Su longeva existencia lo llevó a ser un autor muy presente durante el siglo pasado y también durante la primera década del presente. Aunque se preparó para dedicarse a lafísica y a la investigación en este campo, su acercamiento al movimientosurrealista, especialmente a algunos escritores y artistas de esta corriente, torció de alguna manera su destino y terminó por darle rienda suelta a su inquietud como autor. Su visiónexistencialista —reflejada en las tramas tenebrosas de sus novelas pobladas de personajes extraviados de sus valores morales—,[4] su manera de exponer ideas y conceptos, su facilidad retórica y la sapiencia a la hora de introducirse en lapsicología de los individuos, lo erigieron en una de las grandes plumas de su tiempo y de su país.
A lo largo de la obra, Sabato reflexiona sobre la condición humana, la soledad, el paso del tiempo, la existencia del mal, la ciencia y la tecnología, entre otros temas. El autor cuestiona las complejidades de la existencia y ofrece una visión introspectiva sobre la naturaleza humana y su lugar en el cosmos.
Ernesto Roque Sabato nació el 24 de junio de 1911 en la ciudad deRojas (provincia de Buenos Aires), hijo de Francesco María Sabato y Giovannina Ferraro, inmigrantes italianos procedentes deCalabria. El padre era deFuscaldo y la madre deSan Martino di Finita, comunidad de origenarbëreshë (albaneses deItalia).[6] Su familia pertenecía a laclase media y el propio Sabato la definió como «clásica y jerárquica». Sobre ellos declaró a uno de sus biógrafos: «Mi padre era severísimo y yo le tenía terror, mi madre me escondía debajo de la cama matrimonial para evitarme un castigo».[7]
Fue el décimo de once hijos y nació poco tiempo después de la muerte de su noveno hermano, Ernesto José,Ernestito, por lo que él lleva su nombre.[8]
En 1933 fue elegido secretario general de laFederación Juvenil Comunista.[14] En un curso sobremarxismo conoció a Matilde Kusminsky Richter, una estudiante de diecisiete años, la cual abandonó la casa de sus padres para ir a vivir con él.[15] En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y sobre ladictadura deIósif Stalin. El partido, que advirtió este cambio, decidió enviarlo por dos años a lasEscuelas Leninistas de Moscú, en donde, según las palabras de Sabato:
Era un lugar en donde uno se curaba o terminaba en ungulag o en un hospital psiquiátrico.
Antes de Moscú, viajó aBruselas como delegado delPartido Comunista de la Argentina al Congreso contra el Fascismo y la Guerra. Una vez allí, temiendo que al ir aMoscú no regresaría, abandonó el Congreso y huyó aParís.[16] Es ahí donde escribió su primera novela llamadaLa fuente muda.[14][16] Regresó aBuenos Aires en 1936 y contrajomatrimonio por civil con Matilde Kusminsky Richter.
En el Laboratorio Curie, en una de las más altas metas a las que podía aspirar un físico, me encontré vacío de sentido. Golpeado por el descreimiento, seguí avanzando por una fuerte inercia que mi alma rechazaba.
En una entrevista realizada en 1977 para Televisión Española afirma:
Yo trabajé en observatorios astronómicos... [y ellos] están llenos de neuróticos. Contra lo que bien puede pensar la gente de la calle, el astrónomo no es un hombre en paz. Un hombre que mira a las estrellas [lo hace] porque la Tierra no le sirve. En general es un evadido, generalmente son neuróticos y a veces hasta psicóticos. Son solitarios, son desajustados con el mundo los astrónomos, en general, puede haber excepciones. Si algún astrónomo me oye que no enoje demasiado, yo no estoy seguro a esta altura de mi vida de casi nada, pero son en general así. Son incluso misántropos, y uno busca lo que no tiene, yo no tenía orden y busqué el orden porque no lo tenía, y el orden por excelencia es el orden de las matemáticas.
