NacidoJacques Duèze, era hijo de un zapatero de la localidad francesa deCahors, donde hizo sus primeros estudios, posiblemente con losdominicos de dicha población.
En 1309, Carlos II, lo nombraría canciller, cargo que previsiblemente dejaría a la muerte del rey, en el mismo año, para ir a la nueva sede papal deAviñón como arzobispo en 1310.[1]
En 1312 es creadocardenal por el papaClemente V, con el título de San Vital; y más tarde, en 1313, será elevado al rango de cardenal-obispo con el título dePorto-Santa Rufina.[2]
Retrato de Juan XXII porHenri Serrur, siglo XIX(realizado a partir de unaminiatura de 1316)
Su elección como papa se produjo el 7 de agosto de 1316, tras un interregno de casi dos años en el que el trono de San Pedro permaneció vacante debido a la división existente en elcónclave reunido enCarpentras, donde los cardenales, divididos en tres facciones de italianos, gascones y franceses, proponían tres candidatos diferentes.[3]
El reyFelipe V de Francia puso término a la situación convocando enLyon un cónclave en el que, con la asistencia de veintitrés cardenales, resultó elegido Jacques Duèze, que fuecoronado el 5 de septiembre de 1316 con el nombre de Juan XXII y fijó su residencia en Aviñón.
Enfrentamiento con el Sacro Imperio Romano Germánico
Entre estos cabe destacar la figura de Marsilio de Padua, quien escribió elDefensor pacis, una obra claramente a favor de la política de Luis y en contra de las pretensiones del papa, donde, entre otras cosas, resalta la idea de que la Iglesia debe someterse al Estado y no al contrario, y que el concilio de obispos reunidos es superior al papa. Juan XXII anatematiza dicha obra el 23 de octubre de 1327 con la bulaLicet iuxta doctrinam.[4]
Luis contestó invadiendo lapenínsula italiana al frente de un poderoso ejército que le permitió ocuparRoma. El 17 de enero de 1328 fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en labasílica de San Pedro de manos del prefecto laicoSciarra Colonna, el mismo que participó en elatentado de Anagni. El emperador depuso al Papa acusándolo de herejía y proclamando como nuevo papa al franciscano espiritual, Pedro de Corvara, quien tomó el nombre deNicolás V, el primer antipapa italiano de la historia.[5]
El pueblo romano, oprimido por la ocupación militar de su ciudad y por la excomunión que Juan XXII había lanzado sobre la misma, se sublevó y obligó a Luis a que abandonse Roma en agosto de 1328. El cisma en el seno de la Iglesia fue efímero, ya que el antipapa Nicolás V renunció en 1330 a su nombramiento y se sometió a Juan XXII.
En el seno de la ordenfranciscana se había producido en 1245 una división entre los llamadosconventuales y losfranciscanos espirituales, radicales que defendían un ideal de pobreza absoluta alegando que tanto Jesús como sus discípulos carecían de posesiones ni individuales ni comunitarias. Este conflicto llevó a una seria división dentro de la orden franciscana. Por lo que Juan XXII el 7 de octubre de 1317, por medio de labula papalQuorumdam exigit ordenó que los así llamados espirituales, que habían iniciado formas de vida eremítica, se sometieran a la obediencia de los superiores de su comunidad.
Posteriormente, con la bula papalSancta Romana, del 30 de diciembre de 1317, fueron condenados los rebeldes bajo sus distintas denominaciones:fraticelli, fraticelos, etc., y poco después la bula papalGloriosam Ecclesiam del 23 de enero de 1318, con la que los espirituales desobedientes y contumaces fueron definitivamente condenados, acaba con los últimos grupos de espirituales afincados enSicilia. Se ha estimado que, durante su pontificado, Juan XXII habría entregado a 114 franciscanos espirituales a laInquisición para serquemados en la hoguera.[6]
Pero en la orden franciscana todavía se sucedieron varias alternativas de lucha en torno a la pobreza. Las declaraciones realizadas por elcapítulo general dePerusa, celebrado en 1322, mueven al papa a redactar la bula papalCum inter nonnullos del 12 de noviembre de 1323, condenando como herética la doctrina de los espirituales de Perusa. Después, dictó una orden en 1328, deponiendo al ministro general de la ordenMiguel de Cesena, rebelde a la autoridad pontificia por la bula papalCum Michaël de Caesena del 28 de mayo de 1328 y excomulgándolo el 6 de junio de 1329 por la bula papalDudum ad nostri.
Juan XXII nombra aBertrand Augier de la Tour como vicario general de la orden y le encarga la celebración de un nuevo capítulo general (celebrado en París en 1329) que elija al nuevo ministro general de los franciscanos, resultando electo Gerardo Odónis.
Un gran problema, de tipo doctrinal, en el que se vio inmerso Juan XXII durante los últimos años de su pontificado fue su postura sobre lavisión beatífica.
