Hispanidad es un término que se refiere a la comunidad y conjunto de puebloshispánicos o al grupo de características lingüísticas y culturales que comparten entre sí.[1][2]
El término fue acuñado en el siglo XVI pero fue recuperado por el filósofo españolMiguel de Unamuno y por el escritor modernistaEduardo Marquina en 1909. Ganó popularidad enEspaña eHispanoamérica durante elperiodo de entreguerras, sobre todo en círculos políticos dederecha onacionalistas, si bien luego se extendió por todo elespectro ideológico, de derecha aizquierda, como una forma de revalorizar el idioma y cultura en común. Se asoció en un principio alcatolicismo, o también a la idea decatolicidad siendo uno de sus pilares fundamentales, sin excluir otros dogmas religiosos diferentes al catolicismo u otras formas de creencias, pensamientos e ideologías junto con el uso delidioma español, sin embargo luego el conocimiento del idioma español se transformó en el pilar fundamental del movimiento dejando en segundo lugar la religión practicada por cada hispano. La hispanidad se celebra en elDía de la Raza, celebrado en España comoDía de la Hispanidad.
Más allá de sus connotaciones políticas, la idea de Hispanidad ha dado origen a varias organizaciones panhispánicas, especialmente las relacionadas con la promoción delidioma español en el mundo, como laAsociación de Academias de la Lengua Española, fundada en 1951.
La palabra «hispanidad» existe desde antiguo. Se ha encontrado en elTractado de orthographía y accentos en las tres lenguas principales deAlejo Venegas, impreso en 1531, utilizada con un significado que alude al estilo de la expresión lingüística. Con un significado similar la incluye elDiccionario de la Real Academia Española en su edición de 1803, definiéndola como sinónimo de «hispanismo», a la que a su vez define como «modo de hablar peculiar de la lengua española».[3]
El 12 de octubre de 1928 laVirgen de Guadalupe. fue proclamada «Reina de la Hispanidad» por el Primado de España (legado especial dePío XI) en presencia deAlfonso XIII.
A principios del siglo XX la palabra surgió con nuevos significados, atribuyéndose al filósofo españolMiguel de Unamuno su reintroducción en 1909.[4] El 11 de marzo de 1910 Unamuno la utilizó en un artículo publicado en el diarioLa Nación deBuenos Aires tituladoSobre la argentinidad, para comentar elogiosamente el libroLa restauración nacionalista del pensadorradical argentinoRicardo Rojas (el propio Rojas publicaría en 1916 un libro tituladoLa argentinidad).[5] Allí comparó la palabra «hispanidad» con otras expresiones equivalentes como «argentinidad», «americanidad», «españolidad» e «italianidad».[3][6] Unamuno asoció la expresión a la variedad de pueblos que hablan el mismoidioma español, hecho al que limita la idea de «raza», y le confiere un sentido igualitario cuestionando la idea de «Madre Patria» asignada a España para sostener que habría que hablar de «hermanas» para referirse a las repúblicas sudamericanas «y dejarnos de primacías y maternidades».[7]
Sin embargo, una investigación de Sánchez Garrido[8] demuestra que el término «hispanidad» fue utilizado previamente a Unamuno por el escritor modernista Eduardo Marquina en un artículo publicado enLa Actualidad, titulado «Crónica», y que este dedicó a Valle Inclán.[9] En dicho artículo, publicado el 14 de enero de 1909, Marquina alude a la necesidad de reconstituir la «hispanidad» de toda España, en un sentido distinto al lingüístico y similar al de españolidad que le dará Unamuno al emplear el término en 1910. Aunque se ha aludido a que Unamuno empleó el término en su correspondencia de 1909, en realidad no hay constancia de ello, y en cualquier caso, es muy difícil que lo hiciera antes del artículo de Marquina, publicado el 14 de enero de 1909 y firmado el 8 de enero. Por tanto, la reintroducción del término corresponde a Marquina, antes que a Unamuno.
