Fiestas romanas, o enitalianoFeste romane, P 157, es unpoema sinfónico para orquesta compuesto porOttorino Respighi en 1928. La piezaprogramática retrata musicalmente cuatro escenas festivas de laAntigua Roma y de laRoma moderna. Forma parte de laTrilogía romana, siendo el tercero de sus tres poemas sinfónicos sobre la ciudad eterna, después deFontane di Roma (1916) yPini di Roma (1924). Esta obra es la más larga y exigente; quizá por esta razón se interpreta con menos frecuencia y es la menos conocida de la trilogía.[1][2][3][4]
Lacomposición finalizó en 1928, cuatro años después dePini di Roma. Todo comenzó en 1913 cuando Respighi se trasladó a Roma desde su ciudad natal,Bolonia. En la ciudad eterna las "maravillosas fuentes" y los "pinos como paraguas que aparecen en todas partes del horizonte" eran dos características que, en palabras del propio compositor, "[han] hablado a mi imaginación por encima de todo".[5] Al parecer fue el sonido del gorgoteo peculiar de la fuente del Valle Giulia lo que inspiró para empezar a escribir su primer poema sinfónicoFontane di Roma.[6][7]
La inquebrantable sensibilidad de Respighi, que incluye sobre todo un particular sentido del gigantismo orquestal y del color auténtico, se manifiesta con profusión en esta composición.[4] Respighi sintió que este tercer poema sinfónico representaba "el máximo de sonoridad y color orquestal" logrado por él. A partir de entonces el maestro italiano empezó a favorecer las composiciones paraagrupaciones instrumentales más pequeñas.[8] Pero para el público queda por debajo que su mayor logro en interés musical.[2] Cuando las brisas angulosas,disonantes yjazzísticas invadieron el clima musical de Europa tras laPrimera Guerra Mundial, Ottorino Respighi se preparó con confianza para hacer frente a la tormenta. Escribió en 1932:"Nos oponemos a este arte que no puede tener ni tiene ningún contenido humano y tiende a ser sólo un experimento mecánico y un enigma cerebral. En el mundo musical reina hoy la babel bíblica. Desde hace 20 años las tendencias más divas y dispares se han consolidado en un caos revolucionario ininterrumpido... Una conexión lógica debe unir el pasado con el futuro, y elRomanticismo de ayer debe convertirse en elRomanticismo de mañana."[4]
Elestreno se celebró el 21 de febrero de 1929 en elCarnegie Hall de Nueva York, con la interpretación de laOrquesta Filarmónica de Nueva York bajo la batutaArturo Toscanini.[9] La primera edición de la pieza fue publicada por laCasa Ricordi en 1929 enMilán.[10]
Lapartitura está escrita para una granorquesta sinfónicaromántica formada por:[10]
Se trata de una configuración estándar de orquesta sinfónica, a la que se unen algunos instrumentos inusuales destinados a evocar los sonidos que podrían haberse escuchado en Roma en épocas anteriores: el órgano, la mandolina, lostavolette y tres buccinas. Labuccina es un instrumento militar de laAntigüedad que en la mayoría de las orquestas modernas es reemplazado por trompetas, tal y como señaló Respighi.[4]
La pieza consta de cuatromovimientos:[10]
La interpretación de la obra dura aproximadamente 25 minutos. El compositor precedió a cada movimiento con unprograma en el que describe lo que va a retratar musicalmente.[2]
El primer movimiento,Circenses oJuegos de circo, lleva la indicación detempoModerato – MoltoAllegro y el compás se inicia en3/4 y en elAllegro pasa a6/8. Según el programa descrito por el compositor:[11]
«Il cielo è torvo sul Circo Massimo, ma la plebe è in festa: "Ave Nerone!". Si schiudono le ferree porte, e viene per l'aria un canto religioso e l'urlo delle belve. La folla ondeggia e freme: impassibile, il canto dei martiri si diffonde, vince, naufraga nel tumulto.»«El cielo está sombrío sobre el Circo Máximo, pero la plebe está de fiesta: " ¡Ave, Nerón!". Se abren las puertas de hierro, y por el aire llega un canto religioso y el rugido de las fieras. La multitud se balancea y se estremece: impasible, el canto de los mártires se propaga, se impone, naufraga en el tumulto.»
Representa una escena en elCircus Maximus de laAntigua Roma. Las aclamaciones de la festiva plebe y el toque de tres trompetas alunísono anuncian la entrada delemperadorNerón. La multitud vitorea antes de que los instrumentos másgraves imiten el rugido de las bestias. Desde el centro de la arena se eleva elcanto de losmártires cristianos sugerido por las cuerdas y los vientos. Este canto se opone y se mezcla a los gruñidos de las fieras a las que son entregados a morir en la pista delcirco romano. El movimiento finaliza con violentosacordes orquestales, completados por pedales de órgano, para representar el fin de los mártires. El gentío se exalta, se estremece y el alboroto se generaliza.[11]
El segundo movimiento,Giubileo oJubileo, lleva la indicaciónDoloroso e stanco (Dolorido y cansado) y el compás es3/2. Según el programa descrito por el compositor:[11]
«I pellegrini si trascinano lungo la via, pregando. Finalmente, dalla vetta di Monte Mario, appare agli occhi ardenti e alle anime anelanti la città santa: "Roma! Roma!". Un inno di giubilo prorompe, e gli risponde lo scampanio di tutte le chiese.»«Los peregrinos recorren el camino rezando. Finalmente, desde la cumbre del Monte Mario, aparece ante los ojos ardientes y las almas anhelantes la ciudad santa: "¡Roma! ¡Roma!". Un himno de júbilo prorrumpe y le responden las campanadas de todas las iglesias.»
