
Elfinanciamiento climático es lafinanciación canalizada por entidades nacionales, regionales e internacionales para lamitigación delcalentamiento mundial o laadaptación a él.[1] Esta financiación incluye mecanismos concretos de apoyo al clima y ayuda financiera para actividades demitigación yadaptación, con el fin de acelerar latransición hacia uncrecimiento bajo en carbono.[2] Se ha empleado el término "financiamiento climático" en sentido estricto para referirse a las transferencias de recursos públicos depaíses desarrollados apaíses en desarrollo, en cumplimiento de las obligaciones («proporcionar recursos financieros nuevos y adicionales») que les impone laConvención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). En un sentido más amplio se ha empleado para referirse a todos los flujos financieros relacionados con mitigación y adaptación.[3][4]
El Comité Permanente de Finanzas (CPF) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) describe el financiamiento climático como los flujos de recursos financieros destinados a mitigar las emisiones degases de efecto invernadero (GEI) y a mejorar los sumideros de estos gases, al mismo tiempo que busca reducir la vulnerabilidad y fortalecer laresiliencia de los sistemas humanos y ecológicos frente a los impactos negativos delcambio climático.[5]Por su parte, laOrganización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) describe el financiamiento climático como "los flujos de capital destinados a promover un desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático, los cuales pueden provenir tanto del sector público como privado.[5]
Numerosas iniciativas están en marcha para realizar un seguimiento de los flujos del financiamiento climático internacional. Los analistas de laIniciativa de Política Climática han seguido anualmente desde 2011 variadas fuentes de financiamiento climático públicas y privadas. En 2015 estimaron que se había logrado un financiamiento climático de 437miles de millones de dólares estadounidenses (US$).[6] La valoración y perspectiva del financiamiento climático de laConvención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y el capítulo sobre esta financiación delquinto informe de evaluación delGrupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se han basado en este seguimiento.[7] Esto y otras investigaciones sugieren la necesidad de realizar un mejor seguimiento de esta financiación.[8] En particular, sugieren que los financiadores pueden mejorar sincronizando sus informes, siendo consistentes en la manera en que informan de sus cifras, y proporcionando información detallada sobre cómo se van aplicando los programas y realizando losproyectos a lo largo del tiempo.
Las estimaciones sobre la falta de financiamiento climático (para alcanzar losObjetivos de Desarrollo Sostenible o los compromisos delAcuerdo de París) varían según zonas geográficas, sectores, actividades incluidas, calendarios, objetivos y suposiciones subyacentes. ElInforme sobre el desarrollo mundial 2010 estima entre 140 y 175 miles de millones de dólares anuales hasta 2030 las necesidades de financiación para mitigación en países en desarrollo. Además calcula que harían falta de 30 a 100 miles de millones de dólares anuales desde 2010 hasta 2050 para adaptación.[9]
El informePerspectiva energética mundial (World Energy Outlook, WEO) 2011 de laAgencia Internacional de la Energía estima que para satisfacer la creciente demanda de energía hasta 2035 será necesario invertir US$ 16,9billones en nueva generación. El 60 % iría a energías renovables.[10] Por tanto, el capital requerido para satisfacer la demanda energética hasta 2030 se eleva a US$ 1,1billones anuales de media, distribuido (casi equitativamente) entre las grandeseconomías emergentes (China,India,Brasil, etc.) y los restantes países en desarrollo.[11]
Estimaciones[12] más recientes (2016) delPrograma de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sitúan el coste de adaptación de los países en desarrollo entre 280 y 500 miles de millones de dólares anuales hasta 2050. No solo elevan sustancialmente las previsiones anteriores, sino que avisan que en los próximos años las necesidades podrían aumentar todavía más. Para cerrar la brecha de financiación las aportaciones públicas internacionales deberían ser de 6 a 13 veces superiores a las actuales.[12]
Losfondos climáticos multilaterales (i.e. participados por múltiples gobiernos nacionales) son importantes vehículos de financiamiento climático. Los mayores son elFondo Verde del Clima, elFondo de Adaptación, losFondos de Inversión en el Clima y elFondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés). En 2016, estos 4 fondos aprobaron US$ 2,78 miles de millones para apoyar proyectos.India fue el país que recibió la mayor cantidad total, seguido porUcrania yChile.Tuvalu recibió la mayor financiación por persona, seguido porSamoa yDominica.Estados Unidos es el mayor donante de estos 4 fondos, mientras que losnoruegos son quienes más contribuyen por persona.[13] La mayoría de los fondos multilaterales para el clima utilizan una amplia gama de instrumentos de financiación, comosubvenciones,deuda, capital y opciones demitigación deriesgos. Estos instrumentos pretenden animar (crowd in, lo contrario delefecto desplazamiento) a que otros financiadores, ya sean gobiernos nacionales, empresas privadas u otros donantes, inviertan también en los proyectos donde los fondos climáticos han participado.
ElFondo Verde para el Clima es actualmente el mayor fondo multilateral para el clima, y tanto los profesionales del cambio climático como los del desarrollo están centrados en que estos recursos fluyan.