En 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica para dedicarse de lleno a laliteratura y lapintura.[16] Él definió a la ciencia como amoral porque «llevaría al mundo hacia el desastre».[7] Se instaló entonces en Pantanillo, en la provincia de Córdoba, para residir en un rancho sin agua ni luz pero entregado a la escritura.[20]EnAntes del fin, sus memorias , refiere que ahí conoció alChe Guevara.[21]
A fines de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, nació su segundo hijo,Mario Sabato, quien de adulto sería un conocido director de cine. Ese mismo año se instaló con su familia enSantos Lugares, desde donde desarrolló toda su carrera de escritor.
En 1948, después de haber llevado losmanuscritos de sunovela a laseditoriales deBuenos Aires y de ser rechazado por todas, publicó en la revistaSurEl túnel, una novelapsicológica narrada en primera persona. Enmarcada en elexistencialismo, una corriente filosófica de enorme difusión en la época deposguerra,El túnel recibió críticas entusiastas deAlbert Camus, quien lo hizo traducir porGallimard alfrancés. Aparte de este, la novela ha sido traducida a más de diez idiomas.[24]
En 1955 fue nombrado interventor de la revistaMundo Argentino por elgobierno de facto impuesto por laRevolución Libertadora, cargo al que renunció al año siguiente por haber denunciado la aplicación detorturas a militantesobreros y los fusilamientos de junio de 1956.[26] Ese mismo año presentóEl otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo, en donde, sin abdicar de sus antipatías hacia la figura del expresidenteJuan Domingo Perón, efectúa la defensa deEvita y sus seguidores; posición que le creó numerosas críticas de los sectores intelectuales argentinos, que eran mayoritariamente opositores al gobierno derrocado.[26]
En 1958, durante la presidencia deArturo Frondizi, Sabato fue designado director de Relaciones Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores, puesto al que también renunció al año siguiente por discrepancias con el gobierno.[16]
En 1961 publicóSobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX.[27][28] Se trata de una novela que narra la historia de una familiaaristocrática argentina en decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del generalJuan Lavalle, héroe de laguerra de la Independencia Argentina, y con los desgarramientos de la historia argentina, como lasguerras civiles del siglo XIX hasta 1955. Hacia 1967 contaba con más de 120 000 ejemplares vendidos. Es emblemática la anécdota de este libro, que según el propio Sabato, estaba destinado a la destrucción por el fuego como tantas otras obras suyas que no vieron la luz pública. Su supervivencia, relató el propio autor en una entrevista conducida por el periodistaJoaquín Soler Serrano en un capítulo de su programaA fondo de 1977, se debe a la intervención de su esposa Matilde que lo convenció de publicarlo en vez de destruirlo. En el año 1964 había recibido el título de Chevalier des Arts et des Lettres, orden instituida porAndré Malraux.
Cuando decidí tomarlo para mi novela, no era, en modo alguno el deseo de exaltar a Lavalle, ni de justificar elfusilamiento de otro granpatriota como fueDorrego, sino el de lograr mediante el lenguaje poético lo que jamás se logra mediante documentos de partidarios y enemigos; intentar penetrar en ese corazón que alberga elamor y elodio, las grandes pasiones y las infinitas contradicciones del ser humano en todos los tiempos y circunstancias, lo que sólo se logra mediante lo que debe llamarsepoesía, no en el estrecho y equivocado sentido que se le da en nuestro tiempo a esa palabra, sino en su más profundo y primigenio significado.
La novela también incluye elInforme sobre ciegos, que a veces se ha publicado como pieza separada,[30] y sobre el cual su hijo,Mario Sabato realizó una película.[31] En 1965 se lanzó el discoRomance de la muerte de Juan Lavalle; cantar de gesta, con textos recitados deSobre héroes y tumbas y canciones con letra de Sabato y música deEduardo Falú. Otro interesado en adaptar la novela fueAstor Piazzolla, quien quiso componer unaópera, proyecto que finalmente quedó en una "Introducción", registrada en el discoTango contemporáneo, nuevamente con recitados a cargo de Sabato.[32][33] En ese mismo año enMilán, se tradujo al italiano el libro.
