Hijo deFernando II y deUrraca de Portugal,[1] tuvo dificultades para hacerse con el poder debido a las intrigas de su madrastraUrraca López de Haro, que aspiraba a entronizar a su propio hijo, el infanteSancho. A lo largo de su reinado tuvo numerosos conflictos y tensiones con su primoAlfonso VIII de Castilla. Debido a estos, estuvo ausente en labatalla de Las Navas de Tolosa, pese a lo cual realizó una gran actividad de reconquista, recuperando para la cristiandad las ciudades deCáceres, en abril de 1229,[2]Mérida yBadajoz, en la primavera de 1230,[3] y en general toda la mitad oeste de la actualExtremadura.
Se casó primero conTeresa de Portugal, matrimonio que fue anulado por consanguinidad y después conBerenguela de Castilla, de quien tuvo alinfante Fernando. Tras anularse también este matrimonio, Berenguela se llevó a su hijo a su tierra natal y logró convertirlo enrey de Castilla a la muerte deEnrique I en 1217. Debido a ello, padre e hijo se distanciaron y, al parecer, la animadversión de Alfonso IX hacia los castellanos le llevó a dejar el reino en manos deSancha yDulce, las hijas habidas con su primera esposa, Teresa de Portugal, en lugar de las de su primogénito. Sin embargo, la madre de Fernando negoció con Teresa de Portugal la entrega de una pensión vitalicia a Sancha y Dulce a cambio de sus derechos y Fernando —que había amenazado a sus medio-hermanas con atacar el reino si no se cumplían sus exigencias— sucedió a su padre como rey de León, uniendo ambas coronas con la llamadaConcordia de Benavente.
Cuando su padre falleció en enero de 1188, Alfonso IX, que entonces tenía dieciséis años, halló enormes dificultades para acceder a un trono que por derecho de nacimiento le pertenecía. Por una parte, se encontraba su madrastraUrraca López de Haro, la cual quería eliminarlo, pues pretendía que su hijo Sancho fuera el que heredara el reino, a pesar de haber nacido más tarde. Urraca argumentaba que Alfonso IX no tenía derecho al trono porque el matrimonio entre sus padres había sido anulado. A esto se le unía el deseo de los reinos vecinos dePortugal yCastilla de repartirse el reino de León. No obstante, todo se resolvió a favor de Alfonso IX, debido a que Urraca no consiguió apoyo a sus fines entre los leoneses.
El inicio del reinado fue sumamente complicado pues los portugueses y castellanos ambicionaban las tierras del reino de León por el este y por el oeste, mientras que losalmohades suponían un gran peligro por el sur. Por si las amenazas extranjeras no bastaran, el nuevo monarca se encontró con que el reino estaba en bancarrota por la política que había llevado su padre durante su reinado. Con esta situación, el monarca, de dieciséis años, convocó las famosasCortes de León de 1188 en las que fueron convocados por primera vez los representantes de las ciudades para intervenir en asuntos de Estado. Asistieron representantes de la nobleza, del clero y de las clases populares procedentes de León, Asturias y Extremadura, con lo que constituyeron las primeras Cortes representativas de Europa y del mundo.[4]
Las cortes fueron convocadas en la primavera de 1188, probablemente en la primera quincena de abril, ya que el 27 de este mismo mes Alfonso IX confirmaba alobispo de Oviedo todos sus privilegios. Las Cortes se reunieron en el claustro deSan Isidoro bajo la presidencia del rey leonés.[5] Estaban presentes todos los obispos del reino, incluyendo alarzobispo de Santiago de Compostela, que era la máxima autoridad religiosa del reino, además de los nobles y los representantes de las ciudades del reino de León, que por primera vez eran convocados a un acto de estas características. Las ciudades representadas eranLeón,Oviedo,Salamanca,Ciudad Rodrigo,Zamora yAstorga, incluyendo también otras comoToro,Benavente,Ledesma y algunas más.
