El Viejo Mundo consiste en aquellas partes de laTierra que eran conocidas por las culturas euroasiáticas y africanas antes de los viajes deCristóbal Colón:Europa,Asia,África y las islas circundantes. El término es el opuesto aNuevo Mundo, que da a entender aAmérica,Oceanía y laAntártida.
Aunque el interior de Asia y África no habían sido explorados por los europeos de entonces, se sabía de su existencia, hastaJapón ySudáfrica. De esta manera, estos también son considerados Viejo Mundo.
En acepción biológica, los organismos del Viejo Mundo son aquellos que se encuentran en Eurasia y África, mientras que los organismos del Nuevo Mundo son aquellos encontrados en América. La distinción entre Viejo y Nuevo Mundo también se aplica a losvinos,[1] en la que se identifica con el primero a las regiones tradicionales que cultivan vino y a los vinos producidos allí. Los vinos del Viejo Mundo se producen a partir de vides muy cuidadas y con estándares de producción elevados. Se les aplicadenominaciones de origen según el país (comoOporto,Champán oRioja). Las técnicas de cultivo delNuevo Mundo fueron introducidas por los inmigrantes a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Se utilizan marcas emblemáticas para cada país como elTannat enUruguay.[2]
Estas regiones estaban conectadas a través de la ruta comercial de laRuta de la seda, y tienen un período deEdad del Hierro pronunciado después de laEdad del Bronce. En términos culturales, la Edad de Hierro estuvo acompañada por la llamada "Era Axial", que se refiere a desarrollos culturales, filosóficos y religiosos que finalmente condujeron al surgimiento del Occidente histórico (helenismo, "clásico"), oriental (zoroástrico y abrahámico) y lejano. Además de incluir esferas culturales orientales como el hinduismo, budismo, jainismo, confucianismo o taoísmo.