En 1966, la editorial Losada ofrecióObras de ficción, con prólogo de Harley D. Oberhelman. En 1967,Sobre héroes y tumbas se tradujo al francés comoAlexandra, y también al alemán, con introducción deWitold Gombrowicz. Continuamente, presentóPedro Henríquez Ureña: ensayo y antología, homenaje a su maestro y amigo. En 1968 editó, en la Editorial Universitaria de Santiago de Chile,Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo, mientras que en Copenhague se tradujoSobre héroes y tumbas al danés.[34]
En 1971 publicóClaves políticas que recoge conversaciones mantenidas con el grupo deEl escarabajo de oro y cartas entre Sabato yErnestoChe Guevara;[7] comenzó a colaborar con el periódicoLa Opinión. En 1973, organizó sus ensayos sobre el temaLa cultura en la encrucijada nacional y obtuvo el premio del Institut fur Auslandsbeziehungen deStuttgart (República Federal de Alemania).[34]
Su siguiente novela,Abaddón el exterminador, se publicó en 1974; de corte autobiográfico con una estructura narrativa fragmentaria y de argumentoapocalíptico en el cual Sabato se incluye a sí mismo como personaje principal y retoma a algunos de los personajes ya aparecidos enSobre héroes y tumbas. En aquel año recibió el Gran Premio de laSociedad Argentina de Escritores (SADE).[35]
Ernesto Sabato con el escritor peruanoMario Vargas Llosa, en la revistaPájaro de Fuego (n.º 36) de junio de 1981.
En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina. En 1976, se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera enParís (Francia) porAbaddón el exterminador,[17][34] mientras que enItalia recibió el premio Medici al mejor libro extranjero en 1977 por la misma obra.[36][37] En 1978, le otorgaron laGran Cruz al mérito civil enEspaña. En 1979 fue distinguido en Francia como comandante de la Legión de Honor.
Para la década de 1970, Sabato sentía que, como escritor, había dicho «todo lo que tenía que decir sobre los grandes temas de la condición humana: la muerte, el sentido de la existencia, la soledad, la esperanza y laexistencia de Dios».En 1983, a modo de epitafio, dijo: «Soy un simple escritor que ha vivido atormentado por los problemas de su tiempo, en particular por los de su nación. No tengo otro título».[7] El retiro de la actividad literaria coincidió con el agravamiento de sus problemas de la vista, por lo que dejó de leer y escribir por prescripción médica, para dedicarse a la pintura.[38] A pesar de esto, en años posteriores continuó publicando esporádicamente.
Por solicitud del presidenteRaúl Alfonsín, presidió entre los años de 1983 y 1984 laCONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libroNunca más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de ladictadura militar en 1985.[39]
En 1992 fue invitado al programaFax conducido porNicolás Repetto emitido porCanal 13. En ese reportaje contó que cuando jugaba al fútbol de chico era muy violento. Y comentó sobre este deporte:
El fútbol es un amistoso juego porque es algo universal, tiene sus grandes partidos y memorables. Hay momentos de verdadero ballet.
Yo entiendo la pasión en el fútbol porque la pasión es violenta.
En 1995 murió su hijoJorge Federico en un accidente automovilístico. En 1997 recibió el XIPremio Internacional Menéndez Pelayo por parte de la Universidad homónima.[17][46] El 30 de septiembre de 1998 falleció su esposa, Matilde Kusminsky Richter, y publicó sus memorias bajo el título deAntes del fin y el 4 de junio de 2000 presentóLa resistencia en la página deInternet deldiarioClarín, convirtiéndose de esta manera en el primer escritor de lengua española en publicar un libro gratuitamente en Internet antes que en papel.[16][47][48] La edición en papel fue lanzada el 16 de junio. En 2002 se le concedió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid y la Medalla de Honor de la Universidad Carlos III en reconocimiento a sus méritos literarios,[17][23] como así también el Premio Extremadura a la Creación a la mejor Trayectoria Literaria de Autor Iberoamericano (Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura).[17]
En 2004, en una emotiva ceremonia, recibió un homenaje por parte del III Congreso Internacional de la Lengua Española en presencia deCristina Fernández de Kirchner yJosé Saramago.[49] Después, la Real Academia Española lo homenajeó también y en 2005 fue distinguido en el Colegio Nacional de la Plata.