El motivo por el cual se convocó a los representantes de las ciudades fue sin duda la acuciante necesidad de solventar la grave situación económica que sufría el reino. El hecho de que los habitantes de las ciudades gozaran de una gran prosperidad económica y de que la colaboración con la nobleza en este aspecto fuera demasiado complicada, motivó que rey llamase a los representantes de las ciudades para que asistieran a estas Cortes. Así, Alfonso IX consiguió, sin implicar a la nobleza, generar más recursos para el reino, recursos cada vez más necesarios por el creciente gasto que ocasionaban las guerras con los vecinos; a cambio se comprometió a mejorar la administración de justicia y eliminar los abusos de poder de la nobleza.
Recién coronado Alfonso IX, en junio de 1188 se reunió con su primoAlfonso VIII de Castilla enCarrión, con la intención de iniciar unas buenas relaciones conCastilla que permitieran una paz duradera. La reunión consistía en una ceremonia para investir a Alfonso IX caballero,[6] y, como era costumbre en estos casos, Alfonso IX besó la mano del rey castellano, recibiendo por parte de este la espada y el cinturón propios de un caballero. En la misma ceremonia fue armado caballero el príncipeConrado de Suabia, hijo del emperadorFederico Barbarroja delSacro Imperio Romano Germánico. El príncipe había venido con el objetivo de desposar a la infantaBerenguela, hija de Alfonso VIII, algo que no pudo hacer debido a la oposición de esta.
Alfonso VIII de Castilla, más tarde, rompiendo el pacto entró con sus tropas en territorio leonés y se apoderó de varias plazas que nunca habían pertenecido a Castilla, entre ellas,Valencia de Don Juan yValderas. Comenzaron así las hostilidades con el reino de León, invadiendo unos territorios que marcarían la política exterior de Alfonso IX.
Sancho I de Portugal al oeste penetró en territorio leonés con el mismo objeto que Castilla: apoderarse de las tierras del reino de León. Así, el reino se vio cercado entre dos frentes que amenazaban con su destrucción.
La liga deHuesca se fraguó en la ciudad del mismo nombre.
Alfonso IX, viendo la situación, se dio cuenta del grave peligro que corría su reino. De este modo, para encontrar una solución, utilizó la diplomacia y se puso de inmediato a buscar apoyos en Portugal. Primero se entrevistó con Sancho I de Portugal y concertó el matrimonio con la hija del rey, la infanta Teresa, que más tarde se llamaría Santa Teresa de Portugal. Como ambos eran nietos deAlfonso Enríquez, primer rey de Portugal, el matrimonio entre ambos estaba prohibido. No obstante, el matrimonio duró tres años, en los cuales tuvieron tres hijos: Dulce, Fernando y Sancha.
La boda, por los motivos citados, no agradó a algunos eclesiásticos, que tomando cartas en el asunto informaron al papaCelestino III, que había sido consagrado recientemente, el 14 de abril de 1191, siendo este uno de los primeros casos con los que inauguró el pontificado. Celestino se mostró implacable y tildó el matrimonio de incesto, pronunciando más tarde una sentencia deexcomunión yentredicho. La excomunión afectaba a los reyes de León y de Portugal, mientras que el entredicho afectaba a ambos reinos.
En un tiempo convulso, el rey de Portugal propuso a su homólogo aragonés un pacto para defenderse de Castilla. El rey de Aragón, temeroso de Castilla, propuso al rey portugués que el pacto se extendiera alreino de Navarra y al reino de León. El pacto entre estos cuatro reinos, llamado la «Liga de Huesca», consistía en un compromiso por el cual ninguno de los monarcas firmantes entraría en guerra sin el mutuo consentimiento. Alfonso IX, por su parte, firmó el tratado por la poca confianza que tenía en Alfonso VIII, rey de Castilla, quien a pesar del convenio de Carrión seguía sin devolverle las plazas leonesas que aún retenía.
En 1191, Alfonso IX, temeroso del peligro que suponía el gran poder de losalmohades, firmó una tregua de cinco años ante la imposibilidad de enfrentarse a un enemigo tan peligroso. El papaCelestino III no tardó en reaccionar ante este pacto. De esta manera, excomulgó al rey de León para castigarle por su pacto con los almohades. E incluso hizo más: procedió a conceder las mismas gracias a aquellos que lucharan contra el reino de León que las que recibían los que participaban en lasCruzadas, dejando así relevados de obediencia al rey a los súbditos leoneses.