No obstante, el desarrollo del término se produjo recién en la década de 1920, efectuado por intelectuales influidos por el pensamiento deCharles Maurras;[10] el escritor españolJosé María Salaverría, residente en Argentina entre 1910 y 1913, habría reivindicado, aunque de forma no explícita, ya hacia 1914 una idea de comunidad hispánica comparable a la de Hispanidad que se desarrollaría posteriormente, aunque el otorgamiento bien de un carácter de hermandad o bien el de un liderazgo español de esta comunidad es una cuestión ambigua en su obra.[11] El término «hispanidad» sería rescatado por el sacerdote españolZacarías de Vizcarra,[12] residente enBuenos Aires, y que en 1926 propuso enBuenos Aires que debía cambiarse el término «Fiesta de la Raza» por el de «Fiesta de la Hispanidad».[13] Se ha llegado a defender que el origen del sentido moderno de Hispanidad no correspondería a Vizcarra.[14] Durante elreinado de Alfonso XIII laVirgen de Guadalupe sería coronada canónicamente como «Reina de la Hispanidad» en España, celebrándose cada 12 de octubre el «Día de la Hispanidad» enGuadalupe.[15] A finales de la década el escritor vanguardistaErnesto Giménez Caballero comenzaría a elaborar una narrativa neo-imperialista de la Hispanidad en laLa Gaceta Literaria.[16] La doctrina de la Hispanidad se convertiría en un pivote fundamental del pensamientoreaccionario en España.[17]
Posteriormente, ya en los años de laSegunda República española, el literatoRamiro de Maeztu, que había sido embajador de ladictadura de Primo de Rivera de España en Argentina entre 1928 y 1930,[18] retomaría el concepto de hispanidad: el interés que le suscitaron los temas relacionados con América[19] así como el contacto que había mantenido durante su estancia en Argentina con los participantes de los llamados Cursos de Cultura Católica para Universitarios, representantes del pensamiento nacional, católico y antiliberal del clero del país y de cuya plantilla de profesores Vizcarra había formado parte,[20] ayudarían a conformar las ideas sobre la hispanidad que plasmaría en sus pensamientos escritos, como los expuestos en laDefensa de la Hispanidad (1934).
Maeztu erróneamente atribuiría a Vizcarra la acuñación del término, que correspondería a Unamuno.[21] En la Hispanidad de Maeztu cristalizarían los aspectos de índole cristiana yhumanista que identificarían a los pueblos hispánicos, enfrentados alracionalismo, alliberalismo y a lademocracia, ajenos estos últimos según el planteamiento de Maeztu alethos hispánico.[22] La obra de Maeztu, que unía de manera «inexorable» catolicismo e Hispanidad, influiría notablemente tanto a los nacionalistas argentinos,[23] como al primerfranquismo y laextrema derecha española.[24] Aunque proclamadamente antirracista debido a su raigambre católica, el igualitarismo racial en la Hispanidad de Maeztu se restringe al ámbito de la salvación ultraterrena.[25]
El arzobispoIsidro Gomá defendió las ideas de Vizcarra y Maeztu.[26]
El 12 de octubre de 1934, estando enArgentina el Primado de España arzobispoIsidro Gomá Tomás, pronunció durante la celebración oficial de la fiesta en elTeatro Colón una declaración tituladaApología de la Hispanidad tomando las ideas de Maeztu.[nota 1]
La doctrina de la Hispanidad articulada por Maeztu conectaría con los movimientos de reacción del continente americano contrarios tanto alexpansionismo estadounidense como a los movimientos revolucionarios de izquierdas;[28] desde la década del 30, en varios países el concepto de Hispanidad fue utilizado para conformar corrientes hispanistas dederechacatólica que estuvieron relacionadas con los grupos antidemocráticos, losgolpes de estado y lasdictaduras, que se extendieron por la mayoría de los países de habla hispana.
«América es la obra de España. Esta obra de España lo es esencialmente de catolicismo. Luego hay relación de igualdad entre hispanidad y catolicismo, y es locura todo intento de hispanización que lo repudie.»[29]
La narrativa de la Hispanidad figuró con un papel destacado en el mensaje delbando sublevado durante laguerra civil española,[31] empleándose como herramienta bélica.[32] En una conferencia celebrada en 1938 en Buenos Aires, otro contribuidor al concepto de Hispanidad, el filósofo, teólogo y traductorManuel García Morente, convertiría al general Franco en el salvador del legado de la Hispanidad frente a un «ejército invisible» enviado ya en 1931 por la Internacional comunista de Moscú.[33] García Morente sintetizaría la esencia de la Hispanidad en el ideal del «caballero cristiano», mitad monje mitad soldado,[34] figura que tuvo cierto recorrido plasmada en las páginas de los primeros libros de texto del franquismo.[35] El médico españolAntonio Vallejo-Nájera, recuperaría el concepto de Hispanidad de Maeztu y Vizcarra,[36] no biologicista sino cultural, en su obraEugenesia de la Hispanidad y Regeneración de la Raza (1937); en la obra se defendería la consecución de la regeneración nacional mediante la tutela jurídica del Estado, propiciando un marco justificador de la apropiación de menores.[37] LaVirgen del Pilar, cuya fiesta estaba vinculada ya a la llamada Fiesta de la Raza, acabaría siendo considerada en España «símbolo de la Hispanidad», y se uniría durante elnacionalcatolicismo de ladictadura franquista a la idea de patriotismo y a las «esencias hispánicas».[38]