Falleció en su hogar en Santos Lugares durante la madrugada del 30 de abril de 2011, 55 días antes de cumplir 100 años, a causa de unaneumonía derivada de unabronquitis que lo aquejaba desde hacía algunos meses (también padecía serios problemas de visión),[51] según informaron sus allegados. El velatorio se realizó a partir de las 17 horas del mismo día en el club Defensores de Santos Lugares, enfrente de su casa de Saverio Langeri 3135. A pesar de su última petición de que sus restos fueran inhumados en el jardín de su vivienda y que no se enviaran ofrendas florales, fue enterrado en el cementerio Jardín de Paz, enPilar, junto a su esposa y su hijo mayor, luego de un oficio religioso llevado a cabo por monseñor Jorge Casaretto. A su funeral asistieron personalidades comoMagdalena Ruiz Guiñazú,Francisco de Narváez,Graciela Fernández Meijide,Juan Carr,Ricardo Alfonsín, entre otros.[52] Por su parte, la presidentaCristina Fernández de Kirchner envió condolencias a la familia y una ofrenda floral. Su deceso fue confirmado por su colaboradora Elvira González Fraga, quien declaró: «Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música».[53]
Su muerte coincidió con la celebración de la ciudad deBuenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011, y con el desarrollo de la 37.ª edición de laFeria Internacional del Libro de Buenos Aires. Un día después recibió un homenaje conjunto a su persona y aAdolfo Bioy Casares en la salaJorge Luis Borges, por parte del Instituto Cultural en la Feria del Libro llevada a cabo en Buenos Aires,[54] y los preparativos para las celebraciones del centenario de su natalicio ya estaban en marcha.
Los medios de prensa definieron de inmediato el fallecimiento de Sabato como el de una figura que sobrepasó la literatura para convertirse en ícono del regreso democrático en la Argentina.[55] En su portada digital del 30 de abril, el periódicoEl País (Madrid) lo llamó «último clásico de las letras argentinas» y el periódicoEl Mundo (Madrid) lo tituló «el último superviviente de los escritores con mayúscula de la Argentina».[56]
Ricardo Gil Lavedra ―quien integró el tribunal que juzgó a las juntas militares― dijo pocas horas después de la muerte de Sabato: «Fue una personalidad emblemática».[57]León Arslanian aseguró: «Fue muy importante el aporte que hizo la CONADEP y su influencia. Tiempo después, tuvimos la oportunidad de dialogar, su visión siempre fue trágica, reproducía el horror que de algún modo a él le tocaba comentar».[57]
En las redes sociales se reiteraron rápidamente los mensajes relacionados con vivencias, recuerdos y frases del escritor. La más registrada y reproducida pocos minutos después de su muerte fue su oración: «La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse».[58]
El 24 de junio de 2011, conmemorándose el natalicio del escritor, la ciudad de Buenos Aires lo homenajeó con una serie de actividades organizadas por el Ministerio de Cultura porteño y se leyeron fragmentos de sus libros en diversas entidades y en la Torre de Babel (deMarta Minujín); además su hijo, Mario Sabato, anunció la remodelación de la residencia de su padre para posteriormente ser convertida en unmuseo, que tuvo su inauguración en 2012.[59][60][61][62][63] Como homenaje, el Ministerio de Cultura porteño colocó una gran foto del escritor, reproducida sobre una tela de 88 metros de ancho por 34 metros de alto, sobre la fachada del Edificio Del Plata en Cerrito 211.[64]
