Indiferentismo oindiferentismo religioso es lapostura religiosa que, sin necesidad de afirmar o negar laexistencia de Dios, consideraindiferente adscribirse a unareligión concreta, a ninguna de ellas. Entendido comoindiferencia religiosa, sería el descuido en el cumplimiento de losdeberes religiosos[1] porquien cree en ellos. Esta última actitud, más que "indiferentismo" es "tibieza religiosa", la que suele designarse con la expresión "creyente, perono practicante"; mientras que la del propiamenteindiferentista se designaría con la expresión "no creyente".[2]
Cuando se presenta de un modocínico ohipócrita (según se haga abierta o solapadamente), el indiferentismo puede llevar a cambiar de religión porconveniencia. El caso más famoso históricamente es el deEnrique IV de Francia, al que se atribuye la frase "París bien vale una misa" (era protestante y se hizo católico). No hay que confundir esa postura con elegoísmo: la decisión de Enrique puso fin a una terribleguerra de religión, y le puso a él en una posición no precisamente cómoda (de hecho, terminó asesinado por un fanático católico).
El indiferentismo niega o relativiza la principal implicación delteísmo: que sea deber del hombre rendirculto a Dios mediante lacreencia ypráctica de una única religión verdadera (asumiendo que hay una única verdadera, y que por tanto todas las demás son falsas). Frente a ello,Gibbon describe así las posturas que en el mundo romano se adoptaba ante las distintas religiones existentes:fueron para el pueblo igualmente verdaderas; para el filósofo, igualmente falsas; y para el magistrado, igualmente útiles.[3]
En la terminología filosófica católica, "indiferentismo" es la creencia en que no hay una religión o filosofía superior a otra,[4] por lo tanto cada persona es libre para elegir y practicar la que crea. Es habitual adscribir el indiferentismo a cualquier postura religiosa o filosófica que quiera denigrarse (libertinismo,librepensamiento,materialismo,ateísmo,agnosticismo). Enapologética se distinguen tres tipos de indiferentismo: indiferentismo absoluto, indiferentismo restringido e indiferentismoliberal olatitudinario.[5] El indiferentismo se define y condena por primera vez en la encíclicaMirari vos deGregorio XVI (1832).[6]
Además del indiferentismo como postura personal también un indiferentismo político como postura estatal: lapolítica religiosa[7] de un Estado que trata a todas las religiones de igual forma, de modo que haya o norelaciones Iglesia-Estado, en ningún caso hayreligión oficial. Aunque muy a menudo se identifica esa política comotolerancia religiosa, en realidad tal concepto implica que una religión, la dominante, "tolera" la existencia de otra u otras. Algunas coyunturas históricas son paradigmáticas: además de la Francia deledicto de Nantes (de 1598 -Enrique IV- a 1685 -Luis XIV-), en Roma (en cuanto al cristianismo) el periodo que va delEdicto de Milán (313,Constantino el Grande) alEdicto de Tesalónica (380,Teodosio el Grande), en Extremo Oriente el imperio deGengis Khan, y algunos periodos de laEdad Media española caracterizados por el intercambio cultural (algunos momentos delCalifato de Córdoba, el Toledo de laescuela de traductores). En la Europa moderna destacaron elImperio turco, laVenecia del siglo XVI y elÁmsterdam del siglo XVII; en el siglo XVIII algunos de losdespotismos ilustrados: la Prusia deFederico II el Grande o la Rusia deCatalina la Grande; e inaugurando la posición propia delEstado liberal de la Edad Contemporánea, el tratamiento de la religión enEstados Unidos a partir desu independencia.
Immanuel Kant argumentaba que el indeferentismo absoluto representa una extrema forma de escepticismo que argumenta que no existe una posición racional para aceptar ninguna posición filosófica,[8] una posición que coincida con la comprensión católica del término. Según laIglesia católica, este tipo de indiferencia absoluta resulta en la voluntad de conceder cualquier posición. A menudo se asocia con elrelativismo moral.