
En laFilosofía política, elderecho de rebelión,derecho de revolución oderecho de resistencia a la opresión es underecho reconocido a lospueblos frente a gobernantes de origen ilegítimo, o que teniendo origen legítimo han devenido en ilegítimos durante su ejercicio, que autoriza ladesobediencia civil o familiar y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos y reemplazarlos por gobiernos que posean legitimidad.[1] En otro sentido, se puede considerar que es el deber del pueblo de una nación adeponer un gobierno que actúe en contra del interés común y/o que atente contra la seguridad del pueblo sin ninguna razón.
Escrito a través de la historia de una forma u otra, la creencia en este derecho ha sido usada para justificar varias revoluciones, incluyendo laRevolución Estadounidense, laRevolución Francesa, laRevolución Rusa, y laRevolución Iraní.
El derecho a la resistencia frente al tirano, que ha llegado a justificar la muerte de este, se puede encontrar en laAntigüedad. Así yaPlatón trató el tema de latiranía y del derecho del pueblo a defenderse contra el tirano y la injusticia. A partir de él, numerosos autores han desarrollado el tema a lo largo de la historia, tales comoSan Isidoro de Sevilla ySanto Tomás de Aquino.[2]
Este derecho puede considerarse implícito en laDeclaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, que en su párrafo más famoso declara:
Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.
El derecho a la resistencia fue incluido de forma explícita en laDeclaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) de laRevolución francesa, pero se encuentra más desarrollado en los tres últimos artículos de la que se redactó nuevamente el 24 de junio de 1793:
Miguel de Cervantes ya afirmaba algo parecido a este último artículo: "Por lalibertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida" (Don Quijote, II, cap. 58). LaCarta fundacional de lasNaciones Unidas (ONU) reconoce este derecho de forma implícita, estableciendo no obstante que las partes se deben someter a las decisiones de suConsejo de Seguridad, que componen quince estados, los cinco con derecho aveto y diez más que ejercen su función por un periodo determinado y rotativo.[4]
En laDeclaración Universal de Derechos Humanos de 1948, este derecho no es reconocido explícitamente, pero sí implícitamente en el Preámbulo:
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;Preámbulo de laDeclaración Universal de los Derechos Humanos
Entre los más importantes movimientos revolucionarios que han afirmado y justificado el ejercicio del derecho de rebelión están:
Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurrección es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes.Artículo 35 de laDeclaración de los Derechos del Hombre de 1793