Lateocracia (delgriego θεός [theós], ‘dios’ y κράτος [kratos],‘poder’, ‘gobierno: «gobierno de Dios») es laforma de gobierno donde losadministradores estatales coinciden con los líderes de lareligión dominante, y las políticas de gobierno son idénticas o están muy influidas por los principios de la religión dominante. Generalmente, el gobierno afirma mandar en nombre de la divinidad, tal como especifica la religión local.
ElDRAE definía «teocracia» como el «gobierno ejercido directamente por Dios», y en una segunda acepción: «Sociedad en que la autoridad política, considerada emanada de Dios, se ejerce por sus ministros».[2] En la edición de 2014, escindió esa segunda acepción en dos, ampliando esa posibilidad de ejercicio al indicar que «es ejercida directa o indirectamente por un poder religioso, como unacasta sacerdotal o unmonarca»; e introduciendo como tercera acepción la posibilidad de denominar «teocracia» al país que tiene esta forma de gobierno.[2]
La utilización más antigua registrada del término «teocracia» se encuentra en el historiador judeo-romanoFlavio Josefo, quien aparentemente la acuña al explicar a los lectores gentiles la organización de la comunidad judía de su época (el siglo I). Al contraponer esta con las formas de gobierno definidas por los griegos clásicos —monarquías, oligarquías y repúblicas— añade: «Nuestro legislador [Moisés] no tuvo en cuenta ninguna de estas formas, sino que ordenó nuestro gobierno a lo que, con expresión forzada, podría llamarse una teocracia [theokratian], al atribuir el poder y la autoridad a Dios, y persuadir a todo el pueblo de que lo tuviera en cuenta como autor de todas las cosas buenas» (Contra Apión, libro II, 17).[3]
Han existido y existen muchos tipos de teocracias o pseudo-teocracias, algunos definidos con términos comohierocracia (dehieros -«sagrado»-),eclesiocracia (deecclesia -«iglesia»-) oepiscopocracia (deepiscopus -«obispo»-).[6] Para designar la forma en la que algunosregímenes constitucionales adoptan rasgos teocráticos se ha propuesto el concepto de «teocracia constitucional».[7]
Elclericalismo es la «influencia excesiva del clero en los asuntos políticos» o la «marcada afección y sumisión al clero y a sus directrices»;[8] que, cuando afecta a las autoridades civiles significa una teocracia o hierocracia en la práctica. El concepto contrario es elanticlericalismo; que, cuando se ejerce sistemáticamente desde el gobierno puede significar una verdadera persecución religiosa.
Los sistemas teocráticos más antiguos serían lassociedades tribalesprimitivas donde, en muchos casos, elchamán se sobreponía a lasjefaturas o bien ejercía un doble rol como líder espiritual y jefe tribal él mismo. Un sistema similar, ya concasta sacerdotal (loslevitas) es el que aparece descrito en elPentateuco (los libros bíblicos atribuidos aMoisés por inspiración divina que contienen las leyes dictadas porYahvé y reflejan la civilización delAntiguo Israel), donde losreyes de Israel aparecen como una institución posterior.
La dualidad del poder político y religioso aparece indisociablemente unida al nacimiento del Estado en lasprimeras civilizaciones. En las ciudadessumerias se expresaba en distintos edificios, instituciones y funciones detemplo ypalacio (en,ensi,patesi,lugal, etc.), que se desarrollaron por lascivilizaciones mesopotámicas.[9] Elfaraón en elantiguo Egipto era, a la vez, sacerdote y representante de los dioses o dios él mismo; pero la teocracia de lossacerdotes egipcios se impuso en determinados momentos de la prolongada historia de esta civilización (por ejemplo, en elperiodo amarniense).[10] Lareligión griega antigua era ajena a la existencia de un dogma o de un clero diferenciado,[11] y los cargos políticos mantenían funciones religiosas (particularmente el debasileus); laanfictionía permitía la unidad de las antiguaspolis griegas en torno a unos santuarios comunes. La conquista del Próximo Oriente por elimperio de Alejandro incorporó los usos sacrales de las monarquías persa y egipcia (como laproskinesis), no sin escándalo. Elemperador romano, entre cuyos cargos estaban los sacerdotales comoPontifex Maximus, terminó por asimilarse a la tradición divinizadora de lamonarquía helenística.
