Laera (del latínarea ‘terreno llano despejado’), como lugar de trabajo, es un espacio de terreno limpio y firme donde se realizan diversas funciones, según el tipo de era: se trabajan loscereales, se cultivanvegetales, se preparanargamasas, se trabajan losminerales, etc.
Enagricultura, laera de trilla es el terreno (normalmente circular y empedrado) donde setrillaban loscereales y posteriormente seaventaban para obtener el grano. Cuando aparecen agrupadas en un espacio colectivo, al conjunto se le denominaejido.
Normalmente se encuentran situadas cerca de uncortijo ocortijada, o en lugares accesibles desde zonas de cultivo, y suelen estar empedradas con materiales de diversa naturaleza (cantos rodados, del tamaño de un puño aproximadamente,lajas depizarra,losas e, incluso, la propia roca aflorante), aunque en raras ocasiones no están empedradas, y entonces se denominanterrizas.[1] Las eras se construían con una ligera pendiente, para evitar que se encharcaran con laslluvias, y una vez construido elbalate de base, circular, desde su centro se trazaban los radios que facilitarían el empedrado.
Para salvar los posiblesdesniveles y aislarla deescorrentías que puedan formarse con lalluvia, ayudando así a su conservación, en ocasiones están rodeadas de muros de más de 50cm de grosor y de poca altura. Su construcción solía hacerse en lugares altos, para aprovecharvientos suaves y constantes, que facilitasen la labor deaventar o separar elgrano de lapaja, una vez se terminaba eltrillado.
Era frecuente que se construyeran dos eras, una para el cereal y otra para elpicón; así, una era laera limpia, destinada a cereal para alimentación humana y animal, y la otra era laera sucia, que se utilizaba para hacerpicón. Sus dimensiones y formas son variables, aunque como mínimo tenían que tener la anchura suficiente como para que un trillo tirado por unamula pudiese girar, dando vueltas sobre su superficie, durante horas, sin forzar demasiado las curvas para que el animal trabajase cómodamente.
Junto a la era, solía construirse uncobertizo ochambao (en laAlpujarra, normalmente en forma detinao), para resguardar el grano ya en sus sacos y que, posteriormente, se utilizó para guardar la máquina aventadora, que aparece a partir de comienzos del siglo XX.