La financiación para el clima por parte de los seis mayoresbancos multilaterales de desarrollo (BMD) del mundo aumentó a un máximo de siete años de 35.200 millones de dólares en 2017. Según laAgencia Internacional de las Energías Renovables, (IRENA por su sigla en inglés), latransición energética mundial podría aportar 19 billones de dólares en ganancias económicas para 2050.
Losbancos de desarrollo multilaterales también invierten enormes sumas en la mitigación del cambio climático y la adaptación a él. Solo en 2015 destinaron US$ 81 miles de millones.[14]
Desde 2012, elBanco Europeo de Inversiones ha aportado 170.000 millones de euros en fondos para el clima, que han financiado más de 600.000 millones de euros en programas para mitigar las emisiones y ayudar a las personas a responder al cambio climático y al agotamiento de labiodiversidad en todaEuropa y el mundo.[15][16]
Los fondos nacionales climáticos no tienen la intención de duplicar los flujos financieros, recaudar fondos suplementarios o incrementar el esfuerzo de los donantes.[17] Por el contrario, los fondos nacionales proporcionan un mecanismo para combinar, a nivel de proyecto, el financiamiento climático multilateral con otros dineros. Variospaíses en desarrollo ya han establecido fondos nacionales que reciben y canalizan el financiamiento climático de diversos donantes. Un estudio de laOCDE de 2011 sugiere que hay al menos 10 fondos climáticos nacionales enBrasil,Indonesia,Bangladés,China,Ecuador,Guyana,Maldivas yTailandia. En muchos países, elPNUD actúa como administrador de estos fondos, lo que ha contribuido a aumentar la confianza de los donantes en que se respetarán los estándaresfiduciarios.[17]
Si bien son escasos los datos precisos sobre la capitalización de estos fondos, se estima que alrededor de US$ 1,3 miles de millones han sido prometidos a tales mecanismos.[17]
Eldinero público ha sido tradicionalmente una fuente significativa de inversión eninfraestructura. Sin embargo los presupuestos públicos son a menudo insuficientes para los mayores y más complejos proyectos de infraestructura, particularmente en países de bajos ingresos. En algunos casos las infraestructuras que no provoquen mayores emisiones degases de efecto invernadero (por ejemplo, una central eléctrica termosolar) son más caras, tienen mayor riesgo financiero o costes iniciales más elevados que las que sí las provocan (por ejemplo, una central de carbón).[18][19] En otros casos es al revés y las tecnologías respetuosas con el clima son más baratas[20] que las dañinas. Si los países van a acceder a la escala de financiación requerida, resulta fundamental considerar todo el espectro de fuentes de financiación y sus requisitos, así como los diferentes mecanismos disponibles, y cómo pueden combinarse.[21] Por tanto cada vez se reconoce más que hará falta dinero privado para cubrir el déficit de financiamiento climático.
Los inversores privados pueden ser atraídos a proyectos deinfraestructura urbana sostenible si se prevé un retorno suficiente de la inversión, ya sea por el propio flujo de ingresos que la infraestructura genere cuando funcione, o porque un gobierno solvente se comprometa a un apropiado calendario de pagos. Labancabilidad del proyecto y lafiabilidad crediticia de sus promotores son por tanto prerrequisitos para atraer el dinero privado.[22] Las fuentes potenciales de financiamiento climático privado incluyenbancos comerciales, compañías de inversión,fondos de pensiones,aseguradoras yfondos soberanos. Estos diferentes tipos de inversores tendrán diferentes expectativas derentabilidad-riesgo y horizontes de inversión, por lo que los proyectos necesitarán ser estructurados apropiadamente (por ejemplo con distintos tramos de rentabilidad de la deuda según el plazo).[23]
Los gobiernos disponen de una amplia gama de mecanismos de financiación para asegurar la rentabilidad de los inversores privados, comoacciones,deuda, donaciones o instrumentos para reducir riesgos, por ejemplo garantías. Algunos de estos mecanismos se utilizarán por defecto como parte de la base de financiación de un gobierno; otros pueden desplegarse para movilizar la inversión en un proyecto climático concreto.
La financiación verde (también llamadafinanciación sostenible) es más amplia que la climática[24] y la engloba, es decir, todo financiamiento climático es financiación verde, pero no toda financiación verde es financiamiento climático. Por ejemplo, inversiones para el control de lacontaminación industrial, la depuración deaguas residuales o la protección de labiodiversidad son financiación verde, pero no climática. En cambio las inversiones en mitigación —que buscan reducir o evitar las emisiones degases de efecto invernadero— o en adaptación —que reducen la vulnerabilidad de personas y bienes a los efectos del calentamiento mundial— son a la vez financiación verde y climática.
Los asesores financieros Climate Mundial definen[25] financiación verde como cualquier instrumento financiero que proporciona externalidades medioambientales positivas, reales, verificadas y adicionales al negocio habitual. Mientras que el financiamiento climático es una forma de financiación verde referida a proyectos que ayudan a los países en desarrollo a reducir emisiones degases de efecto invernadero o a adaptarse alcalentamiento mundial.