Incluso en elImperio bizantino se dio un espacio, elmonte Athos, cuyo gobierno se ejercía directamente por los monjes, sin interferencias del poder político (república monástica).[13] A los territorios donde elmonacato (tanto el oriental como el occidental) tuvo una especial importancia por su influencia social y política (que llegaba a veces a una independencia de hecho) se les denominaba genéricamente «tebaidas», por simitud con laTebaida egipcia habitada por los «Padres del Desierto» (véase, por ejemplo, laTebaida berciana en la Hispania tardorromana y visigoda desde el siglo IV,Montecassino -San Benito, desde 529-, elMonte Sinaí -siglo VI-, elmonasterio de Vivarium -fundado porCasiodoro a mediados del siglo VI-, losmonasterios irlandeses -siglosVI aVIII-,Cluny -909-,Chartreuse,San Bruno, 1084-,Citeaux -1098-, etc.) La existencia de comunidades monásticas aisladas en territorios alejados, o con los que se había perdido contacto, dio origen a los mitos delPreste Juan o deSan Borondón, que, siglos más tarde, se creía seguían rigiendo teocráticamente extensos reinos africanos o asiáticos o islas atlánticas.
El establecimiento de unasociedad estamental en elfeudalismo otorgaba alclero unas destacadas funciones económicas, sociales, políticas e ideológicas. Desde el siglo XII lasórdenes militares (instituciones que se rigen mediante reglas religiosas y cuyos miembros tienen la consideración de «mitad monjes mitad soldados») gobernaron por sí mismas algunos territorios en Próximo Oriente (Estados cruzados), Europa Oriental (Orden Teutónica) y algunas islas del Mediterráneo (Soberana Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, que incluso tras perder su último territorio mantuvo su consideración de Estado extaterritorial reconocido internacionalmente).
El monjeSavonarola estableció un régimen teocrático en Florencia, desplazando a losMédici, entre 1494 y 1498.
La administración por parte deórdenes religiosas de algunos territorios de laAmérica española fue vista por sus detractores como una verdadera teocracia, independiente en la práctica de la Monarquía Hispánica, especialmente lasreducciones jesuíticas del Paraguay (en territorio de las actuales Argentina, Paraguay y Brasil, hastasu expulsión a mediados del siglo XVIII). En el caso de lacolonización inglesa de América se ha visto en la deNueva Inglaterra por parte de grupospuritanos («padres peregrinos», desde elMayflower, 1620);[14] aunque la organización político-social de unos y otros y su relación con la población indígena fueran completamente diferentes. En distintos lugares se han asentado comunidades que pretenden mantenerse «puras» a través del aislamiento del resto del mundo y del gobierno interno mediante estrictos criterios religiosos: losmormones en Utah a mediados del siglo XIX (Guerra de Utah), losmenonitas oamish y muchas otras denominaciones habitualmente calificadas comosectas.
El racionalismo de la hierocracia había surgido a partir de la actividadprofesional en elculto y losmitos y, en grado superior, en lacura de almas (confesión y consejo a pecadores). Éste siempre buscaba monopolizar la concesión del bien de lasalvación. Se trataba de convertirlo en «gracia sacramental» o «gracia insitucional», a la que el individuo no podía llegar por sí solo, sino que requería los ritos de la hierocracia. Es más, se consideraba altamente sospechoso que el individuo o la comunidad libre buscasen la salvación por sí solos, mediante lacontemplación, laorgía o elascetismo. Evidentemente, ahí estaba en juego el poder de la propia hierocracia, que había de reglamentar los ritos y controlarlos de forma hierocrática.[16]
