José Martínez Ruiz, más conocido por su seudónimoAzorín (Monóvar, 8 de junio de 1873-Madrid, 2 de marzo de 1967), fue un escritorespañol perteneciente a lageneración del 98, que cultivó diversos géneros literarios: la novela, el ensayo, la crónica periodística y la crítica literaria y, en menor medida, el teatro.
Como político, ocupó en cinco ocasiones consecutivas (entre 1907 y 1919) escaño de diputado a Cortes por elPartido Conservador durante laRestauración (cuatro por dos distritos de Almería,Sorbas yPurchena, y una por el dePuenteareas en Pontevedra).[1]
Nacido en la localidadalicantina deMonóvar el 8 de junio de 1873, su nombre completo en el registro fue José Augusto Trinidad Martínez Ruiz. Su padre era natural deYecla (Murcia) y militaba en elPartido Liberal-Conservador (llegó a ser alcalde, diputado y seguidor deFrancisco Romero Robledo). Ejercía de abogado en Monóvar y poseía una importante hacienda. Su madre había nacido enPetrel. Era una familia tradicional burguesa y acomodada. Azorín fue el mayor de nueve hermanos. Estudióbachillerato interno durante ocho años en el colegio de losEscolapios de Yecla, etapa que refleja en sus dos primeras novelas, de fuerte contenido autobiográfico. De 1888 a 1896 cursó derecho enValencia, donde se interesa por elkrausismo y elanarquismo y se entrega a febriles lecturas literarias y políticas. Empiezan sus pinitos periodísticos. Usa seudónimos como Fray José, enLa Educación Católica de Petrer, y Juan de Lis, enEl Defensor de Yecla. Escribe también enEl Eco de Monóvar,El Mercantil Valenciano e incluso enEl Pueblo, periódico deVicente Blasco Ibáñez. Casi siempre hace crítica teatral de obras de fuerte contenido social (elogia las obras deÁngel Guimerá yBenito Pérez Galdós o elJuan José deJoaquín Dicenta) y ya refleja sus inclinaciones anarquistas. Traduce el dramaLa intrusa deMaurice Maeterlinck, la conferencia del francés A. HamonDe la patria oLas prisiones deKropotkin. En 1895 publica dos ensayos,Anarquistas literarios yNotas sociales, en los que presenta al público las principales teorías anarquistas.
Se examinó enValencia, pero fue más estudiante que estudioso y más atento a las tertulias, al periodismo, al teatro y a la literatura que a las leyes. Llegado el 25 de noviembre de 1896 a Madrid para seguir sus estudios, se inició en medio de grandes privaciones en el periodismo republicano: enEl País (1896), de donde le echaron, o enEl Progreso (1897), periódico deAlejandro Lerroux, donde trabajó como crítico, bajo los seudónimos de Cándido —en honor aVoltaire—, Ahrimán —el dios persa de la destrucción—, Charivari y Este, entre otros, recibiendo solo el apoyo deLeopoldo Alas, Clarín, en uno de susPaliques.
Poco a poco su nombre fue apareciendo cada vez más en revistas y periódicos comoRevista Nueva,Juventud (firmando conPío Baroja yRamiro de Maeztu comogrupo de los Tres),Arte Joven,El Globo,Alma Española,España,El Imparcial yABC. Al mismo tiempo va publicando folletos y libros. Escribe una trilogía de novelas autobiográficas de donde sacará su definitivo seudónimo, «Azorín», con el que empezará a firmar en 1904:La voluntad (1902),Antonio Azorín yLas confesiones de un pequeño filósofo.
A partir de 1905 el pensamiento y la literatura de Azorín están ya instalados en elconservadurismo. Comienza a colaborar enABC donde participó activamente en la vida política.Antonio Maura y sobre todo el ministroJuan de la Cierva y Peñafiel[2] se convierten en sus máximos valedores.
Caricatura deTovar publicada enEl Liberal el 11 de noviembre de 1908, en la que aparecen Azorín yMaura.
