| Poggio Bracciolini | ||
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Retrato de Poggio Bracciolini en una capital iluminada deDe varietate fortunae, Biblioteca Vaticana, Ms. Urb. lat. 224 | ||
| Información personal | ||
| Nombre en italiano | Gianfrancesco Poggio Bracciolini | |
| Nacimiento | 11 de febrero de 1380jul. Terranuova Bracciolini (Italia) | |
| Fallecimiento | 30 de octubre de 1459jul. Florencia (República de Florencia) | |
| Información profesional | ||
| Ocupación | humanista, secretario apostólico | |
| Área | Filología e historia | |
Gian Francesco Poggio Bracciolini (Terranuova, cerca deArezzo, 11 de febrero de 1380-Florencia, 30 de octubre de 1459) fue unhumanistaitaliano.
Poggio Bracciolini era hijo del boticario Guccio Bracciolini y de Iacoba Frutti. Aprendió a escribir caligráficamente y muy rápido, de forma que con sus trabajos de escribiente pudo pagar sus estudios de notario en Florencia. Allí llamó la atención del canciller florentinoColuccio Salutati, quien le dio una carta de recomendación para lacuria romana. Llegó a Roma a fines de 1403 y entró como escribano simple en una administración papal que contaba entonces con un centenar de ellos. Al año siguiente ya era uno de los siete secretarios apostólicos de la curia del papaBonifacio IX.
Ocupó el cargo de canciller de Florencia en junio de 1453 gracias a la protección de losMédici y fue un latinista convencido de que ellatín era una lengua viva, por lo que fue con frecuencia criticado por ciceronianos comoLeonardo Bruni oLorenzo Valla (este último escribió unAntidotus in Poggium). La disputa entre ambos bandos fue tan encarnizada que el arzobispoNiccolò Perotti, gramático y poeta laureado, envió a Florencia en 1453 a un asesino para matarlo, lo que, por fortuna, no logró. La Signoria se quejó y el arzobispo fue obligado por su superior, el cardenalBasilio Besarión, a escribir en penitencia una disculpa a Poggio.[1]


Fue un incansable perseguidor de manuscritos por todaItalia,Inglaterra,Alemania,Francia ySuiza, de suerte que rescató, compró, copió o robó él solo gran parte de la literatura clásica latina antigua que reverdeció en elRenacimiento desde el seno de los monasterios a los que acudió en su busca. Así rescató numerosos discursos deCicerón que encontró en elmonasterio de Cluny en 1415, así como, en elmonasterio de San Galo (Suiza), el primer texto completo de laInstitutio Oratoria deQuintiliano, un fragmento deValerio Flaco, comentarios deCicerón, otros deAsconio yPrisciano aVirgilio y un manuscrito deVitrubio. EnAlemania encontró un códice deVegecio. También encontró elDe rerum natura deLucrecio[2] y obras deManilio,Silio Itálico,Amiano Marcelino y obras de los gramáticosCaper,Eutiques yProbo. También halló lasSilvae deEstacio, y esto es solo una parte muy pequeña de sus descubrimientos.
Estudió además la historia de Florencia, que escribió desde los años 1350 a 1455. Compusodiálogos en latín y numerosasepístolas que envió a sus muchos amigos y conocidos —algunas de ellas contra sus enemigos—, donde resuenan los ecos de su personalidad. Además de un gran epistológrafo, Poggio fue también un académico erudito, puesto que trabajó al servicio de varios papas y era capaz de citar de memoria a Cicerón.[3] Fue muy conocida y popular una colección suya de cuentecillos cómicos que titulóLiber facetiarum.

Escribía con una rapidez extraordinaria y había desarrollado una caligrafía llamadalettera antica, fundada sobre la minúscula carolina, que él había perfeccionado. Era tan bella y legible que habría servido de modelo al diseño de los caracteres latinos del impresor venecianoAldo Manuzio (ver imagen). Bracciolini es considerado[4] el principal creador de la letra caligráficalettera antica formata ohumanística, que difundió desde su trabajo como notario y a través de la secretaría del Papa y dio lugar a fines del siglo XV a la letra humanística de imprenta.
Stephen Greenblatt narra en su libro de 2011El Giro: Cómo el mundo se hizo moderno la historia de cómo Poggio Bracciolini, un enviado papal del siglo XV, bibliófilo y buscador de libros descubrió la última copia de la obra del poeta romanoLucrecio,Sobre la Naturaleza de las Cosas, cerca del abandono en un monasterio alemán, y eso supuso la reintroducción de las ideas importantes que provocaron laEdad Moderna.[5][6][7]
El título y el subtítulo del libro se explican en el prefacio del autor.The Swerve (El Giro o el Viraje) se refiere a una concepción clave en las antiguas teorías atomísticas según la cual los átomos que se mueven a través del vacío están sujetos al cambio: al caer directamente a través del vacío, a veces están sujetos a un ligero e impredecible viraje. Greenblatt lo usa para describir la historia del propio libro de Lucrecio: «La reaparición de su poema fue un viraje, una desviación imprevista de la trayectoria directa, en este caso, hacia el olvido, en la que ese poema y su filosofía parecían estar viajando». La recuperación del texto antiguo se ve como su «renacimiento». El reclamo de Greenblatt es que fue un «momento clave» en una historia más grande, «de cómo el mundo viró en una nueva dirección, tomó un nuevo rumbo».[8]