Su denominación se derivaba de la imitación del simbolismo y el ritual del oficio de loscarbonari, es decir, elgremio de los que preparaban elcarbón y lo vendían; de un modo equivalente a como lamasonería se identificaba con los gremios de la construcción.
Como en toda sociedad secreta, quien se inscribía en laCarboneria no podía conocer todas las finalidades de la organización en el momento de su adhesión: los iniciados eran de hecho llamados al principioapprendisti ("aprendices") y sólo con el tiempo se convertían enmaestri ("maestros"). Se exigían juramentos de fidelidad y secreto, cuya contravención se castigaba con la muerte.
La organización, de tipo jerárquico, era muy estricta: los núcleos locales, llamados "baracche ("barracas" o "barracones"), se reunían en aglomeraciones más grandes, llamadasvendite ("ventas"), que a su vez dependían de lasvendite madri ("ventas madre") y de lasalte vendite ("altas ventas"). De lo demás se conoce poco con certeza, y el hecho de que las fuentes historiográficas no proporcionen informaciones seguras es consecuencia de lo poco fiable que puede ser la documentación de actividades que sus propios miembros se esforzaban en mantener secretas, y que si eran descubiertas por lapolicía, podía tener como consecuencia la cárcel o incluso elpatíbulo.
Con el nombre deAlta Vendita se publicaron en 1859, unas presuntas instrucciones de la cúpula carbonaria para infiltrarse en la jerarquía vaticana.
Los adeptos de laCarboneria aspiraban sobre todo a lalibertad política y a ungobierno constitucional. Pertenecientes en gran parte a laburguesía y a las clases sociales más elevadas, se habían dividido en dos sectores o logias: lacivil, destinada a la protesta pacífica o a la propaganda, y lamilitar, destinada a las acciones armadas.
Nacida inicialmente como forma de oposición a la política filonapoleónica deJoaquín Murat, la Carbonería afilió a seguidores enFrancia y enEspaña, teniendo como objetivos las libertades políticas y la obtención de unaconstitución liberal en cada nación deEuropa.
Después de la caída de Murat, la lucha se dirigió contra el reyFernando I de las Dos Sicilias, que tras ser repuesto en el trono gobernaba como un monarca absoluto, sin responder a las expectativas que los carbonarios habían puesto en una posible moderación del rey exiliado. El número de los carbonarios napolitanos crecía en respuesta al descontento de la burguesía urbana de artesanos y comerciantes, perjudicados por la política borbónica, favorable a los grandes terratenientes.
Los dirigentes de laCarboneria comenzaron a optar por acciones violentas con estrategias de tipoguerrillero. En cambio, su posicionamiento ideológico permaneció ambiguo: se declaraban a favor de la independencia y unificación italiana, pero sin concretar lo más mínimo la forma de gobierno que debería tener una Italia libre. Tal indefinición política de laCarboneria, que tuvo la virtud de permitir la unión de elementos tanto de ladestra (derecha política) como de lasinistra (izquierda política) o delcentro (centro político), se superó cuando, después de una larga serie de derrotas militares, la reflexión política de los carbonarios se centró en el problema de la libertad con una perspectiva más amplia.
La Carbonería pasó por primera vez de las palabras a los hechos en 1820 en Nápoles, organizando revueltas de carácter antiabsolutista y liberal-constitucional que se inspiraban en la sublevación deRafael del Riego en España el primero de enero del mismo año (el pronunciamiento militar de Cabezas de San Juan, que restableció la vigencia de laConstitución de Cádiz y dio inicio alTrienio Liberal). Los oficialesMichele Morelli yGiuseppe Silvati (a los que se adhirieron generales pro-Murat, comoGuglielmo Pepe) el primero de julio marcharon deNola hacia Nápoles a la cabeza de sus regimientos de caballería. Atemorizado por la protesta, el rey Fernando I aceptó conceder una nueva carta magna, que esencialmente era la propia Constitución de Cádiz y la adopción de unparlamento.
La victoria de la revolución napolitana, aunque parcial, ilusoria y aparente, causó mucha esperanza en la península. Los carbonarios piamonteses, guiados porSantorre de Santarosa, marcharon haciaTurín, capital delReino de Cerdeña, y el 12 de marzo de 1821 obtuvieron la concesión de una constitución liberal.
Sin embargo, laSanta Alianza no toleró semejante desafío al absolutismo y a partir de febrero de 1821 envió un ejército al sur que derrotó a los insurrectos napolitanos, numéricamente inferiores y mal equipados. También en Piamonte el reyCarlos Alberto de Saboya, indeciso, cedió a las presiones de su hermanoCarlos Félix y pidió la intervención militar de Austria: el 8 de abril el ejército de los Habsburgo venció a los revoltosos. En cuestión de meses los movimientos de 1820 y 1821, desencadenados casi totalmente dentro de la Carbonería, podían declararse fracasados.
Entre los principales dirigentes de laCarboneria, Morelli y Silvani fueron condenados a muerte; Pepe fue condenado al exilio; Confalonieri, Pellico y Maroncelli fueron encarcelados.
Los movimientos de 1831 y el fin de la "Carboneria"
Derrotados pero no aniquilados, los carbonarios participaron en 1830 en las jornadas revolucionarias de julio en París que entronizaron al rey liberalLuis Felipe I de Francia. Entusiasmados por la victoriosa sublevación parisina, los carbonarios italianos también tomaron las armas contra algunos Estados centro-septentrionales, y en particular contra losEstados Pontificios yMódena.
En la capital emiliana,Ciro Menotti fue el que tomó la iniciativa, intentado encontrar el soporte político para el duqueFrancisco IV de Módena, que fingió responder positivamente a cambio de la concesión del título deRey de la Alta Italia. Sin embargo, el día anterior a la fecha marcada para la sublevación, el duque hizo arrestar a Menotti, y posteriormente, por sugerencia del estadista austriacoKlemens von Metternich, lo condenó a muerte, al igual que a otros aliados.
En los Estados Pontificios, la revuelta comenzó en febrero de 1831. En las ciudades deBolonia,Reggio Emilia,Imola,Faenza,Ancona,Ferrara yParma estallaron sublevaciones populares lideradas por los carbonarios, que establecieron un gobierno provisional bajo la banderatricolor que simbolizaba la unidad de Italia. Un cuerpo de milicia voluntario, que habría tenido el objetivo de marchar haciaRoma, fue masacrado por las tropas austriacas llamadas por el papaGregorio XVI, que repusieron su autoridad en estos territorios.
Esta derrota hizo entender a muchos carbonarios que militarmente, sobre todo solos, no podían imponerse contra Austria, una de las grandes potencias del Viejo Continente.Giuseppe Mazzini fundó una nueva sociedad secreta llamadaGiovine Italia ("Joven Italia") en la que pasaron a militar muchos exadherentes de laCarboneria. La antigua institución, ya casi sin defensores, cesó prácticamente de tener actividad, aunque mantuvo su existencia hasta 1848.
Los carbonarios españoles durante el trienio también formaron parte de una sociedad internacional de Regeneradores Europeos, alimentada por los emigrados italianos en todos los países.[1], enHispania,1962, Volumen 22.
↑Stendhal; C.K. Scott-Moncrieff (1991).Three Italian chronicles. New Directions Publishing. pp. 163-195. Fuente citada enVanina Vanini de la Wikipedia en inglés.