Entre 1907 y 1919 fue cinco veces diputado cunero[3] y dos breves temporadas (en 1917 y 1919) subsecretario de Instrucción Pública. Crítico en sus primeros años con el sistema político de la Restauración, al que tenía por corrupto, pasó, con el tiempo, a integrarse en él.[4] Tenía ya una larga trayectoria en la prensa madrileña cuando se incorporó aLa Vanguardia como crítico literario.[5] Gracias al empeño del directorMiquel dels Sants Oliver, Azorín publicó, en este rotativo, cerca de doscientos artículos entre 1914 y 1917. No es de extrañar que un conspicuo representante de la cultura castellana publicara en las páginas de un diario barcelonés comoLa Vanguardia, ya queBarcelona fue la capital donde se impulsó y se dio a conocer, según los estudiosos, lageneración del 98.
Viajó incansablemente por España y ahondó en la lectura de los clásicos delSiglo de Oro. El directorio militar dePrimo de Rivera enfrió la actividad pública de Azorín, quien se negó a aceptar cargos políticos de manos del dictador. En 1924 fue elegido miembro de laReal Academia Española.
Cuando estalló laGuerra Civil huyó del Madrid delFrente Popular y con su esposa,Julia Guinda Urzanqui (1876-1974), se refugió enFrancia. Años después, en 1966, fruto de su estancia en París durante la contienda, escribió el ensayoParís, con sus impresiones sobre la capital francesa. Terminada la contienda, pudo regresar a España gracias a la ayuda que al efecto recibió del entonces ministro del Interior,Ramón Serrano Suñer, a quien años más tarde (1955) dedicó Azorín «con viva gratitud» su obraEl pasado (Biblioteca Nueva, Madrid). En 1946 se le otorgó lagran cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio.[6]
En sus últimos años se mostró apasionado y asiduo espectador cinematográfico. Por su actividad articulista en el tema, elCírculo de Escritores Cinematográficos le concedió en 1950 la Medalla a la mejor labor literaria.[7] El 5 de julio de 1963 fue nombrado hijo adoptivo de Alicante.[8] Falleció en su domicilio del número 21 de lacalle de Zorrilla, en Madrid, el 2 de marzo de 1967.[9] Inicialmente fue enterrado en elCementerio de San Isidro, donde se le uniría su esposa tras fallecer en 1974; en 1990 y tras dos años de gestiones los restos de ambos fueron trasladados a su natal Monóvar para ser enterrados en el panteón familiar.
Desde hace unas décadas, la crítica literaria inscribe su obra, al igual que la del resto de lageneración del 98 –a la que pertenece–, dentro de la gran renovación literaria delmodernismo europeo.[10] No debe confundirse este movimiento con elmodernismo hispánico, corriente literaria iniciada por el poeta nicaragüenseRubén Darío. Este es un enfoque más moderno de la generación del 98 y más acorde con las pretensiones renovadoras de estos escritores. La renovación procurada por los autores del 98 es tan patente que, para muchos estudiosos, 1902 se convierte en un año fundamental para la literatura española y europea, ya que en él se publican cuatro novelas profundamente renovadoras y que tendrán una influencia decisiva en los años venideros.[11] En ese año Baroja publicaCamino de perfección; Unamuno,Amor y pedagogía; José Martínez Ruiz (Azorín),La voluntad; Valle-Inclán,Sonata de otoño. Las tres primeras novelas fueron publicadas en la editorial barcelonesa Henrich y Cía, dentro de la colección Biblioteca de Novelistas del Siglo XX.
En la obra de Azorín tiene una influencia capital la filosofía de Schopenhauer. Aunque muchos estudiosos de su obra habían resaltado a Nietzsche como su gran referente, la crítica de las últimas décadas incide en que es la metafísica de Schopenhauer la que Azorín toma explícitamente para construir su estética.[12]
Su producción literaria se divide fundamentalmente en dos grandes apartados:ensayo ynovela. También escribió algunas obras teatrales, experimentales, de escaso éxito.