Representa la fiestacatólica delJubileo que reúne aperegrinos de toda la tierra cada veinticinco años en Roma. Los peregrinos descienden fatigosamente lavía romea cantando unhimno de oración encomendado al clarinete y al fagot. Todos los instrumentos entran poco a poco en uncrescendo que se cierra con una brusca réplica de toda la orquesta. El corno inglés, apoyado por eltrémolo de los violines, retoma el canto litúrgico y el desarrollo se va animando a medida que la ascensión alMonte Mario acerca por fin la meta. La repentina visión de Roma libera los espíritus en un canto de júbilo mientras la ciudad eterna ofrece su panorámica con el repicar de todas las iglesias en un resplandor de colores. La atmósfera se desvanece lentamente mientras el sonido de la campana de laBasílica de San Pedro vibra con fuerza en el aire y la llamada de las trompas nos adentra en la siguiente pieza.[11]
El tercer movimiento,L'Ottobrata oFestival de octubre, lleva la indicaciónAllegro gioioso y el compás es2/4. Según el programa descrito por el compositor:[11]
«Festa d'ottobre nei Castelli inghirlandati di pampini: echi di caccia, tintinnii di sonagliere, canti d'amore. Poi, nel vespro dolce, trema una serenata romantica.»«Fiesta de octubre en los castillos engalanados con hojas de parra: ecos de caza, tintineo de cascabeles, cantos de amor. Después, en el atardecer dulce, tiembla una serenata romántica.»
Representa lafiesta de la cosecha y lacaza en los campos cerca de Roma. El solo de corno inglés evoca la cosecha, mientras que en el fondo las trompas ilustran la caza. El ambiente festivo de loscastillos romanos es presentado mediante el tema ejecutado por las trompas y abordado después por las trompetas que ilustran los "ecos de la caza". Las trompas que ilustran la caza, lo hacen citando célebres fanfarrias que todavía hoy se tocan en Francia en competiciones de trompas de caza (por ejemplo, "Le Bonsoir", que figura en el compendio de laFédération Internationale des Trompes de France (FITF) de toques que se deben conocer para participar en concursos de trompa de caza). Emprenden la marcha y el trote del caballo hace tintinear sus cascabeles durante e rato hasta que se eleva en el aire unamelodía de amor, confiada primero alregistroagudo de los violines y luego al clarinete. Se avecina el atardecer. A lo lejos se oyen las llamadas de las trompas de caza mientras la mandolina propone una "serenata romántica" que luego retoman y reelaboran los violines, las trompas y, poco a poco, casi todos lossolistas de la orquesta. Cae la tarde y el sonido de la sonaja acompaña el regreso.[11]
El cuarto y último movimiento,La Befana oEpifanía, lleva la indicaciónVivo y el compás es 1/2. Según el programa descrito por el compositor:[11]
«La notte dell'Epifania in piazza Navona: un ritmo caratteristico di trombette domina il clamore frenetico: sul mareggiare fragoroso galleggiano, a quando a quando, motivi rusticani, cadenze di saltarello, la voce dell'organo meccanico d'un baraccone e l'appello del banditore, il canto rauco dell'ubriaco e il fiero stornello in cui s'espande l'anima popolaresca: "Lassàtece passà, semo Romani!"»«La noche de la Epifanía en la Plaza Navona: un ritmo característico de trompetas domina el clamor frenético: sobre la marea fragorosa flotan, de cuando en cuando, motivos rústicos, cadencias de saltarello, la voz del órgano mecánico de una barraca y la llamada del pregonero, el canto ronco del borracho y el orgulloso stornello en que se expande el alma popular: "Lassàtece passà, semo Romani!"»
Representa lafestividad de la Epifanía que tiene lugar por la noche enPlaza Navona de Roma. El fondo inicial de la fiesta se caracteriza por las trompetas populares que, confiadas al ritmo petulante y un tanto ácido del clarinete piccolo, emergen y luego se hunden en el caos de la plaza. Una serie demotivos rústicos surgen del diálogo entre las trompetas y las trompas antes de que la multitud, acompañada por los clarinetes, se entregue a unadanza desaltarello. Unorganillo interpreta unvals acompañado de toques de trompeta que representan los gritos delpregonero. Un trombón tenor casijazzístico nos ilustra los movimientos del juerguista borracho. Le sigue una vasta sección en la que aflora el tema delstornello popular "Lassàtece passà, semo Romani" ("¡Déjennos pasar! ¡Somos romanos!"). La vuelta cada vez más frenética al ritmo del saltarello nos lleva hacia la alegre conclusión sobre un motivo vigorosamente marcado por toda la orquesta.[11]
En 1942 Toscanini llevó a cabo una grabación de la obra con laOrquesta de Filadelfia para la discográficaRCA Victor. El mismo director la volvió a grabar con laOrquesta Sinfónica de la NBC en elCarnegie Hall en 1949, también para RCA. Ambas grabaciones están disponibles enLP yCD. La interpretación de 1949 superó todos los límites de los equipos de grabación de la época. De hecho Toscanini insistió durante mucho tiempo con losingenieros de sonido, con el fin de captar toda ladinámica de la música, especialmente en los primeros y últimos movimientos.
AunqueFeste romane se suele considerar menos lograda que sus dos predecesoras, el director de orquesta e intérprete de RespighiYan Pascal Tortelier destaca la"mezcla realmente inspirada de sofisticadaorquestación,cromatismo,armonía y poderososritmos impulsores" empleada en la pieza. Asimismo valora el cuarto movimiento,La Befana, como"exuberante, casi orgiástico" y"mucho más variado y satisfactorio musicalmente" que el igualmente explosivoFinale dePini di Roma.[8]