El 19 de septiembre de 2014, después de tres años de demoras por falta de fondos,[65] la familia Sabato finalmente reabrió la casa del escritor como un «museo vivo» dedicado a recordar su vida y su obra. Las visitas son los sábados a las 15 horas, y están a cargo de los nietos del escritor y del mismo Sabato, que aparece en pantallas colocadas en las distintas habitaciones relatando anécdotas y describiendo a cada una.[66][67]
En 2016, el Concejo Deliberante deTres de Febrero aprobó el cambio de nominación de la calle Saverio Langeri, donde se ubica la casa museo, por el de Ernesto Sabato.[68][69]
En su juventud, Sabato fue un activista delPartido Comunista, en donde llegó asecretario general de laFederación Juvenil Comunista.[14] En este sentido, según narra en su entrevista realizada por el periodista españolJoaquín Soler Serrano, en el programa televisivoA fondo, de 1977, se desilusionó, a causa de las políticas deStalin, mientras se encontraba representado a la juventud comunista de Argentina en un congreso de jóvenes comunistas en París, en los años previos a laSegunda Guerra Mundial.[70] Posteriormente se iba a alejar delcomunismomarxista, desilusionado por el rumbo que había tomado la dictadura de Stalin en laUnión Soviética.[8]
El motor de la historia es el resentimiento, que ―en el caso argentino― se acumula desde elindio, elgaucho, elgringo, elinmigrante y eltrabajador moderno, hasta conformar el germen del peronista, el principal resentido y olvidado.
El desconocido coronel Perón, cuya estrella empezaba a levantarse sobre el horizonte vio claro que había llegado para el país la era de las masas. Y tanto su aprendizaje en Italia, su natural tendencia al fascismo, su infalible olfato para lademagogia, su idoneidad para intuir y despertar las peores pasiones de la multitud, su propia experiencia de resentido social -hijo natural como era- y por lo tanto su comprensión y valoración del resentimiento como resorte primordial de un gran movimiento de masas, y finalmente su absoluta falta de escrúpulos; todo lo capacitaba para convertirse no solamente en el jefe de las multitudesargentinas sino también en su explotador.
A pesar de sus críticas al movimiento peronista y aJuan Domingo Perón, Sabato alabó aEva Duarte, declarando que ella fue la «auténtica revolucionaria».[73][74] Posteriormente, Sabato no quiso reeditar elEl otro rostro del peronismo; y para 1987, cuando se publicaron susObras completas, se aseguró en el prefacio de que este ensayo sería publicado en un nuevo tomo de escritos políticos, que hasta el día de hoy no fue editado.[71]
Cuando en momentos en que se producía la revolución de 1955 yo vi modestas sirvientitas llorando en silencio, pensé (por fin) que los árboles nos habían impedido ver el bosque y que los afamados textos en que habíamos leído sobre revoluciones químicamente puras nos habían impedido ver con nuestros propios ojos una revolución sucia (como siempre son los movimientos históricos reales) que se desarrollaba tumultuosamente ante nosotros.[75][76]
Cuando el general Onganía derrocó al presidenteIllia, Sabato aplaudió diciendo:
Debemos tener el coraje para comprender que han acabado, que habían acabado instituciones en las que nadie creía seriamente. ¿Vos creés en la Cámara de Diputados?
Ernesto Sabato en revistaGente del 28 de julio de 1966
Esta declaración no fue poca cosa viniendo de un intelectual reconocido, ya que ladictadura de Onganía fue particularmente feroz contra los escritores y científicos, dejando para la memoria de los argentinos laNoche de los Bastones Largos, un ataque a la Universidad de Buenos Aires que obligó a exiliarse a decenas de los mejores académicos de la Argentina. Sabato no dijo nada de esto, a pesar de que tenía libre acceso a los diarios y micrófonos.