André Lalande, en su clásicoVocabulaire Technique et Critique de la Philosophie, definió «teocracia» como el «gobierno ejercido por una casta sacerdotal»; y, en apoyo de tan restrictiva definición, llamó a colación tan solamente el texto delCatéchisme Positiviste deA. Comte: «La teocracia... reposa sobre dos instituciones conexas, la heredabilidad de las profesiones, cualesquiera que sean, y la universal preponderancia de lacasta sacerdotal». En el mismo sentido seguirán N. Abbagnano y, ya en menor escala,The Oxford English Dictionary yDizionario Ecclesiastico de A. Mercati y A. Pelzer (Turín, 1958)...Dizionario de Politica deN. Bobbio (Turín, 1983): «se designa con el término de teocracia un ordenamiento político en el que el poder es ejercido, en nombre de una autoridad divina, por hombres que se dicen sus representantes en la tierra si no directamente su encarnación. Carácter recurrente del sistema teocrático es la preeminencia recurrente en él de lajerarquía sacerdotal... La teocracia se traduce así en hierocracia». Entre otros Mc Grade, G. Pilot y sobre todo Ullmann consagran definitivamente la palabra hierocracia como un término técnico con un significado preciso.W. Ullmann en una de sus obras insiste con frecuencia y rigor en la distinción entre hierocracia y teocracia, mientras que en otro libro suyo igualmente clásico, el término teocracia se ausenta significativamente del texto. Por lo contrario, M. Damiata... entiende que hierocracia es una palabra a excomulgar porque tiene un tono áulico y especialista... Desgraciadamente, incluso por parte de algunos autores normalmente cuidadosos en el empleo de las expresiones técnicas, las dos palabras aquí confrontadas [hierocracia y teocracia] son utilizadas indistintamente.[17]
Elcalifa fue, hasta la abolición delcalifato otomano en 1922, el máximo gobernante delImperio islámico y, a la vez, «príncipe de los creyentes» y jerarca máximo delislam, aunque solo era reconocido por un cierto sector, usualmente mayoritario, de los musulmanes, generalmente dentro delsunismo. La relación entre el poder político y el religioso en elislam es problemática, puesto que no existe una diferencia conceptual entre ellos ni por tanto es posible una «separación Iglesia-Estado» (un lema recurrente es: «el islam es religión y es Estado» -en árabedīn ydaula-); de modo que es habitual calificar de teocracia al gobierno de loscalifas delImperio islámico (que son definidos como «sucesores del profeta» o «comendadores de los creyentes»), o a los movimientos que periódicamente pretendían restaurar la «pureza originaria» del islam (fatimíes,almorávides,almohades,mahdistas,salafistas, etc.) Más obvio es denominar «teocrática» a la reacciónislamista que depuso a gobiernos «laicos» estableciendo sistemas políticos como el de larevolución iraní (desde 1979), controlada por losayatolas, a la época delEstado Islámico de Afganistán de lostalibán (1992-2002) o al establecimiento en zonas de Siria e Irak del llamadoDaesh o Estado Islámico (que pretende ser reconocido como califato de obligada obediencia para todos los musulmanes, desde 2014).
Eldalái lama era gobernante monárquico deTíbet hasta la invasión de China en 1951 y, a su vez, también era el máximo líder religioso delImperio mongol tras la declaratoria de «religión oficial» dellamaísmo porAltan Kan y, posteriormente, en los países y regiones donde el lamaísmo o budismo tibetano era predominante,Bután,Ladakh,Tuvá, etc., pero sin ser reconocido como líder por otras escuelas budistas dentro del mundo budista. Lo mismo puede decirse del gobierno delBogd Khan enMongolia.
ElImperio sij fue un reino entre los años 1799 y 1849, con capital enGujranwala (entre 1799 y 1802) y enLahore (entre 1802 y 1849). Fue el primer estado que tuvo alsijismo como religión oficial. Lossijes se independizaron delImperio durrani y crearon el suyo propio. LaCompañía de las Indias orientales quiso conquistar el imperio, lo que supuso una serie de guerras que desmembraron el mismo, produciéndose el fin de este en el año 1849, pasando a manos de los británicos. ElImperio Sij de laIndia fue una forma de gobierno teocrática durante toda existencia.
