Saigō Takamori (西郷 隆盛,Saigō Takamori? 23 de enero de 1828-24 de septiembre de 1877) fue unsamurái y políticojaponés, que vivió durante los últimos años delperíodo Edo y comienzos de laera Meiji. Inicialmente, fue uno de los personajes políticos que apoyó la eliminación delshogunato Tokugawa y respaldó laRestauración Meiji; posteriormente se involucró dentro delgobierno Meiji. Pero, en 1877, tras la persecución sistemática de los samuráis en el nuevo gobierno, lideró laRebelión Satsuma, que sería el último conflicto encabezado por los samuráis en lahistoria japonesa. Takamori es considerado como el último samurái verdadero.[1]
Nació en la localidad deKagoshima, en elfeudo de Satsuma (actualprefectura de Kagoshima), hermano deSaigō Tsugumichi, y fue un samurái de clase baja en los primeros años de su vida. En ese momento de su vida, el país estaba teniendo una crisis política dentro delshogunato Tokugawa, con la llegada del estadounidenseMatthew C. Perry a Japón en 1853. Con este suceso, se polarizaron dos frentes: una que apoyaba al shogunato y otra que reclamaba la disolución del shogunato y la expulsión de las potencias extranjeras. Takamori fue contrario al régimen Tokugawa en ese entonces.
No obstante, la actividad de Takamori en Edo tuvo un final abrupto con laPurga Ansei, realizada por eltairōIi Naosuke, quien persiguió a quienes tenía ideas contrarias al shogunato; y sumado a ello con la muerte repentina de Shimazu Nariakira; con este suceso, Saigō intentó suicidarse ahogándose.[2]
Takamori regresó a Kagoshima en 1859, para ser arrestado y exiliado a la isla deAmami Ōshima, debido a diferencias de ideas con el nuevodaimyōShimazu Hisamitsu, quien persistía con el movimientokōbu gattai. Nuevamente regresó a Kagoshima en 1861, solamente para ser comunicado que sería exiliado nuevamente. Finalmente, en 1864, Hisamitsu lo perdonó y lo envió aKioto como asistente del feudo ante la Corte Imperial.
Al llegar a Kioto, asume el comando de las tropas de Satsuma y hace una alianza con elsamurái del feudo deAizu, en un intento de impedir a las fuerzas del feudo rival deChōshū que tomasen elPalacio Imperial en Kioto, en elIncidente de Hamaguri Gomon. En agosto de 1864, fue uno de los comandantes militares que lideró una expedición patrocinada por el shogunato Tokugawa contra el feudo de Chōshū, como represalia del incidente, pero secretamente Takamori estaba negociando con los líderes de Chōshū y estableció laAlianza Satchō (Satsuma-Chōshū). Cuando el shogunato envió una segunda expedición militar contra Chōshū, el feudo de Satsuma permaneció neutral.
En noviembre de 1867, elshōgunTokugawa Yoshinobu renunció, y se inició el proceso de restauración del poder político alEmperador de Japón, conocido como laRestauración Meiji. Sin embargo, Takamori fue uno de los más críticos opositores a la revolución pacífica, y demandaba que los Tokugawa debían ser expropiados de sus tierras y de su estatus especial. Su posición inamovible fue una de las principales causas del inicio de laGuerra Boshin.
Durante la Guerra Boshin, lideró las fuerzas imperiales en laBatalla de Toba-Fushimi, y posteriormente avanzó las fuerzas imperiales sobreEdo, donde aceptó la rendición pacífica delCastillo Edo porKatsu Kaishu.
Takamori tuvo un papel importante en el nuevogobierno Meiji, a pesar de que otros políticos comoŌkubo Toshimichi fueron más activos e influyentes en ese período. Asumió el cargo desangi (consejero); cooperó con laabolición del sistema han, que eliminaba los feudos y establecía lasprefecturas como base administrativa del país; también fue responsable del establecimiento de un ejército reclutado —núcleo del futuroEjército Imperial—, siendo uno de los primeros jefes de la recién establecidaGuardia Imperial.[3]
En 1871 debió asumir el gobierno provisional del país, mientras los políticos más influyentes del gobierno estaban recorriendo Europa y Estados Unidos, durante laMisión Iwakura (1871 – 1873).
Durante este período, estuvo en desacuerdo con la modernización de Japón, imitando el estilo de gobierno de los países occidentales y estuvo en desacuerdo con la apertura comercial a Occidente. Se opuso a la construcción de una red de ferrocarriles, argumentando que se podía usar el dinero en el fortalecimiento de las fuerzas militares.[4]
El debateSeikanron. Saigō Takamori está sentado en el centro. Pintura de 1877.
