Esta miniatura del siglo XV deJean Miélot (muerto en 1472)[1] representa al propio autor trabajando, precisamente mientras compila susMiracles de España, en los que esta miniatura aparece.
El términoscriptorium,[a] literalmente «un lugar para escribir», se usa habitualmente para referirse a la habitación de losmonasterios de la Europa medieval dedicada a la copia de manuscritos por losescribas monásticos. No obstante, múltiples indicios (tanto documentales como arqueológicos) parecen indicar que tales habitaciones fueron muy poco frecuentes; la mayor parte de la escritura monástica se habría realizado en una especie de cubículos que existían en los claustros o en las propias celdas de los monjes. Por lo demás, las referencias especializadas suelen aludir en la actualidad con el términoscriptoria a la producción escrita de un monasterio, y no a unas habitaciones.
En cualquier caso, e independientemente de su identidad física, unscriptorium era, necesariamente, una zona próxima o adjunta a una biblioteca; dicho de otra forma, la presencia de una biblioteca es indicio de la existencia próxima de unscriptorium.[2] Losscriptoria, en este sentido de habitaciones dedicadas a un fin concreto, probablemente solo existieron durante periodos de tiempo limitados, cuando una institución o un individuo querían conseguir un gran número de textos copiados para nutrir una biblioteca; una vez que esto se conseguía, no habría necesidad de que tales zonas siguiesen estando habilitadas para ello. Hacia comienzos del siglo XIII, se empezaron a desarrollar también negocios seculares de copia de textos; los escribas profesionales pudieron haber llegado a tener habitaciones especiales dedicadas a su tarea, pero en la mayor parte de los casos lo más probable es que tuviesen una mesa de escritura próxima a una ventana en sus propias casas.
En esta iglesia, cuya patrona eraGala Placidia (muerta en 450), las parejas de cámaras rectangulares que flanqueaban elábside, accesibles solamente desde cada nave lateral, se han interpretado como parejas de bibliotecas (latinas y griegas) y, quizá, comoscriptoria.[3] Su abundante iluminación, los nichos de 0,5 metros de profundidad, la disposición dehipocausto bajo el suelo para mantener el espacio seco, son rasgos que se pueden encontrar en la arquitectura de las bibliotecas de laAntigua Roma.[4]
Scriptorium del monasterio mozárabe de San Salvador de Tábara (S. X).
Cuando las bibliotecas yscriptoria monásticas surgieron a comienzos del siglo VI (los primeros escritos monásticos europeos datan del año 517), definieron la cultura literaria europea y preservaron selectivamente la historia literaria de Occidente. Los monjes copiaron laBiblia deJerónimo y los comentarios y cartas de los PrimerosPadres de la Iglesia, tanto con intención misionera como para uso dentro del propio monasterio. Los productos delscriptorium proporcionaron un valioso medio de intercambio. Dentro delscriptorium, había normalmente una división del trabajo entre los monjes que preparaban los pergaminos para la copia, alisando y marcando con tiza la superficie, los que pautaban el pergamino y copiaban el texto, y los que lo ilustraban. A veces, un único monje podía asumir todas estas funciones.[5] Así se comprueba, por ejemplo, en elLibro del Apocalipsis delMonasterio de las Huelgas (Burgos) en el que figura una ilustración a toda página que reproduce elscriptorium del monastario mozárabe deSan Salvador de Tábara (Zamora).[6] En ella, de derecha a izquierda, aparecen una persona que corta el pergamino, otra que marca con un compás, en el folio, las pautas de la escritura y la tercera que escribe o ilumina el texto.
A comienzos del siglo XIII, la producción manuscrita monástica entró en declive, pues los copistas particulares se reciclaron para escribir para los laicos. Hacia 1250 aparecieron las primeras librerías que, antes de la introducción de la imprenta en el último cuarto del siglo XV, ya habían sustituido virtualmente a los monasterios como dispensadores de libros para la comunidad.[7]
Las tradiciones individuales descriptoria se desarrollaron en completo aislamiento, hasta el punto de que la modernapaleografía ha de identificar el producto de cadascriptorium y su datación aproximada por comparación con otras producciones datables de ese mismoscriptorium. Al mismo tiempo, las comparaciones de la «mano» característica de losscriptoria revelan conexiones sociales y culturales entre ellos, así como el desarrollo de nuevas «manos» y su diseminación a través de los viajes realizados por los individuos y por los ejemplos de los manuscritos que pasaron de una biblioteca a otra.