Elrégimen talibán tomó el poder en Afganistán entre 1996 y 2001 y luego loretomó en 2021 tras la salida de las fuerzas militares occidentales. El régimen Talibán por su naturaleza religiosa fundamentalista estableció un sistema teocrático bajo el gobierno de unJeque electo por un consejo islámico como parte delEmirato Islámico de Afganistán.[18]
La forma de gobierno de laCiudad del Vaticano es una «teocracia» o «hierocracia»[19] en cuanto a su legitimación religiosa y composición clerical, y también como «monarquía electiva» en cuanto a su jefatura, que, en términos de limitación del poder, es «absoluta». Aunque desde elConcilio Vaticano II se ha procurado eludir esa identificación, en términos institucionales y efectivos se mantienen intactas las competencias papales y la teoría justificativa de su legitimación.[20]
Hasta hoy, el papa es a la vez unjefe de Estado reconocido por la comunidad internacional[21] y cabeza de la Iglesia como «vicario de Cristo», condición ésta que no le reconocen otras confesiones cristianas, comoortodoxos yprotestantes, sino únicamente loscatólicos, pero lo que le otorga influencia a nivel mundial: tratamientos como «Su Santidad» o «Sumo Pontífice» se usan protocolariamente como muestra de deferencia; y sus representantes diplomáticos (losnuncios, que también ejercen funciones religiosas) son consideradosdecanos del cuerpo diplomático en muchos países (algunos, incluso reconocen relaciones especiales fijadas en tratados denominadosConcordato). La autoridad del Papa dentro de laCiudad del Vaticano es absoluta, no teniendo más limitaciones teóricas que las normas que hereda de sus predecesores (y que puede alterar) y las que él mismo decida fijar (lo que puede hacer con su única voluntad); incluyendo también las normas por las que se regula lasucesión papal (una elección entre loscardenales o «príncipes de la Iglesia», tras la muerte del papa -aunque, en el caso más reciente, se produjo trassu renuncia-). El gobierno se ejerce a través de instituciones (laCuria) cuya estructura y funciones puede crear y modificar según su voluntad, y a cuyos cargos nombra y depone libremente.
Estado Monástico Autónomo de la Montaña (Monte Athos)
Aunque dentro delEstado griego, el territorio delMonte Athos está reconocido desde 1924 como una entidad independiente regida por sus propios monjes mediante una «comunidad sagrada» (Iera Koinotita) de veinte representantes (uno por cada monasterio) de la que se eligen cuatro «supervisores» (epistates) para la «supervisión sagrada» (Iera Epistasia), liderados por uno denominado «principal» (Protos) que debe elegirse entre alguno de los cinco monasterios más importantes.
La Orden de Malta, es unaorden religiosa católica fundada enJerusalén en el siglo XI por comerciantesamalfitanos. Nació dentro del marco de lascruzadas y desde un principio, junto a su actividad hospitalaria, desarrolló acciones militares contra los ejércitos musulmanes (inicialmente árabes, y más tarde también turcos). A pesar de que desde lapérdida de la Isla de Malta, la orden no sostiene soberanía alguna de ningún territorio nacional, aun sigue siendo reconocida por la comunidad internacional como unsujeto de derecho internacional.[22] Actualmente no ha sido elegido un Gran Maestre oficial pero su lugarteniente interino actual es Marco Luzzago[23] Su sede central, que ha cambiado de sitio en varias ocasiones, actualmente se encuentra en la ciudad deRoma,Italia, en laVia dei Condotti, en elPalacio Magistral, cerca de laplaza de España. Ese edificio y laVilla Magistral delAventino, que funciona como su embajada ante la República Italiana, tienen estatuto deextraterritorialidad.
EnIrán, tras laRevolución Islámica de 1979, se estableció una teocraciachiita[24] con la denominación derepública islámica, inspirada en el libro delayatoláJomeiniGobierno islámico (enpersaVelayat-e faqih ولایت فقیه, publicado en 1970, probablemente, el más influyente documento escrito en los tiempos modernos en favor de la teocracia). La Constitución de la República Islámica de Irán es confesional, reconociendo lasoberanía a Dios y no al pueblo, y declarando el predominio de los textos y tradiciones sagradas (elCorán laSunna y laSharía) sobre cualquier decisión de las instituciones políticas (gobierno, parlamento o tribunales), aunque éstas se constituyan tras procesos que incluyen la votación popular, que en todo caso siempre están sometidos a un filtrado que garantiza que todos los candidatos sean fieles a los principios de la revolución islámica. Un órgano de gobierno clave, elConsejo de Guardianes (compuesto por clérigos y juristas musulmanes designados por el Líder Supremo y el parlamento), debe velar por el cumplimiento de los principios religiosos que identifican la revolución. La jefatura del Estado corresponde alLíder Supremo de Irán, elegido por laAsamblea de los Expertos (compuesta por clérigos elegidos por votación popular, pero tras un proceso de filtrado). ElGobierno de Irán, presidido por elPresidente de Irán (elegido por voto popular cada cuatro años entre candidatos sometidos a un proceso de filtrado), ejerce el poder ejecutivo (limitado por el Consejo de Guardianes, que puede vetar cualquier decisión, y reservando cuestiones clave de política de defensa y exterior y la política nuclear al Líder Supremo) y sus miembros son responsables ante el parlamento. El poder legislativo (limitado por el Consejo de Guardianes, que puede vetar cualquier decisión) es ejercido por un parlamento unicameral, laAsamblea Consultiva Islámica, cuyos miembros son elegidos por votación popular cada cuatro años entre candidatos sometidos a un proceso de filtrado.