Así pues, Portugal, creyendo que el final del reino de León estaba cerca, aprovechó la oportunidad para atacar al reino, esperando, como años atrás, ampliar sus dominios a costa del reino de León. Invadió [[]] con ayuda de varios nobles gallegos, tomandoTuy yPontevedra, poblaciones que pasaron de nuevo al reino de León más tarde.
Astorga resistió los ataques de Alfonso VIII cuando intentó conquistarla.
Alfonso VIII de Castilla, por su parte, con la ayuda de Portugal yAragón, aprovechó la bula para atacar también el reino de León. Penetró por el sur y atacóBenavente, fracasando en su conquista. Avanzó más tarde hacia el norte hastaAstorga, ciudad que también atacó fracasando en el intento de nuevo. Después de dejar un sendero de destrucción a su paso, llegó a las puertas de la ciudad de León, a la cual tan siquiera fue capaz de acceder, contentándose con la toma de Puente Castro, localidad cercana a la ciudad, tras varios días de brutales ataques. Después de ocupar esta localidad, el rey castellano saqueó y destruyó el barrio judío y su sinagoga, esclavizando a parte de sus moradores.
Cuando Alfonso IX recibió en 1195 ayuda de los árabes en forma de dinero y tropas, decidió contraatacar a Castilla, llegando hastaCarrión. De este modo y considerando Alfonso IX que se reparaba la humillación sufrida por el acto de besar la mano delmonarca castellano y para confirmar la anulación de aquello, se hizo nombrar caballero nuevamente. Alfonso VIII de Castilla hizo también un pacto con los almohades para evitar males mayores.
El legado pontificio, conocedor de las malas relaciones entre los reinos de León y de Castilla, quiso mediar en el conflicto. Así, consiguió que ambos reyes se reunieran enTordehumos,provincia de Valladolid, en donde se firmó un tratado de paz el 20 de abril de 1194, en el cual se obligaba al rey castellano a devolver de inmediato tres castillos leoneses (los de Alba, Luna y Portilla) y, a su muerte, todas las que Castilla había arrebatado a León tras fallecerFernando II de León (Valderas, Bolaños, Villafrechós, Villarmentero, Siero de Riaño y Siero de Asturias).[9] En el tratado, Alfonso IX se comprometió a casarse conBerenguela, hija mayor del rey de Castilla. La boda se celebró con gran esplendor en la iglesia de Santa María deValladolid, a principios de diciembre de 1197.[10]
El peligro que corrían los reinos cristianos desde el sur era evidente, y se veía con suma inquietud cualquier movimiento que llevaran a cabo los almohades. Era una prioridad eliminar de una vez por todas esta amenaza. Así, Alfonso VIII de Castilla pidió ayuda a Alfonso IX para eliminar esta amenaza, pero sin contemplar la devolución de las plazas leonesas que aún retenía en su poder. Entonces el monarca leonés le negó tal apoyo. Así esperaba derrotar solo a los almohades y no compartir su gloria con el monarca leonés. De esta manera, los ejércitos cristiano y musulmán se encontraron el 19 de julio de 1195 enAlarcos. La batalla terminó con una estrepitosa derrota del ejército cristiano.
Alfonso IX se encontraba muy cerca de la batalla cuando el rey castellano decidió atacar, pero no lo suficiente para que las tropas leonesas pudieran intervenir en el combate y hacer algo por derrotar a los musulmanes. No obstante, una vez consumada la derrota, Alfonso IX se citó enToledo con su primo el rey castellano para demandarle que cumpliera el acuerdo y le devolviera las plazas leonesas en su poder. Alfonso VIII se negó y el rey leonés abandonó la reunión indignado.
Una vez más, los almohades representaban una amenaza que debía ser eliminada para asegurar la supervivencia de los reinos cristianos peninsulares. Ello motivó al arzobispo de Toledo,Rodrigo Jiménez de Rada, a informar al nuevo papaInocencio III, quien inició unas gestiones. Con fecha 16 de febrero de 1212, el papa envió una bula al rey de Castilla para informarle de la conveniencia de iniciar una guerra contra los almohades. El monarca castellano contestó que haría unacruzada contra los mahometanos.
