Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, 7 de diciembre de 1598-Roma, 28 de noviembre de 1680) fue unescultor,arquitecto y pintor italiano.[1] Trabajó principalmente enRoma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estiloescultórico barroco.[2]
Bernini poseía la habilidad de crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar unos intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmiten una magnífica grandeza.[3] Su habilidad para esculpir el mármol llevó a que fuera considerado un digno sucesor deMiguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos y especialmente de sus grandes rivales,Alessandro Algardi yFrancesco Borromini. Su talento se extendió más allá de la escultura y fue capaz de sintetizar de manera brillante la escultura con la pintura y la arquitectura en un todo conceptual y visual coherente.[4] Hombre profundamente religioso que puso su arte al servicio de laContrarreforma,[5] Bernini empleó la luz como un destacado recurso metafórico que completa sus obras, en ocasiones, con puntos de iluminación invisibles que intensifican el foco de la adoración religiosa[6] o amplifican el dramatismo de la narrativa escultórica.
Bernini fue también uno de los mejoresarquitectos del barroco romano, junto con sus contemporáneosFrancesco Borromini yPietro da Cortona. Al principio de sus carreras, todos trabajaron en elPalacio Barberini, pero después compitieron por los encargos de grandes obras y desarrollaron una feroz rivalidad, particularmente Bernini y Borromini.[7][8] A pesar de la indiscutible calidad de Borromini y Da Cortona, Bernini gozó del favor de los papasUrbano VIII (1623–44) yAlejandro VII (1655–65) y, por tanto, se aseguró el proyecto más importante de la Roma de su tiempo, labasílica de San Pedro delVaticano. El diseño de laplaza de San Pedro que se abre ante la basílica es uno de sus proyectos arquitectónicos más innovadores y alabados.
Durante su extensa carrera, Bernini recibió numerosos encargos de gran relevancia, varios de ellos por parte del papado. A temprana edad, llamó la atención delcardenal nepoteScipione Caffarelli Borghese, sobrino del Papa, y en 1621, con solo 23 años, fue nombrado caballero por el papaGregorio XV. Realizó las obras más destacadas durante el pontificado de Urbano VIII y aunque no tuvo tanta preeminencia duranteInocencio X, volvió a gozar del favor de los pontífices Alejandro VII yClemente IX.
La reputación del legado de Bernini disminuyó durante elNeoclasicismo, que despreciaba el arte barroco. Hubo que esperar hasta el siglo XIX para que, durante la búsqueda de una comprensión del contexto en el que trabajó Bernini, se reconocieran sus logros artísticos y se restaurara su reputación. En opinión del historiador del arte, Howard Hibbard, durante el siglo XVII, «no hubo escultores o arquitectos comparables a Bernini».[9]
Bernini nació en 1598 enNápoles, ciudad natal de su madre,Angelica Galante. Su padre era el escultorPietro Bernini, nacido en laToscana, en la población deSesto Fiorentino, que se había trasladado a Nápoles para trabajar en las obras de laCartuja de San Martín. En la ciudad conoció a Angelica Galante, con la que se casó. La familia, cuando Gian Lorenzo tenía seis años, se trasladó aRoma, donde Pietro trabajaba bajo la protección delcardenalScipione Caffarelli-Borghese, a quien muestra el precoz talento de Gian Lorenzo.
La Roma de inicios del siglo XVII era una ciudad de un fervor artístico excepcional, novedoso y revolucionario, que acogía artistas de todaEuropa en una continua confrontación de ideas y experiencias artísticas. En este ambiente trabajaron maestros comoCaravaggio,Annibale Carracci oPeter Paul Rubens, quienes abrieron la senda delBarroco.
Recibió las primeras enseñanzas de su padre, el escultormanierista Pietro, cuya influencia se notaría en las primeras obras de Gian Lorenzo. A su lado, el joven Bernini aprendería la organización de un taller colectivo (en el futuro dirigirá muchos) y la fusión interna de un proyecto arquitectónico con laiconografía, laescultura y lapintura.