Losilustradores de manuscritos trabajaban en colaboración con los escribas en una intrincada variedad de interacciones que impedían cualquier mínimo modelo de producción manuscrita monástica.[9]
Elmonasterio de Viviarium fue construido en el segundo cuarto del siglo VI bajo la indicación deCasiodoro en Vivarium, al sur de Italia, contenía unscriptorium construido expresamente, pues estaba interesado en coleccionar, copiar y preservar textos.
La descripción de Casiodoro sugiere que elscriptorium tendría lámparas de aceite autoalimentadas, unreloj de sol y unaclepsidra. Elscriptorium habría tenido también escritorios para el trabajo de copia de textos por los monjes, así como los necesarios tinteros, navajas y plumas. Casiodoro estableció una biblioteca donde, alfinal del Imperio Romano, intentó hacer aprendergriego a los lectores enlatín y preservar textos tanto sagrados como profanos para las generaciones futuras. En tanto biblioteca no oficial, Casiodoro coleccionó tantos manuscritos como pudo y escribió tratados con la intención de instruir a sus monjes en el uso adecuado de los textos. Al final, sin embargo, la biblioteca de Vivarium fue dispersada y perdida, aunque estuvo activa hasta aproximadamente el año 630.
El contemporáneo de Casiodoro,Benedicto de Nursia, también permitió a sus monjes leer las grandes obras paganas en el monasterio que fundó enMonte Cassino en 529. La creación de una biblioteca en ese monasterio inició la tradición de losscriptoria benedictinos, en donde la copia de los textos no solo proveía de materiales realmente necesarios para las rutinas de la comunidad y servía como trabajo para unas manos y unas mentes que de otra manera estarían ociosas, sino que producía un producto valioso. SanJerónimo mostró que los productos delscriptorium podrían ser una fuente de ingresos para la comunidad monástica, aunque Benedicto con cautela indicó que «si hay trabajadores expertos en el monasterio, déjeseles trabajar en su arte con toda humildad».[10]
En los primitivos monasterios benedictinos, las habitaciones para escribir eran en realidad un corredor abierto al patio central delclaustro.[11] El espacio podía acoger, aproximadamente, a veinte monjes, que estaban protegidos de los elementos solo por el muro trasero y por el abovedado de encima. Los monasterios construidos después en la Edad Media situaron elscriptorium en el interior, cerca de la entrada de la cocina o cerca de lacalefacción. El calor de estosscriptoria sirvió como incentivo para que los monjes poco dispuestos trabajasen en la transcripción de textos (pues rara vez las zonas de residencia del monasterio eran calentadas).
El benedictinoPlano de San Galo es un diseño de un monasterio idealizado que data de entre 819 y 826, y que muestra alscriptorium y la biblioteca situados en la esquina noreste del cuerpo principal de la iglesia; las evidencia encontradas en los monasterios que han sobrevivido no reflejan esta disposición. Aunque el propósito del plano es desconocido, muestra con claridad la conveniencia de situar losscriptoria dentro de un gran cuerpo de estructuras monásticas a comienzos del siglo IX.[12]
Losscriptoria de loscistercienses parecen haber sido bastante similares a los de los benedictinos. La casa generalicia enCîteaux, con unos de losscriptoria mejor documentados de laAlta Edad Media, desarrolló un severo estilo particular en la primera mitad del siglo XII[b] que se extendió en paralelo a la misma orden cisterciense, a través de los prioratos deBorgoña y otros más.[13] En 1134, la orden cisterciense ordenó que los monjes se mantuviesen en silencio en elscriptorium como debían hacerlo en el claustro. Hay evidencias también de que, a finales del siglo XIII, los cistercienses habrían permitido a ciertos monjes llevar a cabo su trabajo en pequeñas celdas en las que no cabría más de una persona.[14] Estas celdas fueron llamadasscriptoria por la labor de copiado que se realizaba en ellas, aun cuando su función primaria no hubiese sido la de una habitación para escribir.
