Ayer en la mañana murió en Barcelona la ex bailarina, profesora y editora de danza Pastora Martos (La Coruña, 1929), cuyo verdadero nombre era Pilar Llorens. Pastora, catalana de adopción desde los 13 años, se caracterizó toda su vida profesional por un enorme tesón y laboriosidad ante los múltiples empeños a los que se enfrentó.Su carrera artística como bailarina de danza española se distinguió por su refinamiento y cultura, y desde muy temprano conjugó la experiencia del ballet académico con la danza escénica española y el folclore catalán, del que era una amplia conocedora; Martos formó parte durante varias temporadas de la compañía de Antonio Ruiz Soler, donde llegó a interpretar destacados papeles solistas, y a partir de allí empezó a acumular una experiencia que luego volcó con generosa entrega a través de su escuela en San Cugat del Vallès.

Pilar Llorens demostró otra faceta en la que la danza española le debe estar agradecida para siempre: como historiadora y editora de una revista, además de su papel como crítico de la especialidad. La revista Mont Salvat comenzó a funcionar de manera muy modesta entre fines de los años setenta y principios de los ochenta, y poco a poco se convirtió en una importante referencia de lo que sucedía en todas las esferas del baile, no sólo en Cataluña, sino en toda España, y a la vez lo que sucedía en el extranjero con artistas españoles. Mont Salvat cambió de formato en varias ocasiones y Pastora Martos luchó denodadamente por mantenerla, lo que no fue posible por estrictos problemas económicos.

Archivo y voluntad

El único libro importante y cronológico que se ha escrito sobre el baile teatral en Cataluña lo hizo Pastora Martos basándose en su propio archivo, en su voluntad de historiadora y en su patrimonio iconográfico: La historia de la danza en Cataluña fue patrocinada por una entidad financiera y se convirtió enseguida en un texto de referencia, a pesar de ciertas lagunas y olvidos, por los que fue en su momento duramente criticada. La fuerza demostrada por Pastora Martos quedó patente cuando, ya herida mortalmente por la enfermedad, se desplazaba hasta Madrid para ver los estrenos del Ballet Nacional de España, donde ya despegaba con una prometedora carrera su hija, la bailarina Gala Vivancos, que protagonizó La Celestina en su estreno en el Teatro Real la temporada antepasada.Pastora Martos era una profunda conocedora del folclore catalán, y así, habitualmente formaba parte de jurados de esta especialidad; su interés también la llevó a profundizar en la Escuela Bolera o Baile de Palillos, estilo que se preciaba de haber interpretado en sus años activos como bailarina. Martos también estuvo ligada al Gran Teatro del Liceo en varias ocasiones de su vida y en distintas facetas. Su pérdida pone en luto riguroso a toda la profesión de la danza española, pues su partida resulta una pérdida insustituible.