El papel que el ordenamiento legislativo otorga a la religión es de grado diferente en cada uno de lospaíses musulmanes; aunque las declaraciones constitucionales pueden quedar desfasadas por la realidad (por ejemplo,Turquía sigue siendo oficialmente laica a pesar de que su gobierno sea «islamista moderado», mientras queSudán sigue sin tener una declaración constitucional islámica, pese a que su gobierno sea «islamista radical»). Tampoco puede identificarse con su amistad o enemistad con las potencias occidentales: lasmonarquías del Golfo (monarquías islámicas) están entre los principales aliados deEstados Unidos, mientras queIrán (república islámica) figura entre sus principales enemigos.Estado islámicoEstado confesional Sin declaraciónEstado laico
EnArabia Saudí, la propia justificación política de su existencia es el título deGuardián de los Santos Lugares de su rey, y la Ley Fundamental (النظام الأساسي للحكم بالمملكة العربية السعودية) considera al Corán y la Sunna como su constitución, no existiendo ningún límite formal al poder real.
Sudán se constituyó en una teocracia en 1986 bajo la dirección deSadiq al-Mahdi, descendiente delMahdi que lideró laguerra mahdista de finales del siglo XIX.[26] Posteriormente fue sustituido porOmar Hasán Ahmad al Bashir, aunque se mantuvo la identificación con un islamismo radical.
EnPakistán el generalMuhammad Zia-ul-Haq dio un golpe de Estado en 1978, tras el que se impuso la «sharización» o «islamización». En 1979 se aprobaron las «leyeshudud», que imponen los castigoshadd ytazir, propios de lasharia, para el adulterio, la fornicación extramarital -zina-, la acusación falsa de esos delitos -qazf-, el robo o el consumo de alcohol. En todo caso, es el poder militar el de mayor peso en la vida política pakistaní.
Paul Cliteur, catedrático de Jurisprudencia de laUniversidad de Leiden, establece en su ensayoEsperanto moral (2007) cinco modelos en la relación entre el Estado y la religión:[27][28]
Estado aconfesional o neutro colaborativo. El Estado no tiene una Iglesia oficial o religión de Estado, pero sí da importancia a las expresiones religiosas de su pueblo, que no sólo las protege, sino que las fomenta de forma equitativa entre los diferentes sectores religiosos presentes en su territorio. Este es un modelo reivindicado por los diferentes sectores religiosos que no tienen estatus de religión oficial.
Estado multirreligioso, pluriconfesional o con varias religiones oficiales. El Estado ayuda e incluso financia a varias religiones que reconoce como estatales y mantiene a sus clérigos, sus templos y sus actividades. Aunque se den casos detolerancia religiosa, los beneficios para las religiones oficiales resultan en detrimento de las demás religiones presentes en el territorio.
Estado confesional o con religión oficial. Una Iglesia o religión ocupa un lugar destacado en tareas de gobierno y orden público. El Estado mantiene la Iglesia dominante a través de los impuestos de la población. Aunque se den casos en que también se toleran otras Iglesias, los derechos de la religión estatal menoscaban a los demás sectores religiosos que hacen presencia entre su población.
Teocracia o Estado unificado con la religión oficial. Una religión dominante es la que ocupa el poder en el gobierno. Por lo general, se establece como la única religión tolerada y todas las demás son suprimidas. Se aplican las leyes que conciernen a esa religión. Se mantiene en Europa en laCiudad del Vaticano, elmonte Athos y laOrden de Malta. También en gran parte deOriente Próximo, comoArabia Saudita; se instauró en el poder enIrándesde 1979, enMarruecos elrey es a la vez líder político yreligioso, enPakistán se aplica lasharía, especialmente en zonas rurales, así como enAfganistán en dos ocasiones (elEstado Islámico y elprimer Emirato Islámico en los años 1990 y el segundo Emirato Islámicodesde 2021) y en algunas zonas mayormente musulmanas deNigeria ySudán. Aunque existen algunospaíses islámicos seculares comoTurquía eIndonesia, en general el islam tiene una fuerte influencia política en gran parte de naciones de mayoría musulmana.