La iniciativa pasaba, pues, al reino de Castilla. El monarca castellano, que había sufrido la gravederrota de Alarcos, sabía que necesitaba la colaboración de los otros reinos cristianos de la península si quería salir victorioso en esta empresa. De esta forma, mientras Alfonso VIII se encontraba en Madrid preparando la batalla junto a su hijo, que moriría antes de que se librara la batalla, se enviaron mensajeros aNavarra,Aragón y León.
En Castilla, se temía el poderío del reino de León, ya que hacía poco había demostrado su poder derrotando a los portugueses en batalla. Y además, en la conciencia del rey castellano preocupaba el hecho de lo que haría el rey leonés para recuperar los territorios leoneses, que pese a todos los pactos, mantenía todavía en su poder. Temía que Alfonso IX pusiera como condición para participar en la batalla la devolución de todos los territorios usurpados, o que, en el caso de que el rey leonés no acudiera a la batalla, aprovecharía su ausencia para recuperarlos.
Por ello, Alfonso VIII pidió la mediación del papa, para evitar cualquier ataque leonés. Inocencio III accedió y amenazó con la excomunión a todo aquel que se atreviera a violar la paz mientras los castellanos luchaban contra los musulmanes. Este hecho contrasta con lo sucedido años atrás, cuando el mismo papa había obligado al monarca castellano, sin éxito, a devolver esos castillos a Alfonso IX. El rey de León, que ansiaba acudir a la batalla, convocó una Curia Regia que le recomendó que exigiera condiciones para participar en la campaña, y así, Alfonso IX respondió a su homólogo castellano que acudiría gustoso en cuanto se le devolvieran los territorios que le pertenecían.
Entretanto, Alfonso VIII de Castilla fijó en Toledo la reunión de las tropas como punto de partida. A las tropas castellanas se les unieron las de Aragón y Navarra, así como un gran número de caballeros franceses, italianos y de otros países europeos. A la batalla no acudieron los reyes de León ni de Portugal, pero permitieron que sus vasallos se incorporaran a la batalla. De este modo, muchos leoneses, asturianos y gallegos participaron en la batalla.
Tal como había temido Alfonso VIII, el rey leonés procedió a recuperar lo que era suyo. Para no violar el edicto del papa y evitar la excomunión, se dedicó a recuperar solo aquellas plazas que estaban dentro de las fronteras de León, evitando así el enfrentamiento en tierras castellanas. Cuando Alfonso VIII volvió de la batalla y se encontró con los hechos consumados, no pudo hacer nada. Es más, invitó a los reyes de León y de Portugal a firmar un tratado de paz, el cual se firmó enCoímbra. Hubo incluso un nuevo pacto en el cual Alfonso VIII devolvió las plazas leonesas dePeñafiel yAlmanza a Alfonso IX.
Después de varios intentos, Alfonso IX consiguió conquistarCáceres en 1229.
Finalizadas las luchas con Castilla después de la muerte de Alfonso VIII, Alfonso IX reemprendió sus planes de reconquista. A fines de 1218 el monarca leonés organizó una expedición a tierras musulmanas, en la que participaron cruzados gascones y las Órdenes deCalatrava yAlcántara,[11] con la intención de conquistarCáceres; no obstante, la ciudad estaba bien defendida y, tras un asedio de tres meses y medio, los ejércitos cristianos tuvieron que retirarse.[12]
En una segunda incursión a tierras musulmanas, Alfonso IX se encontró con un nuevo enemigo, el cual no era otro quePortugal, que ansiaba las mismas tierras que el monarca leonés quería para su reino. De esta manera, los portugueses atacaron a las tropas leonesas enBraga yGuimarães y fueron derrotados en ambas ocasiones. El 13 de junio de 1219, ambos reinos firmaron un nuevo tratado de paz para poner fin a las hostilidades. Después de estas victorias contra los portugueses, Alfonso IX realizó una incursión por tierras musulmanas hastaSevilla, donde derrotó a los musulmanes y recogió un gran botín.