Loscartujos entendían su labor de copia de textos religiosos como su obra misionera para engrandecer a laIglesia; la estricta soledad de los cartujos precisaba de que la labor manual de los monjes fuese practicada en el interior de sus celdas individuales; muchos monjes se dedicaron a esta tarea de transcripción de textos. De hecho, cada celda estaba equipada como habitación a tal efecto, con pergaminos, pluma, tintero y regla.Guigues du Pin, o Guigo, el arquitecto de la orden, recomendaba a los hermanos que fuesen cuidadosos con los libros que recibiesen de la biblioteca y que no los manchasen con humo o suciedad, y que los tratasen como si fuesen el alimento eterno de sus almas.[15]
La vida monástica en la Edad Media estaba estrictamente centrada en laoración y en el trabajo manual. A comienzos de la Edad Media, hubo muchos intentos de establecer una organización y rutina para la vida monástica.Charles Forbes René de Montalembert cita un documento del siglo VI, la Regla deSan Ferréol, que prescribe que aquel que no trabajase la tierra debería dedicarse al trabajo de copista.[16] Esta indicación implica que la labor de unescriba se comparaba con la del ejercicio de la agricultura o de otro tipo de trabajo externo. Montalembert también señala que el trabajo del escriba es físicamente cansado.[17]
Aunque no se tratase de una regla monástica como tal,Casiodoro escribió susInstituciones como una guía pedagógica para los monjes de Vivarium, el monasterio que había fundado al sudeste de Italia. Converso romano con una educación clásica, Casiodoro escribió extensamente sobre las prácticas de los escribas. Advierte a los escribas de que sean especialmente rigurosos en contrastar sus copias con los antiguos y más valiosos ejemplares, y de que tengan cuidado de no cambiar las palabras inspiradas de las Escrituras al intentar mejorar el texto desde un punto de vista gramatical o estilístico. Declara también que toda obra del Señor escrita por el escriba es una herida infligida a Satán, pues leyendo las Escrituras el escriba instruye en la buena dirección a su propia mente y copiando los preceptos divinos ayuda a expandirlos.[18] Es importante notar que, frente a lo que era costumbre en los monasterios, Casiodoro incluyó los textos clásicos de la Roma y Grecia antiguas en la biblioteca monástica. Cuando los monjes copiaban estos textos, Casiodoro los animaba a que los enmendasen gramatical y estilísticamente.[19]
El tratado monástico más famoso delsiglo VII, laRegla deBenito de Nursia, no alude a la labor de transcripción por su nombre. Es importante notar, con todo, que laRegla de San Benito indica de forma explícita que los monjes deben tener acceso fácil a los libros durante dos horas diarias de lectura obligatoria y durante laCuaresma, cuando cada monje debía leer un libro entero.[20] Consecuentemente, cada monasterio tenía que tener una amplia colección de libros, guardada bien enarmarios, bien en una biblioteca tradicional. No obstante, dado que la única manera de obtener una gran cantidad de libros en la Edad Media era a través de la copia, en la práctica esto implicaba que el monasterio tenía que tener una forma de transcribir los textos en otras colecciones.[21] Es importante hacer constar también que una traducción alternativa de las estrictas normas de Benito acerca del uso del oratorio como lugar para el silencio, para la oración reverente, sugiere la posibilidad de que existiese unscriptorium.
En el Capítulo 52 de su Regla, Benito advierte de que el oratorio debe quedar reservado para lo que fue creado, y para ninguna otra cosa.[22] Sin embargo, en el original, Benito utiliza la palabra «condatur», que puede ser traducida tanto poralmacén como porcomponer o escribir, con lo que sus intenciones respecto de la producción de manuscritos resultan ambiguas.[23] Los primeros comentarios sobre la Regla de San Benito describen la labor de transcripción como la ocupación común de la comunidad, por lo que es también posible que Benito no viese necesario mencionar elscriptorium por su nombre debido al papel integral que desempeñaba en el monasterio.
