Hay vocaciones que son fácilmente encauzables a través de diferentes títulos universitarios o de formación profesional. No es el caso de la Politíca. Aunque la licenciatura de Derecho y la de Ciencias Políticas parecen ser las más afines —los seis presidentes del Gobierno de la democracia estudiaron Derecho: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy—, lo cierto es que para ocupar un escaño en un Parlamento o ser alcalde de una ciudad no es necesario disponer de estudios específicos. Ni siquiera de estudios.

De acuerdo con el artículo 11 de la Ley del Gobierno, para ser miembro del Ejecutivo basta con «ser español, mayor de edad, disfrutar de los derechos de sufragio activo y pasivo, así como no estar inhabilitado para ejercer empleo o cargo público por sentencia judicial firme». Ello explica que no todos los políticos que han gobernado el país fueran a los 24 años el registrador de la propiedad más joven de España, como el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o Premio Extraordinario Fin de Carrera, como la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Abundan los ejemplos de dirigentes que, sin estudios universitarios, se han situado al frente de algún Ministerio. José Blanco comenzó la carrera de Derecho, pero nunca terminó, lo que no le impidió ser diputado, senador, ministro de Fomento y hasta vicesecretario general del Partido Socialista. Ministro de Trabajo e Inmigración fue también Celestino Corbacho, un «profesional del comercio» sin ninguna titulación superior, según el currículum que figuraba en la web del Ministerio que dirigió. No obstante, también hubo dobles titulados en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como Pedro Solbes (Ciencias Políticas y Derecho) o César Antonio Molina (Derecho y Ciencias de la Información).

Otros políticos sin estudios universitarios son Cayo Lara, líder de Izquierda Unida y agricultor —sin formación académica posterior a la escolar—, o la cofundadora y portavoz de Unión, Progreso y Democracia, Rosa Díez, que es Administrativa.

Los alcaldes, los menos preparados

El último estudio del Ministerio de Política Territorial correspondiente a las elecciones locales de 2007 evidenciaba que el perfil del concejal español consistía en un v arón de entre 26 y 45 años con estudios elementales, según los datos extraídos del Registro de Representantes Electos del Ministerio. Solo el 12,62 por ciento había concluido una licenciatura o doctorado. Sigue siendo habitual que accedan a los ayuntamientos políticos sin preparación, sobre todo en los pueblos pequeños.

Sirva de ejemplo la provincia andaluza de Granada, donde solo 36 de los 187 alcaldes tiene una licenciatura universitaria —principalmente, la de Derecho— según un estudio del Ministerio de Administraciones Públicas en Granada.

Prueba de que para dedicarse a la política no es necesario cursar una titulación relacionada con las Ciencias Jurídicas es el caso de Alfredo Pérez Rubalcaba, actual líder de la oposición al frente del PSOE, que es Doctor en Ciencias Químicas.

Otros perfiles «curiosos» son el de Alfonso Guerra, licenciado en Filosofía y Letras y en Ingeniería Técnica Industrial, dos titulaciones ya bastante dispares entre sí, o el de Íñigo Urkullu, candidato a lendakari del PNV, que tiene la Diplomatura en Magisterio con la especialidad de Filología Vasca.

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