En 1221 los caballeros de la Orden de Alcántara lograron rendir la ciudad deValencia de Alcántara, lo que daría un nuevo impulso a la reconquista leonesa.[13] Al año siguiente, se volvió a intentar la toma deCáceres, fracasando nuevamente. El rey volvió a asediar la ciudad en 1223, 1225 y 1226 (año en el que también se intentaría rendirBadajoz sin éxito), hasta que, finalmente, Cáceres cayó en abril de 1229.[13][14]
La ciudad deCáceres era la pieza clave en el frente musulmán. Esto, unido a la grave derrota infligida en 1230 al ejército deIbn Hud que se dirigía a socorrerMérida, tuvo como consecuencia la caída muchas ciudades extremeñas y el abandono de otras por parte de sus defensores andalusíes.[13] Así, en 1230 serían conquistadas Mérida —tras largo asedio—,[14]Badajoz,Elvas —las dos abandonadas por los defensores— y Baldala (actualTalavera la Real).[14] Ese mismo añoMontánchez fue entregada a la Orden de Santiago.[14]
Después de esta campaña, Alfonso IX se dirigió aSantiago de Compostela a visitar al Apóstol Santiago, por el cual sentía gran devoción, para agradecerle su protección y ayuda en la reconquista. En el camino, enfermó gravemente enVillanueva de Sarria y falleció poco después, el 24 de septiembre de 1230. Fue enterrado en lacatedral de Santiago, al lado de su padre, según se recogía en su testamento.
Alfonso IX aplicó una política de repoblación basada en el conocimiento de las actuaciones que sus predecesores habían hecho, eligiendo así la que había resultado más conveniente. Aplicó sobre todo técnicas parecidas a las que en su día siguieronAlfonso III yRamiro II. No solo se dedicó a repoblar zonas nuevas, sino que también potenció las ya pobladas mediante Fueros para mejorar el gobierno y el desarrollo de las villas y ciudades del reino de León.
También refundóLa Coruña en 1208, trasladando a los habitantes de la cercana población deEl Burgo hasta el actual emplazamiento de la Ciudad Vieja, reconstruyendo la urbe y otorgándole los privilegios del Fuero de Benavente.[15] Así, La Coruña pasa a ser un enclave que depende directamente del rey, libre de vasallaje al clero o a los señores feudales que se repartían el resto del territorio galaico.
La base de la economía del reino se basaba en laagricultura y laganadería, y conocedor de esto, Alfonso IX promulgó varias leyes en el principio de su reinado para favorecer la actividad vitivinícola y la maderera, así como las vacas y otros animales de labor, con el fin de impulsar las actividades existentes y diversificar en cierto modo la economía delReino. Durante su reinado, en la zonas húmedas delreino, como Asturias y Galicia, floreció la ganadería, mientras que en la zona delDuero hizo lo propio la agricultura.
La producción de cereal, bastante abundante en la zona del Duero, era insignificante en Asturias y Galicia, teniendo problemas estos territorios incluso para abastecer de trigo a las iglesias, las cuales lo necesitaban para hacer la consagración religiosa. Ante esta escasez, no es de extrañar que se considerara un gran lujo comer pan de trigo en dichos territorios, especialmente en las ciudades. La producción de cereales en todo el reino se ceñía sobre todo atrigo ycenteno, aunque también se producían otros productos como hortalizas, lino y legumbres. Los animales empleados en la agricultura eran vacas y bueyes, sustituyéndose en las llanuras deTierra de Campos por mulas, conocidas como bestias por los lugareños.
El vino se producía en todo el Reino; aun así, destacan algunos puntos de producción: la Comarca deRibadavia enOrense,Villafranca en León, Toro en laprovincia de Zamora y la Ribera de Duero y Tierra de Campos. La pesca también era un recurso importante en todo el reino, pues mucha gente se dedicaba a la pesca tanto de mar como de río.