El abadJohannes Trithemius deSponheim escribió una carta,De Laude Scriptorum (Elogio de los escribas), a Gerlach, Abad deDeutz en 1492 con el objeto de explicar a los monjes las virtudes de copiar textos. Trithemius defiende que la copia de textos es central para el modelo educativo monástico, argumentando que la transcripción posibilita al monje contemplar con mayor profundidad el texto y acceder a una mejor comprensión del mismo. Elogia luego a los escribas diciendo que aquel que es aplicado en su trabajo nunca deja de elogiar a Dios, da placer a los ángeles, consolida al justo, convierte a pecadores, elogia al humilde, confirma al bueno, confunde al orgulloso y reprende al obstinado.[24]
Entre las razones que aduce para continuar copiando manuscritos a mano, están el precedente histórico de los antiguos escribas y la supremacía de la transcripción sobre otras labores manuales. Esta descripción de la escritura monástica es especialmente importante porque fue escrita tras los primeros usos populares de laimprenta. Trithemius alude directamente a esta nueva tecnología competidora cuando dice que el libro impreso está hecho de papel y que como el papel desaparecerá rápidamente. Sin embargo, sigue diciendo, la obra del escriba, hecha en pergamino, perdurará.[24] Trithemius cree también que hay obras que no se reproducirán mediante la imprenta, sino que quedarán mejor copiadas, que tendrán más valor.[25]
La función de los libros y de las transcripciones en la vida monástica
Los escribas trabajaban con frecuencia toda su vida en unscriptorium mal iluminado. La escritura de manuscritos era un proceso laborioso que podía llegar a dañar la salud de uno. Un prior se quejaba al respecto en el siglo X del daño que provocaba en los ojos, la espalda y en el cuerpo entero.[26]
El director de unscriptorium monástico era elarmarius ("proveedor"), que proveía a los escribas de sus materiales y supervisaba el proceso de copia. No obstante, elarmarius tenía otras obligaciones. Al comienzo de laCuaresma, elarmarius era responsable de asegurar que todos los monjes recibiesen libros para leer,[20] pero también tenía la potestad de denegar el acceso a determinados libros. Hacia el siglo X elarmarius tenía también funciones litúrgicas, por ejemplo, cantar el octavoresponsorio, sostener el farol mientras el abad leía y aprobar todo el material que fuese a ser leído en voz alta en la iglesia, la sala capitular y en elrefectorio.[27]
Cuando servía comoarmarius en Vivarium, c. 540-548, Casiodoro escribió un comentario sobre losSalmos tituladoExpositio Psalmorum como una introducción a los mismos para los interesados en entrar en la comunidad monástica. La obra alcanzó gran prestigio más allá del monasterio de Casiodoro y fue objeto de estudio y reflexión monástica.
Respecto del papel de losSalmos en el estudio dentro de los monasterios, cada uno de ellos se habría recitado cuidadosamente al menos una vez a la semana durante el periodo de estudio, siempre teniendo a la vista el comentario sobre el mismo. El objetivo final sería absorber el contenido de ese comentario y asociarlo nemotécnicamente a cada verso de laEscritura.[28]
De esta manera, los monjes medievales llegarían a un conocimiento y experiencia muy íntimos de los textos que copiaban. El acto de transcripción se convertía en un acto de meditación y oración, y no de simple copia.
↑Palabra dellatín medieval compuesta por la raízscript-,scribere (escribir), y la terminación-orium, del neutro singular para adjetivos que indican lugar.
↑Una ordenanza cisterciense de entre 1119 y 1152 (cf. Załuska, 1989) prescribía «literae unius coloris et non depictae» (esto es, «letras de un solo color y nada de ornamentos»), seguido de varios grados de literalidad.
↑El mismoscriptorium deCiteaux del siglo XII y sus productos, en el contexto de losscriptoria cistercienses, han sido estudiados porYolanta Załuska enL'enluminure et le scriptorium de Cîteaux au XIIe siècle (Brecht:Cîteaux, 1989).
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