Según la doctrina católica, aquellos que mueren en estado de gracia verán a Dios a la espera delJuicio Final. Antes de su elevación al solio pontificio, Juan XXII había escrito un tratado en el que declaró que las almas de los justos que partían no ven a Dios sino hasta después del Juicio Final. Él propuso la misma enseñanza en sus sermones, por lo que encontró gran oposición de muchos teólogos que se adherían a la común opinión de que los justos ven inmediatamente a Dios, antes de la resurrección de los muertos y el Juicio Universal. En consecuencia, el punto de vista de Juan XXII se consideró herético por muchos teólogos de la época de las universidades deOxford y deParís.
El emperador Luis, apoyado por sus consejeros Marsilio de Padua y Guillermo de Ockham, apeló a unconcilio ecuménico para condenar al papa como hereje y elegir un digno sucesor; además, fue uno de los motivos aducidos por el emperador, tras su coronación en Roma, para deponer al papa y forzar la elección del antipapa Nicolás V.
El papa se defendió de esta acusación manifestando que la Iglesia no tenía sobre este punto una doctrina oficial (la fijaría su sucesor Benedicto XII) y que, además, no había expuesto su posturaex cathedra, lo que le permitió retractarse antes de morir.[4]
Promulgó la bula papalIn agro dominico del 27 de marzo de 1329, en la que se condenaban 28 proposiciones delMaestro Eckhart (quien había fallecido recientemente), 17 como heréticas y 11 como sospechosas.[9]
Decretó laprisión y posterior excomunión del profesor franciscanoGuillermo de Ockham acusado de enseñar herejía.
Falleció el 4 de diciembre de 1334, después de dieciocho años de pontificado. La causa de su fallecimiento es desconocida. Fue sepultado en lacatedral de Aviñón en un magnífico mausoleo gótico, destruido en la época de laRevolución francesa.[10]
Dante, en laDivina comedia, cita dos veces a Juan XXII en el cántico del Paraíso. (Dante Alighieri,Divina Commedia, Par., XVIII, 130-136; y XXVII, 58-60).
El comerciante erudito del siglo XIVGiovanni Villani menciona en el tomo XI de su afamada crónica (Nuova Cronica) que, según datos sacados de los tesoreros del papa, Juan XXII dejó a su muerte enAviñón un tesoro de monedas y metales preciosos por valor de veinticinco millones deflorines de la época. En el siglo XIX reproducirán este dato, basándose en la misma fuente, los historiadoresJacob Burckhardt (La cultura del Renacimiento en Italia) yEdward Gibbon (Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano).[11][12]
Las profecías desan Malaquías se refieren a este papa comoDe surore osseo (Del zapatero de Ossa), cita que hace referencia al oficio de su padre y a que era miembro de la familia Heusse (Ossa).
Umberto Eco ambienta su novelaEl nombre de la rosa en la época del pontificado de Juan XXII, colocando en boca de algunos personajes, en varias ocasiones, improperios hacia el pontífice. En el texto se puede entrever toda la problemática entre los franciscanos espirituales y los conventuales, además de los problemas teológicos y políticos del tiempo.[13]
En la serie de novelasLos reyes malditos deMaurice Druon, se hace referencia al papa Juan XXII como un gran líder, sobre todo en los libros IV y V.
↑abLlorca, Bernardino; García Villoslada, Ricardo (1967). «Desde la muerte de Bonifacio hasta la rebelión de Lutero».Historia de la Iglesia Católica. vol. III Edad Nueva (2ª edición). Madrid: BAC. pp. 66-96.
↑abMezzadri, Luigi (2001).Storia della Chiesa tra medioevo ed epoca moderna(en italiano). vol. 1 Dalla crisi della Cristianità alle riforme (1294-1492) (2ª edición). Roma: Edizione. pp. 65-67.ISBN88-86655-64-9.
↑Erba, Andrea Maria; Guiducci, Pier Luigi.La Chiesa nella storia. Duemila anni di Cristianesimo. Roma: Ellidice. pp. 300-303.ISBN978-88-01-03810-1.
↑Bihlmeyer, Karl; Tuechle, Hermann (2001).Storia della Chiesa(en italiano). vol. 3, l'epoca delle riforme (10ª edición). Brescia: Morcelliana. p. 109.ISBN88-372-0665-8.
↑Barone von Pastor, Ludovico (1931).Storia dei papi. Dalla fine del medio evo(en italiano). vol. I Storia dei Papi nel periodo del Rinascimento fino all'elezione di Pio II... (1ª italiana edición). Roma: Desclée & C.i editori pontifici. p. 89.
↑Burckhardt, Jacob (1985).La cultura del Renacimiento en ItaliaI. Ediciones Orbis. p. 59.ISBN84-7634-045-1.
↑Gibbon, Edward (2006).Historia de la decadencia y caída del Imperio RomanoIV. Turner. p. 576.ISBN978-84-7506-752-0. «Tesoro de seis u ocho millones de libras esterlinas, en el siglo XIV es una exorbitancia casi increíble.»