoe (zapato eninglés) ygrafiti—, que consiste en adornar lascalles con los zapatos creando composiciones o juegos de colores, aunque también pueden ser prendas de ropa.Berlín es un centro deshoefiti.[7][8]
La práctica de colgartenis en cables puede verse en distintas ciudades deMéxico, y se le asocia a la frase popular «ya colgó los tenis», la cual hace alusión a la muerte de una persona.[9] Según el cronista de laCiudad de MéxicoArmando Ramírez, esta frase ha ido cambiando con el tiempo, pues en los años 50 y 60 la gente decía «colgó los zapatos», pues elcalzado deportivo aún no era popular. En aquella época, en el barrio deTepito, la gente colgaba los zapatos de los difuntos en los cables frente a su casa, como un anuncio para losvecinos. Sin embargo, la práctica fue cambiando, cuando lasbandas rivales colgaban los zapatos de las personas a las que mataban, como señal devenganza.[10]