Max Reinhardt y Carl Mayer. Una escena de Kammerspielfilm
Mientras el expresionismo evolucionabarápidamente con nuevos efectos de iluminación, decorados mas perfectos y, enalgunos casos, escenarios naturales, surgió otra corriente dentro de la escuelaalemana, una reacción realista inspirada en las experiencias escénicas desarrolladasporMax Reinhardten elKammerspiel o Teatrode cámara. Se trata delKammerspielfilm (1), que abandona los temas fantásticos y los decoradosexpresionistas, para intentar una aproximación al drama cotidiano de unospersonajes sencillos, inmersos en un espacio reducido, la modesta vivienda,que, sin más atributos, adquiere aquí un carácter claustrofóbico.
Esta propuesta fue impulsada, en gran medida,por la labor del guionistaCarl Mayer, cuyos dramas resultaban a vecessimplistas y algo teatrales. Directores importantes se sintieron atraídospor esta corriente del expresionismo, en la que aportaron al cine alemánalgunas de sus más grandes obras cinematográficas.
F.W.Murnau: fotogramas de El último y Fausto
Tal es el caso deF.W. Murnau, que conEl último(Der letzte Mann (2), 1924), condujo con talento al cine alemán del expresionismo al más puro realismo social. Peroademás, no dejó de innovar en el lenguaje plástico aportando a la narración ladinámica de una cámara en constante movimiento, ya fuera a través de travellingssubjetivos (atando la cámara al pecho del operador) y travellings circulares o demovimientos de grúa (ubicando la cámara en el extremo de una escalera deincendios). De este modo, conMurnau, la cámara quedó definitivamente liberadade su estatismo. TrasTartufo(Tartüff,1925), adaptaciónlibre de la obra deMolière, yFausto (Faust, 1926), Murnau, que se encontraba en el momento más alto de sucarrera, abandonó su país y, como tantos otros, marchó a Hollywood.