Las obras de Bernini revelaron ya desde un principio su enorme talento. En su primera fase estilística, Bernini demuestra un interés y un respeto absoluto por laescultura helenística, en obras que imitaban a la perfección elestilo antiguo.
Entre 1621 y 1625, Bernini realizaría cuatro obras que lo consagrarían como un maestro de la escultura y le darían fama. Se trata de los cuatroGrupos Borghesianos, cuatro grupos escultóricos basados en temasmitológicos ybíblicos encargados por el cardenal Borghese.
Más adelante, entre los años 1627 y 1629, Bernini sería aprendiz del escultor clásicoFabio Daini, con el cual realizó dos obras posteriormente destruidas, que aumentarían la fama anteriormente conseguida.
Durante su vida, Bernini gozó del favor y la protección de sietepapas, para los que realizó numerosas obras. Sin embargo fueron tres los que mayores obras le encargaron.
1623 fue un año crucial para la suerte de Roma, también desde el punto de vista artístico. Maffeo Barberini fue elegidopapa con el nombre deUrbano VIII, un pontífice ambicioso, amante de las artes y gran admirador de Bernini, al cual le otorgó el cargo del arquitecto de Dios. Le consideraba el artista ideal para realizar sus proyectos urbanísticos y arquitectónicos, para dar forma y expresión a la voluntad de laIglesia de representarse a sí misma con fuerza triunfante, a través de obras espectaculares, con un marcado carácter comunicativo, persuasivo y celebrativo.
El primer encargo de Bernini fue, en 1623, la estatua deSanta Bibiana, en la iglesia de Santa Bibiana en Roma, que incluía el proyecto de lafachada y una estatua de la santa en un momento deéxtasis. Aquí se da un giro hacia una mayor expresividad, con efectos acentuados declaroscuro, que dialogan con la pintura dePietro da Cortona, otro protagonista del Barroco romano.
La asociación artística de Urbano VIII con su artista predilecto, culminará en laBasílica de San Pedro: la basílica surgida sobre el lugar del martirio del apóstolSan Pedro, que representaría el renacimiento de la Iglesia y su reivindicación moral y espiritual tras la crisis del siglo anterior.
El papa deseaba que el nuevo altar estuviese cubierto por un enormebaldaquino debronce, construido entre los años 1624 y 1633, y coronado con el emblema barberiano. Se apoya en cuatro gigantescascolumnas salomónicas, que acaban envolutas y racimos naturalísticos. Se inspiraba en baldaquinos provisionales utilizados durante lacuaresma u otras fiestas, pero esta vez plasmado en bronce de forma permanente.
En 1627 comienza la construcción delMausoleo de Urbano VIII, terminado con varios años de retraso. Fue colocado en posición simétrica respecto al dePaulo III, el papa delConcilio de Trento, donde inició la reforma que el actual papa reclamaba haber concluido. Está inspirado en laTumba Médicis deMiguel Ángel, con la estatua del papa en lo alto. La mayor innovación es que la muerte aparece representada como un esqueleto que rinde honores a la figura del papa.
En 1644 comienza el papado deInocencio X, mucho más austero por la crisis económica de losEstados Pontificios tras eltratado de Westfalia. Ese mismo año sufriría la demolición delcampanario de lafachada de la basílica de San Pedro, por problemas de estabilidad. Sus detractores le acusaron de incompetencia técnica, mientras el papa le daba su apoyo. Coincidiría también con el ascenso de artistas rivales comoFrancesco Borromini oCarlo Rainaldi.
Con la elección de Fabio Chigi comoAlejandro VII en 1655, vuelve a haber un papa humanista, que como Maffeo Barberini 30 años antes se rodea de arquitectos para la ejecución de ambiciosos proyectos urbanísticos, como la reordenación de laPiazza del Popolo.