Para Cliteur la teocracia es tan agresiva y rechazable como el ateísmo político, ya que ambos suprimen lalibertad religiosa.[27][28]
Ante el tremendo incremento del apoyo popular a los principios delgobierno teocrático y la expansión global delconstitucionalismo, un nuevo orden legal y político ha emergido: la teocracia constitucional. ¿Qué es la teocracia constitucional? En una pura teocracia (por ejemplo elestado islámico visionario del profetaMahoma a comienzos del siglo VII o su emulación por elSudán mahdista a finales del siglo XIX) el lider religioso supremo es también el mayor líder político. La ley proclamada por el gobernante también considerada unarevelación divina y por tanto laley de Dios. En unaeclesiocracia, concepto fuertemente relacionado (por ejemplo la de laCiudad del Vaticano), un liderazgo institucional religioso está asentado confortablemente en la cúspide; los líderes religiosos asumen un papel principal en el Estado, pero no reclaman ser instrumentos de la revelación divina. En contraste, existe una separación formal en la teocracia constitucional entre el liderazgo político y la autoridad religiosa. El poder en las teocracias constitucionales reside en figuras políticas que operan dentro de los límites de una constitución más que de los del propio liderazgo religioso. Se mantiene el reconocimiento constitucional de principios básicos tales como laseparación de poderes. La constitución también establece, como es típico, untribunal constitucional que tiene encomendado mantener alguna forma de control judicial activo. Al mismo tiempo, las teocracias constitucionales desafían la doctrina fanco-americana de estricta, estructural y sustancialseparación de religión y Estado. Las teocracias constitucionales, mediante modelos de «religión de Estado» oestablishment, apoyan, tanto formal como activamente, a una religión concreta. Un perenne punto de discrepancia en el derecho constitucional y la política de la India ha sido el esfuerzo por establecer elestatus jurídico personal uniforme [¿igualdad ante la ley?] en un país formalmente secular pero marcadamente religioso. En media docena de estados indios, estrictas restricciones sobre la conversión desde el hinduismo han sido introducidas en la ley por el nacionalista hindúBharatiya Janata Party (BJP). El desencuentro fundamental entre laconstitución laica turca y las inclinaciones religiosas manifestadas por la mayoría de los turcos han ocasionado disputas y maniobras constitucionales en ese país. En países comoIsrael (Estado judío),Sri Lanka, o partes de laantigua Yugoslavia, la afiliación religiosa está estrechamente vinculada con las definiciones deetnicidad,nacionalidad yciudadanía. También podrían añadirse los regímenes políticos donde, a pesar de la separación formal de Iglesia y Estado, la preeminencia largamente establecida y políticamente sistematizada de laIglesia católica y la moralidad centrada en la religión continúan proyectándose sobre la arena constitucional. Las fronterasde facto, opuestas a lasde iure, entre religión y Estado en esos países son borrosas y están continuamente contestadas tanto por la esfera política como por la judicial. Estos y otros regímenes del nuevo mundo de las teocracias constitucionales luchan con cuestiones de naturaleza profundamente fundacional, y se obligan a navegar entre elcosmopolitismo y el parroquialismo, lasmetanarrativas modernizadora y tracidional, los principios constitucionales y las directivas religiosas, lagobernanza contemporánea y los antiguos textos, y las interpretaciones jurídicas o piadosas.... Estas tensiones son evidentes en virtualmente todos los aspectos de la vida pública... Todos estos países enfrentan las fuentes de la fricción inherente en una teocracia constitucional... los intelectuales populistas y los medios de comunicación occidentales tienden a retratar la expansión delfundamentalismo en elmundo en desarrollo como un fenómeno casi monolítico, acelerado y generalizado. La formulación más frecuente es una supuesta dicotomía en la queOccidente es principalmente laico y moderno, mientras los países no occidentales son principalmente religiosos y tradicionalistas. Según esta aproximación «civilizacional», en lacristiandad se ha establecido profundamente una distinción entre religión y Estado, pero tal cosa no existe en las demás religiones, y ciertamente no en elislam. Más aún, en contraste con la representación occidental de la religión como un asunto privado y relativamente benigno, las religiones «politizadas» son representadas como una amenaza ala razón y un impedimento alprogreso. Elmundo islámico, en particular, ha sido el blanco principal de esta crítica. Donde Occidente es caracterizado por su constante búsqueda de modernidad y progresismo, el islam y los musulmanes son cada vez más representados como aislados y anticosmopolitas. Tras losatentados del 11 de septiembre de 2001, los medios de comunicación de masas retrataron a las sociedades islámicas como unidas por su celo religioso y sentimiento antiliberal. La realidad, no obstante, es más compleja y gradual, con el eje secular/religioso como un continuo ni binario ni dicotómico.