Durante el gobierno deMaría Estela Martínez de Perón, Sabato se sentía amenazado por laTriple A. Sin embargo, no se dejó intimidar por ello y publicó el ensayoNuestro tiempo del desprecio, además de diversos artículos periodísticos lanzados en el exterior en los que denunciaba la represión militar. De acuerdo a Ángela Dellepiane en su investigación para laUNESCO, el diarioLa Razón del 20 de mayo de 1976 yLa Opinión del 21 de mayo ―aún dirigido porJacobo Timerman― dan el testimonio directo del escritor sobre lo ocurrido. «Hay otra cosa que me angustia y que me sentí en la obligación de plantear: lacaza de brujas». En relación con los casos deAntonio Di Benedetto y el arquitectoJorge Hardoy, Sabato expresó: «...di nombres de personas que honran al país y que han sufrido expulsión de sus lugares de trabajo y hasta detención».[7]
Es imposible sintetizar una conversación de dos horas en pocas palabras, pero puedo decir que con el presidente de la nación hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, culturales, históricos y vinculados con los medios masivos de comunicación. [...] Hubo un altísimo grado de comprensión y respeto mutuo. En ningún momento el diálogo descendió a la polémica literaria o ideológica. Tampoco incurrimos en el pecado de caer en la banalidad. Cada uno de nosotros vertió, sin vacilaciones, su concepción personal de los temas abordados.[...] El general Videla me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresionó la amplitud de criterio y la modestia del presidente.
El escritorOsvaldo Bayer señala que con el advenimiento de la democracia, Sabato intentó justificar esa visita de apoyo a Videla como un reclamo por sus colegas desaparecidos. Los otros comensales desmintieron esa versión de Sabato y relataron que la única propuesta del escritor fue la creación de una comisión de censura para la televisión.[82]
Este episodio le trajo numerosas críticas en los años siguientes ―tal como ocurrió con otros personajes mediáticos que apoyaron abiertamente a la dictadura, comoMirtha Legrand (presentadora de televisión) oJuan Manuel Fangio (director de la empresaMercedes Benz en Argentina responsable de la entrega de los delegados gremiales)― en casos similares. Entre sus detractores se contó al escritorOsvaldo Bayer, quien acusó a Sabato de «formar parte de la hipocresía argentina».[83] En el exilio, Osvaldo Bayer relató como Sabato apoyó a la dictadura promocionando elMundial de fútbol de 1978 en varios medios. Se destaca una nota en la revista alemanaGeo-Magazin, en la que describía a los argentinos como «del color de piel de los europeos» que «comen como los italianos y visten como un inglés». El intelectual argentino blanqueó los horrores de la dictadura al mismo tiempo que dejaba mal parados a los refugiados argentinos en Europa.[84]
La continuidad de Martínez de Hoz nadie cuestiona, pero a quien tampoco nadie respalda con mayor religiosidad que el teniente General Videla. Exactamente eso: con un verdadero acto de fe hacia la gestión del ministro, lo que expresa, más que un acto político un apoyo virtualmente religioso.[cita requerida]
Ernesto Sabato, entrevista en el diarioLa Nación.
En 1979, Sabato publicóApologías y rechazos, siete extensos ensayos sobre los males de la educación, en los que desafió a la censura impuesta por la dictadura militar en la Argentina. Por otra parte, el 12 de agosto de 1980 el periódicoClarín publicó la solicitada en la que se pidió por el destino de los ciudadanos argentinosdesaparecidos durante ladictadura militar, con el título: «Se publique la lista de los desaparecidos. Se informe el paradero de los mismos»: Ernesto Sabato fue uno de los 175 firmantes.[85]
Una vez terminada ladictadura militar, Ernesto Sabato presidió laComisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, CONADEP, una comisión encargada de investigar las violaciones a losderechos humanos ocurridos en laArgentina entre 1976 y 1983 a manos de la citada dictadura militar. Esa investigación y posterior informe fueron plasmados en el sobrecogedor libroNunca Más, en el que se recogen los testimonios de las desapariciones, torturas y muertes de personas durante la dictadura militar. La CONADEP constató que «existieron 340 centros clandestinos de detención» a lo largo de todo el territorio argentino, donde tuvieron lugar torturas y ejecuciones. El informe incluyó además la descripción detallada de los métodos de tortura.