La producción literaria de Azorín tiene también un gran valor estilístico. Su forma de escribir, muy peculiar, se caracteriza por el uso de una frase corta y de sintaxis simple, por el menudeo de un léxico castizo y por las series de dos o tres adjetivos unidos por una coma. Aunque existe cierto debate entre los críticos, se está imponiendo la caracterización de ese estilo como de unimpresionismo simbolista,[13] arraigado en la literatura simbolista en lengua francesa, tanto en la francesa (Joris-Karl Huysmans,Baudelaire) como en el simbolismo belga (Rodenbach,Maeterlinck). Entre sus técnicas literarias más innovadoras está el uso, a la manera deVirginia Woolf, de personajes que viven al mismo tiempo en varias épocas de la historia, comoDon Juan o Inés, fundiendo a la vezmito yeterno retorno.
Como ensayista, dedicó especial atención a dos temas: el paisaje español y la reinterpretación impresionista de las obras literarias clásicas.
En los ensayos dedicados a la situación española se observa el mismo proceso evolutivo que marcó a toda lageneración del 98: si en sus primeras obras examina aspectos concretos de la realidad española y analiza los graves problemas de España, enCastilla (1912) su objetivo es profundizar en la tradición cultural española (reflexiones que surgen espontáneamente a partir de pequeñas observaciones del paisaje), además de incorporar un sentido del tiempo cíclico, que siempre se pensó que estaba inspirado enNietzsche, pero que en cambio corresponde más cumplidamente con eleadem sed aliter de Schopenhauer.
Entre los ensayos literarios de Azorín destacaRuta de Don Quijote (1905),Clásicos y modernos (1913),Los valores literarios (1914) yAl margen de los clásicos (1915). En ellos, su intención no es la de hacer un estudio pormenorizado de los textos, sino despertar la curiosidad y el interés ofreciendo una lectura impresionista de los mismos que destaca solo los elementos más significativos de los mismos para la personalidad del escritor. Por tanto, se limita a expresar sus impresiones y reflexiones personales sobre la literatura española. También destacaLa Andalucía trágica. Es un ensayo añadido a la obra deLos pueblos (edición en 1914). Azorín irá aAndalucía y recorrerá la zona deSevilla. Al principio mandará crónicas aEl Imparcial y el Gobierno se sentirá molesto, por lo cual le pedirá el director del periódico que no mande más. Publicará todavía una entrevista que le costará la expulsión del periódico y le llevará a trabajar enABC.La Andalucía trágica era de 1904 a 1905, anterior aLos pueblos y posteriormente añadida.
Las dieciséis novelas de Azorín se podrían catalogar comonovelas líricas,[14] subgénero literario propio de la modernidad –aunque arraigado en elRomanticismo alemán y en elsimbolismo francés–,[15] muy cultivado por algunos de los autores de la generación del 98 y del 14.[16] La novela lírica supone una fusión entre los géneros novelístico y poético. Son novelas que suponen una fuerte ruptura con el canon novelístico de la literatura decimonónica.[17] Según algunos autores (como Martínez Cachero), sus novelas se podrían dividir en cuatro etapas, por la evolución de su estilo, aunque mantienen una cierta unidad entre ellas:
La primera etapa muestra predominio de los elementos autobiográficos y de impresiones suscitadas por el paisaje. El protagonista es Antonio Azorín (del cual tomará su seudónimo), personaje de ficción que se convierte en la conciencia de su creador. Estas novelas son un pretexto para desarrollar las experiencias vitales y culturales del autor. A ella pertenecenDiario de un enfermo (1901),La voluntad (1902),Antonio Azorín (1903) yLas confesiones de un pequeño filósofo (1904). Estas tres últimas son consideradas porJosé María Martínez Cachero (en su obraLas novelas de Azorín) como el ciclo de Antonio Azorín, ya que en las tres su protagonista será ese personaje de ficción. Posteriormente el autor adoptará ese pseudónimo en 1904, tras la publicación deLas confesiones.[18]
En la segunda etapa, Azorín abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa reflejando sus propias inquietudes en los personajes: la fatalidad, la obsesión por el tiempo, el destino, etc. Son novelas de este períodoEl licenciado vidriera (visto por Azorín), de 1915 —también conocida comoTomás Rueda—, y, especialmente,Don Juan (1922) yDoña Inés (1925), recreaciones literarias muy personales delmito literario de Don Juan. Ambas novelas son consideradas por Martínez Cachero como cimas de la producción novelística azoriniana.[19]
A la tercera etapa pertenecenFélix Vargas (1928),Superrealismo (1929) yPueblo (1930). Son novelas fuertemente experimentales. De hecho, Azorín, que contaba con más de cincuenta años en la publicación de estas obras, fue considerado por el grupo de jóvenes escritores vanguardistas como uno de los suyos, por la perfecta adecuación de estas obras a la visión rupturista propia de las vanguardias.[20] De hecho,Vargas Llosa consideraPueblo como una de las mejores novelas del escritor levantino.[21]
En la cuarta etapa, tras un período de relativo silencio profundamente marcado por la contienda civil, Azorín vuelve a la narrativa conEl escritor (1942),El enfermo (1943),Capricho (1943),La isla sin aurora (1944), la novela rosaMaría Fontán (1944) y, su última novela,Salvadora de Olbena (1944).[22]
Azorín siempre sintió gran afición por el teatro; sin embargo, sus obras no gozaron del favor popular. De su pluma saldríanOld Spain (1926),Brandy, mucho brandy (1927),Comedia del arte (1927) y la trilogíaLo invisible, vinculada a la estética delexpresionismo, de la que forman parteLa arañita en el espejo,El segador yDoctor Death, de 3 a 5, considerada por algunos críticos como su mejor producción dramática.