En Asturias, la producción de manzana era enorme, y como normalmente había un gran excedente, este era usado para producir sidra. Alfonso IX llegó a sorprenderse cuando le comunicaron que varias comunidades monásticas asturianas cosechaban las manzanas para después elaborar sidra para todo el año.
Uno de los grandes logros de la gestión de Alfonso IX fue el acusado descenso del poder que ostentaban los nobles respecto a épocas anteriores y a otros Reinos, debido a la política seguida por el monarca leonés.
Uno de los actos más importantes y destacables de Alfonso IX en el reino de León fue la creación delEstudio General de Salamanca, a partir de las escuelas catedralicias que ya llevaban funcionando casi un siglo. En aquellos tiempos eran normales las escuelas en las catedrales de los reinos de España.
En 1208, el obispoTello Téllez de Meneses había creado unEstudio general enPalencia (que acabó convirtiéndose en Universidad en 1263, cuando estaba a punto de desaparecer), un estudio donde los leoneses tenían difícil acudir debido a los continuos choques entre León y Castilla. Por eso, Alfonso IX decidió, en 1218, crear otro Estudio General en Salamanca. Años más tarde,Fernando III le daría un gran impulso yAlfonso X de Castilla finalmente la convertiría en la primera universidad que, en Europa, ostentaba ese título, el 6 de mayo de 1254.
La temprana muerte del infante Fernando, hijo de Alfonso IX con la reina Teresa, trastocó los planes del monarca leonés. Alfonso IX, que se había casado dos veces, tuvo dos hijos varones. Muerto el primero, quedaba otro, llamado también Fernando, que había tenido con la reina Berenguela. Su nombramiento como rey de Castilla cambió las cosas de nuevo.
Después de ello, Alfonso IX pensó en sus hijas, las infantas Sancha y Dulce, habidas de su primer matrimonio con la reina Teresa.[16] Así pues, parece que tenía intención de hacer depositarias a su viuda y a sus hijas Sancha y Dulce de los derechos del reino, según se deduce de documentos posteriores a 1217.[17] Actuaría como garante del testamento la Orden de Santiago, creada por los monarcas leoneses. En 1218, empero, el papa confirmó a Fernando III como heredero del reino.[17] Sin embargo, Fernando III reclamó los derechos que decía tener por su condición de hijo del anterior matrimonio. Mientras las infantas fueron recibidas como soberanas en Zamora, Fernando entró en Toro, con el apoyo de parte del episcopado leonés; finalmente pactó una cuantiosa suma con sus hermanas para que renunciasen a sus posibles derechos en la llamada «Concordia de Benavente» (11 de diciembre de 1230), que puso fin al conflicto sucesorio.[17] A cambio, estas reconocíeron el derecho de Fernando al trono leonés.[17]
Contrajo matrimonio por primera vez en 1191 en la ciudad de Guimarães con la infantaTeresa de Portugal,[10] hija del reySancho I de Portugal y de la reinaDulce de Aragón.[18] Entre 1191 y 1196, año en que el matrimonio fue disuelto por razones de parentesco, nacieron tres hijos:
Después de la anulación de su primer matrimonio y antes de casar con Berenguela, el rey Alfonso tuvo una relación amorosa, que duró unos dos años, conInés Íñiguez de Mendoza —hija deÍñigo López de Mendoza y de su esposa María García—[24] con quien tuvo una hija nacida alrededor de 1197:
Tuvo otra relación con una noble gallega, Estefanía Pérez de Faiam, a quien en 1211 el rey donó unrealengo en tierrasorensanas donde su familia, según se desprende de su testamento datado en 1250, tenía muchas propiedades así como en el norte de Portugal. Era hija de Pedro Menéndez Faiam, quien confirmó varios documentos reales otorgados por el rey Alfonso IX, y nieta de Menendo Faiam, quien también roboró varios diplomas reales del rey Fernando II emitidos en Galicia a partir de 1155. Estefanía contrajo matrimonio después de su relación con el rey con Rodrigo Suárez de quien tuvo descendencia. En su testamento mandó ser enterrada en elmonasterio de Fiães en el norte de Portugal en la ribera delMiño.[26]
Fernando Alfonso de León (n. 1211),[26] fallecido en su juventud.
