Desde laprehistoria, el hombre ha estado presente en la región, tras asentarse durante elPaleolítico. Sin embargo, los restos encontrados en la ciudad son muy extraños,[aclaración requerida] ya que este territorio fue azotado por las fuertes fluctuaciones de la costa, en relación con alternancia de periodos glaciales e interglaciales.
En la ciudad, varios depósitos dan testimonio de la presencia de hábitats en elNeolítico y laProtohistoria (Edad del Cobre yEdad del Bronce). Los primeros pueblos que se asentaron en la zona fueron los Ligures d'Agde y losíberos, luego al siglo III a. C., y se establecieron allí un pueblo celta conocido como losVolcas tectósages.
El lugar donde se asienta Agda fue frecuentado por losfenicios deMarsella alrededor del 600 a. C. Desde el año 400, la ciudad se convirtió en una colonia massaliote. Los griegos proporcionaroncereales,lana, piedras de construcción yesclavos, por lo que Agda fue uno de los puertos marítimos más importantes de laGalia. Los griegos introdujeron las técnicas de producción deaceite de oliva y elvino. También obtuvieron beneficios del tráfico desal, abundante a lo largo de los estanques de la región.
Durante la conquista romana, Agda (en latín: Agatha)[7] fue un centro de entrada y salida por el este deHispania. Agda era una de las ciudades más importantes y un paso obligatorio si se viajaba deRoma a cualquiera de las localidades de lapenínsula ibérica.
Tras lacaída del Imperio romano en el año 476 d. C., el pueblofranco se asentó en todo lo que fue la antigua Galia. Tras la muerte dePipino el Breve y la coronación de su hijo y sucesorCarlomagno, Agda fue el lugar donde estableció el rey su campaña para crear laMarca Hispánica. Tras la muerte de Carlomagno y de su hijoLuis el Piadoso, el reino fue dividido y Agda entró parte del reino deCarlos el Calvo. Durante la Edad Media, losvikingos atacaron en numerosas ocasiones la zona, dejándola muy vulnerable.
↑abPedro Labernia y Esteller (1850). «Nombres de reinos, provincias, ciudades, pueblos, islas, montes y ríos».Diccionario manual de la lengua castellana con la correspondencia latina. Barcelona: Imprenta del Porvenir. p. 1221.