Francisco Ruiz Ramón resume así la propuesta teatral azoriniana:
Azorín señala la importancia y la libertad creadora del director de escena y de los actores.
Llama la atención sobre las nuevas relaciones entre la técnica cinematográfica y la técnica teatral.
Hace hincapié sobre la aparición del mundo de lo subconsciente en la escena.
La nueva realidad de la obra teatral, de acuerdo con las necesidades de la nueva sociedad y con el ritmo de la vida moderna, debe ser «rápida, tenue y contradictoria».
Deben suprimirse o reducirse al mínimo las acotaciones.
Es el mundo interior, el mundo de las ideas y de los problemas del espíritu y de la imaginación, quien debe suministrar sus materiales al dramaturgo.
La intención de Azorín es liberar el teatro español de todo provincianismo y elevarlo a la categoría de teatro europeo. Pero la mentalidad española no estaba preparada para asumir estas nuevas propuestas dramáticas. De ahí que el teatro azoriniano, al igual que el deRamón María del Valle Inclán yMiguel de Unamuno, tuviera un éxito más bien escaso.
En 2012 los profesores Antonio Díez Mediavilla (Universidad de Alicante) y Mariano de Paco (Universidad de Murcia) pusieron al descubierto el eslabón perdido en la producción teatral de Azorín. Los especialistas recuperaron el texto y el título original de la obra teatralIfach.[23][24]
Elaborada principalmente a partir de la lista recogida porE. Inman Fox,Azorín: guía de la obra completa (Madrid, Castalia, 1992).
Debe señalarse que Azorín es el seudónimo principal de José Martínez Ruiz, quien también publicó con su propio nombre, así como con los seudónimos Cándido o Ahrimán. Por esa razón, en el caso de aquellos libros que no firmó como Azorín, se ha aclarado bajo qué rubrica fueron editados.
(Cándido),La crítica literaria en España (discurso pronunciado en el Ateneo Literario de Valencia en sesión del 4 de febrero de 1893), Valencia, Imprenta de Francisco Vives Mora, 1893.
(Cándido),Moratín (Esbozo), Madrid/Valencia, Librería de Fernando Fe, 1891.
(Arhimán),Buscapiés (Sátiras y críticas), Madrid/Valencia, Arhimán, 1894.
(José Martínez Ruiz),Notas sociales (vulgarización), Madrid/Valencia, José Martínez Ruiz, 1895.
(José Martínez Ruiz),Anarquistas literarios (Notas sobre la literatura española) Madrid/Valencia, José Martínez Ruiz, 1895.
(José Martínez Ruiz),Literatura, folleto primero, Madrid, José Martínez Ruiz, 1895.
(José Martínez Ruiz),La evolución de la crítica, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1899.
(José Martínez Ruiz),La sociología criminal (Prólogo de F. Pi y Margall), Madrid, 1899.
(José Martínez Ruiz),Los Hidalgos (la vida en el siglo XVII), Madrid, Ricardo Fe, 1900.