Franco crearía el 2 de noviembre de 1940 elConsejo de la Hispanidad[39][40] organismo, que, aunque se había llegado por momentos a pretender que constituyera una suerte de institución supranacional,[41] se limitaría a un consejo de 74 miembros nombrados por el régimen al que le fue encomendada la coordinación de las relaciones con Hispanoamérica .[42] La Hispanidad se constituiría en el origen de un nacionalismo expansivo, primero imperialista y después cultural.[43][nota 2] Además de como elemento identitario nacional y baluarte del catolicismo, el franquismo emplearía la Hispanidad como «tarjeta de presentación» de España de cara a las relaciones internacionales.[45] El Consejo de la Hispanidad se transformaría en 1946 en el llamadoInstituto de Cultura Hispánica, experimentando a su vez una transición del perfil anterior más bien falangista a uno predominantemente católico[46] en el marco de un cambio general en la proyección de la doctrina de la Hispanidad entre 1945 y 1957, conAlberto Martín-Artajo a la cabeza del ministerio español de Asuntos Exteriores, empleando durante este periodo un discurso de índole «defensiva», dejando atrás las menciones a imperio y raza (biológica).[47] Posteriormente, durante elSegundo franquismo —menos constreñido por la comunidad internacional—, se pasaría conFernando María Castiella al frente de la cartera de Exteriores a proyectar desde las instituciones franquistas una retórica más ofensiva, aunque sin alcanzar los extremos del periodo deSerrano Súñer como ministro de Exteriores.[48]
En 1938 y 1940 elnicaragüensePablo Antonio Cuadra publicó en Buenos Aires y Madrid respectivamente, su libroHacia la Cruz del Sur, en el que profundiza las ideas hispanistas de Ramiro de Maeztu, las monárquicas antidemocráticas deEugenio Vegas Latapie y del nacionalismo integral deCharles Maurras. Elevando a lo más alto los valores del catolicismo, el nacionalismo y de la hispanidad, Cuadra desarrolló un pensamiento orientado a rechazar elliberalismo, elindigenismo, lademocracia y el llamadoimperialismo deEstados Unidos:
América ha sido formada a base de la cruz y de la espada. De la cruz, arma de la catolicidad, y de la espada, arma de la Hispanidad; y si La cruz y la espada eran abolidas como signos sostenedores del espíritu de unidad de nuestras tierras, vendría —como ha venido—, la disolución y el caos levantando la masa amorfa sobre la cual opera la conquista, es decir el bárbaro.[49]
Ya en la década de 1930 el escritor conservador mexicanoAlfonso Junco ejercería de activo propagandista de la Hispanidad.[51] Uno de los elementos clave de la ideología del mexicanopanistaEfraín González Luna fue, enorgulleciéndose delmestizaje, la hispanidad, concebida en términos una comunidad de estados soberanos unidos, defensores de sus valores frente a amenazas externas, como sería, para el autor, el comunismo.[52] Otras figuras críticas con elMéxico posrevolucionario en las que dejó huella la doctrina de la Hispanidad fueronMiguel Palomar y Vizcarra,Jesús Guisa y Azevedo,Salvador Abascal ySalvador Borrego.[53] Elsinarquismo vio en la Hispanidad un componente fundamental de la vitalidad de la nación mexicana.[54]
En la mitad del siglo XX el peruanodemocristianoVíctor Andrés Belaúnde constataba que Perú era esencialmente una nación que giraba alrededor lo que era hispánico.[55]
Sin embargo, a pesar de esta preponderancia del pensamiento conservador, el relato de la hispanidad acabó alcanzado una categoría totalizadora de la que incluso a los escritores vinculados a la izquierda o a la república, como por ejemploRamón J. Sender oCristóbal de Castro, les resultó imposible esquivar.[56] También, tras laguerra civil española, la idea de hispanidad también aparecería con nuevas acepciones recogida por autores delexilio republicano español, comoFernando de los Ríos,Joaquín Xirau,Eduardo Nicol oAmérico Castro.[57]Salvador de Madariaga, también exiliado, defendería, por otra parte, a la hispanidad como un factor positivo de cara a la ontogenia cultural, poniendo en valor el mestizaje producido en contraste con el ejemplo anglosajón.[58]
EnArgentina, que fue uno de los escasos estados amigables con la dictadura franquista en el período inmediatamente posterior a laSegunda Guerra Mundial,Perón había defendido la idea de Hispanidad, destacando las raíces hispánicas de Argentina; no obstante, elperonismo comenzaría a desvincularse de la idea en el periodo 1950-1954, sustituyéndola en su mensaje por el concepto de «Latinidad».[59]
↑De acuerdo con Stephen G. H. Roberts este discurso supondría el enlace entre las ideas de Maeztu y los fundamentos de la ideología puesta en práctica por la dictadura de Franco.[27]
↑El franquismo empleó la idea de Hispanidad para añadir un nivel espiritual que trascendiera fronteras históricas y geográficas a la idea imperial de España.[44]
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