El informe se hace eco de lo que se dado en llamarteoría de los dos demonios que relaciona los actos de violencia y terrorismo perpetrados por el Estado argentino con los actos violentos perpetrados por las organizaciones guerrilleras (comoMontoneros y elERP). La siguiente frase de Sabato en el prólogo al informe es representativa de esta visión imperante durante el juicio a las juntas:
Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde laextrema derecha como de laextrema izquierda [...] a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.
Texto de Ernesto Sabato acerca de los «terroristas»[86]
Con los años, la casi totalidad de organismos de derechos humanos defendieron y auspiciaron el informeNunca Más en sus continuas reediciones. Algunos autores ponderan que el tiempo pareció potenciar las virtudes del informe, muy posiblemente debido al efecto profundo que causó en la sociedad argentina en los años posteriores a su divulgación.[87]
El informeNunca más iba a abrirles las puertas para eljuicio a las Juntas de la dictadura militar. Más tarde, Sabato condenó públicamente los doscientos ochenta indultos otorgados en 1989 a civiles y militares implicados en torturas, muertes y desapariciones durante el período de la dictadura en la Argentina.[17]
En sus últimos escritos y apariciones públicas, declaró considerar que «es desde una actitudanarcocristiana que habremos de encaminar la vida».[8]
¡Yo soy un anarquista! Un anarquista en el sentido mejor de la palabra. La gente cree que anarquista es el que pone bombas, pero anarquistas han sido los grandes espíritus como, por ejemploLeón Tolstoi.
Aunque fui un comunista activista, el anarquismo siempre me ha parecido una vía de conseguir justicia social con libertad plena. Y valoro el cristianismo delEvangelio. Este siglo es atroz y va a terminar atrozmente. Lo único que puede salvarlo es volver al pensamiento poético, a eseanarquismo social, y al arte.
La formidable crisis del hombre, esta crisis total, está sirviendo al menos para reconsiderar los modelos. Y no es casualidad que en diferentes partes del mundo empiece a reivindicarse otro tipo de socialismo, más cercano a aquel que preconizabaProudhon, o al que en nuestros tiempos han sostenido espíritus nobles y lúcidos comoMounier, entre los cristianos yBertrand Russell, entre los agnósticos. [...] Un socialismo que respete la persona, que termine con la alienación y la sociedad de consumo, que termine con la miseria física pero también con la espiritual, que ponga la técnica y la ciencia al servicio del hombre y no, como está sucediendo, el hombre al servicio de aquellas. Un socialismo descentralizado que evite los pavorosos males del superestado, de la policía secreta y de los campos de concentración [...][90]
↑Zicolillo, Jorge (2013). «247-255».La era de los culatas. La derecha peronista y el patoterismo sindical. Buenos Aires: Vergara Editores.ISBN978-950-15-2579-3.
↑Earle, Peter G. (1997).«Martínez Estrada y Sábato y sus fantasmas». En Monasterios Pérez, Elizabeth, ed."Con tanto tiempo encima": aportes de literatura latinoamericana en homenaje a Padro Lastra. Bolivia: Plural Editores y Universidad Mayor de San Andrés. pp. 157 y siguientes.ISBN84-89891-07-9. Consultado el 9 de mayo de 2014.
↑Fragmento de la entrevista realizada por Joaquín Soler Serrano a Ernesto Sabato en el año 1977 para Televisión Española. Desde el minuto 14 en adelante.
↑Woscoboinik, Julio (2006).Sábato y sus fantasmas: Dónde se hacen y deshacen los destinos. Buenos Aires: Lugar Editorial. p. 110.ISBN978-950-892-268-7.
↑abErnesto Sabato:El otro rostro del peronismo. Carta abierta a Mario Amadeo (págs., 18 y 19). Buenos Aires: s. d., segunda edición, 1956.
↑«Una histórica charla para argentinos. Diálogo Fangio-Sabato», enMedio siglo con Sabato. Entrevistas. Prólogo, recopilación y notas deJulia Constenla. Buenos Aires: Ediciones B 2000. pág.,186.