(José Martínez Ruiz),El alma castellana (1600-1800), Madrid, Librería Internacional Fernández Villegas y compañía, 1900.
(José Martínez Ruiz),Diario de un enfermo, Madrid, Est. Tip. de Ricardo Fé, 1901.
(José Martínez Ruiz),La fuerza del amor (Tragicomedia) (con prólogo de Pío Baroja), Madrid, La España Editorial, 1901.
(José Martínez Ruiz),La voluntad, Barcelona, Henrich y Cía., Biblioteca de novelistas del siglo XX, 1902. (En la segunda edición, de 1913, Renacimiento, aparece ya como autor Azorín.)
(José Martínez Ruiz),Antonio Azorín. Pequeño libro en que se habla de la vida de este peregrino señor, Madrid, Viuda de Rodríguez Serra, 1903. (En la segunda edición, de 1913, Renacimiento, aparece ya como autor Azorín.)
(José Martínez Ruiz),Las confesiones de un pequeño filósofo, Madrid, Librería de Fernando Fé, 1904. (Aumentada en 1909 y en ediciones sucesivas.)
Los pueblos (Ensayos sobre la vida provinciana), Madrid, Biblioteca Nacional y Extranjera, Leonardo Williams, Editor, 1905.
La ruta de Don Quijote, Madrid, Biblioteca Nacional y Extranjera, Leonardo Williams, Editor, 1905.
El político, Madrid, Librería de los Suc. de Hernando, 1908.
España. Hombres y paisajes, Madrid, Librería de Francisco Beltrán, 1909.
La Cierva, Madrid, Librería de los Suc. de Hernando, 1910.
Lecturas españolas, Madrid, Imprenta de la "Revista de Archivos", 1912.
Castilla, Madrid, Tip. de la "Revista de Archivos", 1912.
Clásicos y Modernos, Madrid, Renacimiento, 1913.
Los valores literarios, Madrid, Renacimiento, 1914.
Un Discurso de La Cierva, Madrid, Renacimiento, 1914.
Al margen de los clásicos, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 1915.
El Licenciado Vidriera (visto por Azorín). En el tricentenario de Cervantes, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 1915.
Rivas y Larra. Razón social del romanticismo en España, Madrid, Renacimiento, 1916.
Un pueblecito (Riofrío de Ávila), Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 1916.
Parlamentarismo español (1904-1916), Madrid, Casa Editorial Calleja, 1916.
Páginas escogidas, Madrid, Casa Editorial Calleja, 1917.
Entre España y Francia (páginas de un francófilo), Barcelona, Bloud y Gay editores, 1917.
El paisaje de España visto por los españoles, Madrid, Renacimiento, 1917.
Vivir es ver volver (2023) lied fantasía para soprano y piano del compositorMiguel Brotóns. Composición inspirada en la biografía y obra del escritor, así como en su pensamiento filosófico del eterno y cíclico fluir del tiempo.[30][31][32][33][34]
↑Romero Salvador, Carmelo (2021).Caciques y caciquismo en España (1834-2020). Prólogo deRamón Villares. Madrid: Los Libros de la Catarata. pp. 122.ISBN978-84-1352-212-8. «Para ser elegido por este último distrito [de Puenteareas] no tuvo ni que acudir a él. Se limitó a escribir un artículo para una revista local y un telegrama de agradecimiento: “Testimonio mi amor a la hermosa tierra gallega y gracias cordialísimas a los buenos correligionarios [del Partido Conservador] con quienes comparto el afecto y la admiración al hijo ilustre de Galicia que desempeña la cartera de Hacienda”. Este “hijo ilustre de Galicia” eraGabino Bugallal.»
Ferrándiz Lozano, José (2009).Azorín, testigo parlamentario. Periodismo y política de 1902 a 1923. Madrid: Congreso de los Diputados.
Fox, E. Inman (1992).Azorín: Guía de la obra completa. Madrid: Castalia.
Hernández Valcárcel, María del Carmen; Escudero Martínez, Carmen (1986).La narrativa lírica de Azorín y Miró. Alicante: Caja de Ahorros del Mediterráneo.
López García, Pedro Ignacio (2006).Azorín, poeta puro. Alicante: Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.