Al exterior construye unacolumnata elíptica, espacio dedicado a ceremonias religiosas públicas, que representa el abrazo de la iglesia a todo el pueblo. Las obras de San Pedro culminaron con laScala Regia, la entrada oficial al palacio apostólico, utilizando unacolumnata fugada que, flanqueando la escalinata, corrige la irregularidad delmuro y crea la ilusión visual de una escalera de mayores dimensiones.
Bernini era ya un artista de fama internacional, y en 1664 el ministroColbert durante el reinado deLuis XIV, convence al papa para que le ceda a su artista predilecto. Así, en 1665 Bernini parte paraFrancia, con el encargo de reestructurar el palacio delLouvre. Fue recibido como un príncipe, sin embargo la experiencia francesa duró tan solo seis meses. Su estilo no gustaba a los comisionados franceses, que prefirieron encargar el trabajo aClaude Perrault. Sí que realizó, a pesar de todo, unRetrato ecuestre de Luis XIV.
Uno de los últimos grandes trabajos encargados por Alejandro VII, fue la escultura delSepulcro de Alejandro VII, un monumento meditativo e íntimo que representa a Alejandro VII, arrodillado y humilde, acosado porLa Muerte, figura que le muestra un reloj de arena, recuerdo de que algún día el tiempo se acabará. Contiene cuatro figurasalegóricas: laCaridad, laVerdad, laPrudencia y laJusticia.
A lo largo de su vida realizó numerososretratos depapas,reyes ynobles, que le reportaron fama y riqueza. Les solía retratara la heroica, realzando la expresión y magnificencia. Él mismo confesó inspirarse para ello enRafael.
La base de la formación artística de Bernini fue el estudio de la tradición grecorromana. Susrestauraciones revelan el gusto por la precisión, por la interpretación original delhelenismo y el respeto por la integridad de la obra, como en elHermafrodito. En la restauración deAres Ludovidisi en 1627 se aprecia perfectamente la intervención de Bernini por el diferente color y tratamiento delmármol.
El arte de Bernini estaba basado en laarquitectura, laescultura y elurbanismo, que se fundían en elteatro. Bernini fue unescenógrafo muy apreciado, utilizaba todos los recursos disponibles para sorprender al público conefectos ilusionistas, reutilizados después en su arquitectura. Esto se aprecia en conjuntos monumentales que combinan las figuras esculpidas, ubicadas en un escenario arquitectónico.
Fuente de los Cuatro Ríos (1648-1651)- Travertino y mármol,plaza Navona, Roma. (De la cual se conserva un modelo en bronce mutilado en el Palacio Real de Madrid)
En sus primeras obras Bernini respetaba fielmente loscánones clásicos, a la vez que se observaba la influencia manierista de su padre. Sin embargo, su estilo muestra una evolución en los cuatro grupos Borghesianos, donde aparece con fuerza la creatividad del artista.
En estas composiciones el artista plasma el momento culminante del drama, mostrando la gracia y la expresión de los personajes. Pero sobre todo, lo que fascina de estas obras es el virtuosismo, la naturalidad, el efecto de materialidad y declaroscuro. Por otro lado, resulta novedosa la relación de las esculturas con el espacio circundante, ya que están concebidas para ser observadas desde un punto determinado, no para ser rodeadas y vistas desde cualquier ángulo.
Como ejemplo de su maestría con lapiedra, durante los trabajos delbusto de Scipione Borghese, apareció un defecto en el mármol. Borghese aceptó no posar durante varios días, ignorando que en ese tiempo esculpiría un busto idéntico desde cero.
↑Para una discusión más matizada de la visión tradicional de Bernini como un ferviente católico y de su arte como una manifestación de su fe personal, veaMormando, Franco, "Bernini's Religion: Myth and Reality," pp. 60-66 de la Introducción a su versión anotada y critica deDomenico Bernini, The Life of Gian Lorenzo Bernini, University Park, Penn State U Press, 2011 (en inglés).