↑Real Academia Española.«clericalismo».Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Religión sin dios único, sin Iglesia, sin clero, sin dogma, sin credo, sin promesa firme de inmortalidad, la de los griegos era, ante todo, una religión cívica, orientada hacia la vida terrestre y a la realización humana. Dejando a un lado las minoritariassectas órficas, que enseñaban el repliegue hacia la interioridad, la religión griega se limitaba a sancionar los deberes del ciudadano con el Estado. Por otra parte, ya desde lospoemas homéricos, que reflejan la primera tradiciónindoeuropea, sabemos que los dioses que moran en el Olimpo bajo el gobierno monárquico de Zeus no son otra cosa que la contrapartida celeste de los príncipes guerreros de la tierra. Son dioses que forman parte de la comparsa cósmica como proyecciones de fuerzas humanas. En todo caso, en Grecia, al no haber ortodoxia tampoco pudo haber herejía. ASócrates, ciertamente, le acusaron deimpiedad; pero el trasfondo era político.
↑Europa: proyecciones y percepciones históricas; Ángel Vaca Lorenzo, R. Tamales —Universidad de Salamanca— (P. 46)
LaBay’a -BayaBai'a oBay'ahبَيْعَة- es una institución teocrática, fundadora de un Estado teocrático, presidido por una magistratura teocrática, en la que interviene un colegio electoral de índole teocrática. En este marco la representación es, claro está, de naturaleza teocrática, y legitima una obediencia del mismo signo. [nota del autor: A pesar de que discreparan sobre los límites de la obediencia, Sunitas y Chiitas están de acuerdo sobre su obligatoriedad. La tesis Chiita goza de una gran coherencia porque, concibe elImam como ser infalible, por lo que la observancia de sus mandatos se revela obligatoria. De ello se infiere que la estructura del pensamiento Chiita supone la obediencia. Pero, en el caso Sunita elCalifa carece de esta facultad atribuida por los Chiitas al Imam. No obstante el Califa Sunita explota la estructura ideológica Chiita, no a nivel causal (la infalibilidad o el texto) sino a nivel del resultado (la obediencia), lo que permite decir que la función del pensamiento Sunita, en lo referente a este punto, era correr detrás de razonamientos que llevasen al mismo resultado, a base de pruebas legales] Marruecos es el único país en el mundo en el que laBay’a conserva su vigencia en el sistema de legitimidad y a que sus consecuencias pueden palparse en la configuración y el funcionamiento del régimen.... En cuanto al procedimiento de designación del califa denominadoBay’a, la tesis suní implica la participación de unos electores cualificados denominados «los que atan y desatan», noción, un tanto etérea e imprecisa, de una élite que, según los jurisconsultos, debe reunir condiciones de honorabilidad, justicia, ciencia y sagacidad en los dictámenes… Mientras que el planteamiento chií sostiene su carácter hereditario y no electivo. La discrepancia respecto del número de electores necesario para constituir unImamato legítimo divide, a su vez, a los suníes en dos grupos de opinión. El primero exige la participación y el acuerdo entre los que atan y desatan en todos los territorios musulmanes, en aras de generalizar al máximo el consentimiento, mientras que el segundo reconoce como legítima la elección de un cuerpo electoral a condición de que su número no sea inferior a tres electores. Esta institución, considerada como uncontrato sinalagmático basado en el consentimiento y cuyo objetivo es ser la fuente de legitimidad del gobierno, articula un sistema de representación de índole teocrática, en cuya virtud el cuerpo electoral, los que atan y desatan, [Nota del autor: Texto de la últimaBay’a celebrada en Marruecos mediante la que se juró fidelidad al nuevo ReyMohamed VI: «( …) Sus altezas los príncipes, los ulemas de la nación, los grandes hombres del Estado, los diputados de la nación y sus consejeros, los jefes de los partidos políticos y los oficiales superiores del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Reales, abajo firmantes (…) presentan su acatamiento legal a su sucesor y heredero,su majestadAmir Al Muminin,sidi Mohamed Ben el Hassan (…) «, Periódico «la Mañana del Sahara y del Magreb». Nº 2697, Sábado 24 de julio de 1999.] atribuye el poder de dirección alEmir proclamándolo como jefe del Estado