También fue partidario de declarar la guerra aCorea con el fin de anexar ese país antes que los países occidentales, en el debateSeikanron de 1873; teniendo como razón que Corea se negaba a reconocer la legitimidad delEmperador Meiji como jefe de Estado delImperio de Japón y habían expulsado de manera grosera a unos enviados japoneses que tenían como objetivo establecer relaciones diplomáticas y comerciales entre Corea y Japón.[5]
Takamori estuvo dispuesto a ir a Corea y provocar intencionalmente uncasus belli, de manera tal que los coreanos no tuvieran más opción que asesinarlo. No obstante, cuando los miembros del gobierno regresaron de la Misión Iwakura en 1873, se opusieron férreamente a la idea, en parte por falta de presupuesto y en otra porque se encontraban en una posición muy desventajosa con los países occidentales, hecho que se corroboró en el viaje.[6] Dada la negativa, Takamori se sintió frustrado, renunció al gobierno en señal de protesta y decidió regresar a Kagoshima.
Saigō Takamori (sentado en uniforme occidental), rodeado por sus oficiales, en atuendo samurái. Artículo noticioso enLe Monde Illustré, 1877.
Tras su renuncia al gobierno, decidió levantar una pequeña academia militar privada en Kagoshima, que tendría como alumnos a varios samuráis que habían abandonado al gobierno tras la renuncia de Takamori. Estos samuráis comenzaron a dominar el gobierno de Kagoshima y, temiendo una rebelión, el gobierno Meiji decidió enviar barcos de guerra a Kagoshima, con el fin de eliminar las armas en la región. Adicionalmente, en 1877, se eliminaron las remuneraciones en arroz a los samuráis, y provocó un conflicto abierto entre el gobierno y los samuráis. Takamori, quien inicialmente no deseaba que el conflicto empeorara, debió finalmente aceptar el liderazgo de los rebeldes contra el gobierno central, conocido como laRebelión Satsuma.
La rebelión fue sofocada a los pocos meses por elEjército Imperial Japonés, que era una fuerza combinada de 300 000 samuráis leales al gobierno y soldados reclutados bajo el comando deKawamura Sumiyoshi. Las tropas imperiales estaban modernizadas, usandomorteros y globos de observación. En cambio, las fuerzas de Satsuma rondaban inicialmente los 40 000 hombres, quedando reducido solo a 400 al final de la guerra en labatalla de Shiroyama. A pesar de que las fuerzas de Satsuma pretendían preservar el papel de los samuráis, usaron métodos militares occidentales, armas de fuego y cañones; inclusive en las descripciones de Saigō Takamori se le veía vestido con uniforme militar occidental. Al final de la rebelión, cuando se agotaron las municiones y las armas modernas, debieron atacar con espadas, arcos y flechas.
Saigō Takamori (arriba a la derecha) dirige sus tropas en labatalla de Shiroyama.
En la batalla de Shiroyama, Takamori quedó gravemente herido, y al no querer ser capturado o muerto por el enemigo, pidió a un compañero que lodecapitara, para preservar su honor como samurái. Otra leyenda sugiere que Saigō se habría quitado la vida mediante elseppuku, una forma tradicional desuicidio; pero la autopsia y los documentos históricos de la época niegan este hecho. La muerte de Takamori derivó en el fin de la rebelión y la supresión definitiva de la clase samurái en Japón, que había dominado el país desde el siglo XII.
También existieron leyendas que negaban la muerte de Saigō Takamori; los japoneses creían que se había escapado a laIndia, aChina o aRusia y que volvería para vengarse del gobierno.
Estatua de Saigō Takamori en el Parque de Ueno, Tokio.
En reconocimiento por su labor como samurái y su ayuda con el pueblo japonés, el gobierno Meiji lo perdonó de manera póstuma el 22 de febrero de 1889. En 1898, el gobierno erigió una estatua de bronce en elparque Ueno, enTokio; en ese monumento está vestido de forma tradicional, paseando a su perro. También se le erigió otra estatua, vestido con uniforme militar, en el Parque Chūō de Kagoshima.
La historia de Saigō Takamori ha sido relatada en diversas obras literarias contemporáneas japonesas. Internacionalmente, su acción final en la Rebelión Satsuma fue usada en la película de 2003El último samurái;Ken Watanabe actuó en el rol de Takamori, aunque en dicha película fue nombrado como «Katsumoto».
Es también referenciado en la película argentinaSamurai del 2012. En ella, el legendario Saigo Takamori huiría a refugiarse a la remota pampa argentina, tal vez con la secreta intención de preparar una contraofensiva restauradora.[7]
Una de las canciones que el grupo sueco de power metalSabaton publicó en su discoThe Last Stand, y que lleva por título «Shiroyama», narra los sucesos marcados en dicha batalla liderada por Saigō Takamori.