Los Anales del historiador y senador romano Tácito son una historia del imperio romano que comprende el reinado de cuatro emperadores del año 14 al 68 d. C.: Tiberio, Claudio, Calígula y Nerón.
Losanales,[1]añales,[2] ofastos,[3] son una forma concisa deescrito histórico que registra losacontecimientoscronológicamente, año por año. Los mismos contienen actas, documentos históricos y piezas diversas relativas a una determinada materia.[4]
Las principalesfuentes de información sobre los Anales de laantigua Roma son dos pasajes deCicerón (De Oratore, ii. 12. 52) yServio (ad Aen. i. 373), que han sido objeto de discusión. Cicerón dice que desde el comienzo de la historia de la ciudad hasta el pontificado de Publio MucioEscévola (131 a. C.) elPontifex Maximus solía llevar a cabo una serie de registros en una tabla blanca (álbum) que exhibía en un lugar abierto de su casa para que pudieran ser leídos públicamente. Estos registros eran, en primer lugar, el nombre de loscónsules y otrosmagistrados, y luego los acontecimientos notables que habían ocurrido durante el año (per singulos dies, tal como dice Servio). En tiempos de Cicerón a estos registros se les denominabaAnnales Maximi. Tras el pontificado de Publio, la práctica de compilar anales se llevaba a cabo por varios escritores no oficiales, de los que Cicerón nombra aCatón,Píctor yPisón. Los Anales se suelen identificar con losCommentarii Pontificum citados porTito Livio, aunque bien pudieran ser distintos, siendo estos últimos más completos y circunstanciales.
Las referencias citadas, junto con la división de la obra de Tácito enAnales eHistorias, han suscitado un debate sobre la diferencia entre ambos conceptos.Aulo Gelio, enNoctes Atticae (v. 18), cita al gramáticoVerrio Flaco, en el sentido de que historia, por etimología (ιστορειν,inspicere, inquirir o investigar personalmente), es el registro de los hechos que han llegado al autor por propia observación, mientras que los anales son el registro anual de los acontecimientos de tiempos anteriores. Esta distinción es la que justifica el nombre de las dos partes de la obra deCornelio Tácito, aunque es más que cuestionable si fue el propio Tácito responsable de tales títulos, y muy posible que su intención fuera llamarAnales al conjunto entero de su obra.
También losAnnales deEnnio del siglo II a. C., que aunque están escritos en latín, estilísticamente se inspiraron en la tradición poética griega, particularmente en las obras de Homero, y en la métrica que utilizaba, elhexámetro dactílico.
Al ser elcalendario de las fiestas litúrgicas cristianas determinado por la fecha de laPascua, la costumbre de laIglesia Occidental era desde tiempos primitivos indicar esa fecha en tablas para un cierto número de años o incluso de siglos. Estastablas pascuales eran pequeños libros en los que el día de la fiesta de Pascua de cada año se separaba del siguiente por un espacio en blanco más o menos amplio. En ese espacio algunosmonjes anotaban brevemente los hechos importantes que habían tenido lugar en el año. Entre losirlandeses esta costumbre se remonta a finales del siglo VII (Anales de los cuatro maestros,Anales de Ulster,Anales de Inisfallen yAnales Cambrios ode Gales, una de las fuentes más antiguas que citan al Rey Arturo). LaCrónica anglosajona también está en forma analística, año por año.
La tradición de compilar anales se introduce en el continente europeo por misioneros británicos, donde son copiados, aumentados y continuados, especialmente en el reino deAustrasia. En el siglo IX, durante elRenacimiento carolingio, los anales alcanzan su forma definitiva, equivalente a la historia contemporánea al historiador. LosAnnales Einhardi,Annales Laureshamenses (ode Lorsc), yAnnales S. Bertini, se compilan oficialmente en esos momentos, con el fin de preservar la memoria de los hechos más notables deCarlomagno, sus ancestros y sucesores. En este estadio de su desarrollo, los anales comienzan a perder su primitivo carácter y se convierten cada vez más en indistinguibles de lascrónicas, aunque el término sigue usándose en muchos documentos, como losAnales de Waverley.
En la moderna literatura, el título anales se ha dado a un gran número de obras que se presentan de forma más o menos estricta por orden anual. El más conocido son losAnnales Ecclesiastici (12 volúmenes, publicados en Roma desde 1788 a 1793) escritos por elcardenal Baronio como refutación de laHistoria ecclesiástica o "Centurias" de los teólogos protestantes deMagdeburgo. La obra de Baronio se detiene en el año 1197.
En el siglo XIX la forma analística se sigue empleando, tanto en el sentido habitual de preservar los hechos contemporáneos (Annual Register,Annuaire de la Revue des deux mondes…) como para escribir la historia de los periodos más oscuros de la Edad (Jahrbücher der deutschen Geschichte,Jahrbücher des deutschen Reiches, Richter'sReichsannalen, etc.)