musulmán. Las obligaciones mutuas asumidas por las partes dan lugar, en caso de incumplimiento, a la petición de responsabilidades. Extrae su fundamento tanto del Corán como del consenso de la nación tras la muerte del profeta. El Corán dispone en este sentido que «Por cierto que quienes te juran fidelidad, juran fidelidad a Dios. La mano de Dios está sobre sus manos, pero quien perjure, perjurará en perjuicio propio; en cambio, quien cumpla lo que haya pactado con Dios, él le concederá una magnífica recompensa». [Nota del autor: El Corán. La Victoria, 10.] En árabe se llama Bay’a, cuya traducción sería «juramento de obediencia» o «juramento de fidelidad». El término Bay’a deriva de una raíz que significa «trocar», y de ahí, comprar y vender. En el lenguaje comercial, el término usado para la venta esBay’'. En la literatura política se emplea dicho vocablo en sentido de acuerdo contractual entre el gobernante y los gobernados, en virtud del cual ambas partes se obligan mutuamente, asumiendo ciertos compromisos y reconociéndose recíprocamente derechos y facultades. Se suele distinguir, según la composición del cuerpo electoral, entre laBay’a publica y la privada. La primera se celebra por todo el pueblo sin distinción alguna, tal como ocurrió en el caso del primer Califa del profeta, y cuyo lugar de celebración fue en la mezquita, el día siguiente de recibir la confianza de los que atan y desatan, con el prurito de solicitar la ratificación de dicha elección. En cuanto a laBay’a privada se suele suscribir únicamente entre el candidato y los que atan y desatan. La puesta en escena del pacto de la Bay’a ha ido evolucionado con el paso del tiempo partiendo de una fórmula sencilla aplicada por el profeta, consistente en un apretón de mano entre él y cada uno de los ahí presentes, salvo para laBay’a de las mujeres en la que dicho pacto se suscribía de modo verbal, pasando a culminarse, en la época de los cuatro primero sucesores, por un discurso dirigido al pueblo, hasta llegar a convertirse en un ritual mucho más solemne y ceremonioso. En definitiva, el pacto queda, de un modo u otro, cerrado entre el Califa y todos los musulmanes que vienen a constituir laUmma. La tradición cuidó de que los términos del pacto fueran recogidos por escrito en un documento al que se da publicidad en aras de facilitar su conocimiento y asegurar, de este modo, su pleno cumplimiento. Con el tiempo, y una vez acabada laprimera contienda mundial y el derrocamiento del sultán por parte de los nacionalistas turcos, el Califato queda abolido en 1923 por la gran asamblea nacional turca, y de ahí que dicho pacto pasara a cerrarse entre cada Emir y su comunidad nacional. En el caso de Marruecos, [nota del autor: En Marruecos, esta institución, heredada del derecho tradicional, además de consistir en un ritual (24 de julio de cada año) que testimonia de la renovación de la confianza, participa en la conformación del orden constitucional. Gran parte de la doctrina le atribuye el carácter de costumbre constitucional. Resulta poco atinada esta calificación por cuanto la citada institución no fue fruto de la práctica política, sino que es considerada como la premisa determinante del contenido particular del orden constitucional en el país. Es un documento que, siempre formulado con claridad y concisión, desempeñaba el papel de «Constitución» escrita en la época preconstitucional. Establece las relaciones entre ambas partes, recoge sus obligaciones y sus derechos, y describe las reglas fundamentales sobre las que debe descansar el gobierno] es un documento escrito expuesto públicamente en elmausoleo de Moulay Idris y que, desde la entrada en vigor de la primera Constitución en 1962, se publica en el Boletín Oficial del Estado.... el proceso de legitimación del poder en el Islam, así descrito, supone una concepción original de la representación que, si en el Estado Constitucional va unida indefectiblemente a la elección, en la forma de organización política basada en laBay’a supone un replanteamiento de la naturaleza del cuerpo de los que atan y desatan por cuanto entre los criterios que deben reunirse para pertenecer a este cuerpo, que hace presente al pueblo, no figura,expresis verbis el haber sido elegido por el cuerpo electoral para desempeñar dicho cometido.