Según el historiador y medievalistaJulio González, después de su relación con Estefanía, el rey tuvo una amantesalmantina de origen desconocido llamada Maura de quien tuvo a:[28]
De su relación entre 1214 y 1218 con la noble portuguesaAldonza Martínez de Silva, hija de Martín Gómez de Silva, señor de Silva, y de su esposa Urraca Rodríguez,[29] nacieron tres hijos:
La relación más duradera del rey Alfonso IX, que comenzó en 1218 y duró hasta su muerte en 1230,[37] fue conTeresa Gil de Soverosa.[38] Miembro de la nobleza portuguesa, Teresa era hija deGil Vázquez de Soverosa y de María Aires de Fornelos. Fueron padres de cuatro hijos, todos ellos nacidos entre 1218, el año que comenzó la relación, y 1230, el año en que murió el rey:[39]
María Alfonso de León (m. después de julio de 1275).[f] Contrajo un primer matrimonio con Álvaro Fernández de Lara. Según elconde de Barcelos, después de enviudar, María fue concubina de su sobrino el rey Alfonso X de Castilla de quien tuvo una hija llamada Berenguela y posteriormente se casó en segundas nupcias con Suero Arias de Valladares.[40][41]
Aunque se le ha atribuido otro hijo al rey Alfonso IX llamadoPedro Alfonso de León, lo cierto es que, a diferencia de los otros hijos del rey que están documentados, este no figura entre su prole ni consta en la documentación que fuese maestre de laOrden de Santiago.[g]
Sepulcro de Alfonso IX de León. Catedral de Santiago de Compostela.
Alfonso IX de León falleció en el municipio gallego deSarria el 24 de septiembre de 1230,[47] a los cincuenta y nueve años de edad, cuando realizaba una peregrinación aSantiago de Compostela.[48]
Fue sepultado en lacatedral de Santiago de Compostela, donde había sido enterrado su padre, el rey Fernando II. El sepulcro del rey Alfonso se encuentra colocado en la Capilla de las Reliquias de la catedral, donde se halla el Panteón Real de la seo compostelana. Sobre un sepulcro de piedra liso se halla colocada la estatua yacente que representa al difunto rey, que aparece ataviado con túnica y manto, ceñida la frente con corona real, y su cabeza aparece representada con cabello rizado y con barba, hallándose el brazo derecho del soberano levantado y colocado a la altura de su cabeza, mientras que su mano izquierda reposa sobre su pecho.[49] La estatua yacente del rey es similar a la de su padre, el rey Fernando II de León, lo que ha llevado a numerosos historiadores a dudar sobre cuál de los dos sepulcros asignar a cada uno de los dos monarcas.
↑abLa titulación completa eraRex Legionis et Gallecie (rey de León y Galicia) y desde 1230 deBadallocii (Badajoz). En alguna ocasión también usó el título deRex Asturianum (rey de Asturias).
↑Según la numeración cronológica real delReino de León, debería haber sido conocido comoAlfonso VIII, pero, históricamente se le asignó el ordinal IX, como forma de entroncar las cronologías deLeón y deCastilla —en Castilla reinaba por aquel entoncesAlfonso VIII—. Sin embargo, en lasSiete Partidas de su nietoAlfonso X, este afirmaba serAfonso IX
↑Es posible que, aparte de Fernando Alfonso, fuesen padres de otro hijo llamado Juan Alfonso quien aparece en algunos documentos con los hijos de Estefanía habidos de su matrimonio con Rodrigo Suárez.[27]
↑Aldonza y su esposo Pedro aparecen juntos por primera vez el 10 de junio de 1230 cuando ambos donaron al monasterio de Nogales la mitad de la iglesia de San Pelayo de Pobladura de la Valdería.[32]
↑«Otra hija bastarda de Alfonso IX fue Teresa Alfonso, que casó con el conde Nuño González de Lara. Yacía con este en la capilla mayor del convento de dominicos de San Pablo de Palencia.»[34] Según Sánchez de Mora, Teresa era descendiente del rey Alfonso IX y añade: «SegúnSalazar y Castro, Teresa Alfonso era hija de Pedro Alfonso y una dama de la casa de Villamayor, mientras queJulio González la identifica bien con una hija deUrraca Alfonso yLope Díaz de Haro II, bien con una hija natural de Alfonso IX. A su vez, elconde de Barcelos afirma que había sido engendrada por el monarca leonés y su amante Aldonza Martínez».[35] Teresa Alfonso, tal como sostienen varios autores, fue hija del rey Alfonso IX. Así consta en una venta que Teresa realizó en noviembre de 1254 de la villa de Carucedo. En el documento, guardado en el archivo delMonasterio de Santa María de Carracedo, declara que es hija del rey Alfonso, nieta del rey Fernando, y esposa de Nuño González de Lara.[36]
↑«...paraRades, en el espacio de tiempo que corresponde al gobierno de Fernando Pérez Chacín hubo en realidad dos maestres: él mismo, muerto o dimitido un año después de su elección, y Pedro Alonso, elegido en 1225 y fallecido apenas un año después. ParaLomax, en cambio, sólo se puede hablar de un único maestre en periodo tan reducido: Fernando Pérez Chacín. En realidad, la documentación de la razón al historiador y no al cronista, que gratuitamente se hizo eco de un inexistente maestre, Pedro Alonso, presunto hijo ilegítimo de Alfonso IX».[46]
↑Canal Historia (22 de octubre de 2015).«Apéndice I. Los lugares del Temple».Templarios. Del origen de las cruzadas al final de la Orden del Temple (1.ª edición). Madrid: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U. p. 417.ISBN9788401015731. Consultado el 10 de julio de 2017.
Álvarez Palenzuela, Vicente Ángel (2007).Historia de España de la Edad Media. Barcelona: Ed. Ariel.ISBN84-34466-68-6.
Arco y Garay, Ricardo (1954).Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.OCLC11366237.
Calderón Medina, Inés (2018).Los Soverosa: Una parentela nobiliaria entre tres reinos. Poder y parentesco en la Edad Media Hispana. Valladolid: Ediciones Universidad de Valladolid.ISBN978-84-8448-967-2.
Carriedo Tejedo, Manuel;Estepa Díez, Carlos (1997).Historia de León, Volumen II; El Reino de León en la Edad Media. La Crónica de León.ISBN84-920557-8-2.
—— (2001).Colección documental del Monasterio de San Esteban de Nogales (1149–1498). León: Centro de Estudios e investigación «San Isidoro».ISBN84-87667-48-1.
Cuevas Aller, Joaquín (2007).Historia de Asturias y León. El nacimiento de España. León: Trobajo del Camino.ISBN978-84-612-0822-7.
Elorza, Juan C.;Vaquero, Lourdes;Castillo, Belén;Negro, Marta (1990). Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Bienestar Social, ed.El Panteón Real de las Huelgas de Burgos. Los enterramientos de los reyes de León y de Castilla (2.ª edición). Valladolid: Editorial Evergráficas S.A.ISBN84-241-9999-5.
Fernandes Marques, Maria Alegría (2008).Estudos sobre a Ordem de Cister em Portugal(en portugués). Coímbra: Estudos da Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra.ISBN972-772-019-6.
Martínez Martínez, Martín (1997).Cartulario de Santa María de Carracedo (992-1500). Vol. I: 992-1274). Ponferrada: Instituto de Estudios Bercianos.ISBN84-88635-07-9.
Rábade Obradó, María del Pilar;Ramírez Vaquero, Eloísa;Utrilla Utrilla, Juan F. (2005).La dinámica política. Historia de España. Vol. 7. Ediciones AKAL.
Rodríguez López, Ana (1994).La consolidación territorial de la monarquía feudal castellana: expansión y fronteras durante el reinado de Fernando III. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.ISBN84-00-07444-0.
Rodrigues Oliveira, Ana (2010).Rainhas medievais de Portugal. Dezassete mulheres, duas dinastias, quatro séculos de História(en portugués). Lisboa: A esfera dos livros.ISBN978-989-626-261-7.