En los últimos años, la palabra “enoturismo”, se ha incorporado definitivamente a nuestro vocabulario. Una nueva forma de turismo temático de carácter rural y con el vino como eje fundamental. En líneas generales, por enoturistas se entiende a las personas aficionadas al vino (no profesionales) que tienen un interés cultural hacia este producto y aprovechan vacaciones o tiempo libre para conocer zonas vitivinícolas, visitar bodegas, aprender los procesos de la elaboración e incluso vivir cerca la experiencia de la vendimia. Pero ¿Cuáles son las motivaciones para que una firma vinícola decida embarcarse en esta aventura, en algunos casos con la necesidad de realizar inversiones cuantiosas?. La razón más evidente es la económica.
Sea ésta o no la motivación principal, la realidad es que la mayoría de las bodegas han visto en el enoturismo una forma de publicitar de una manera mucho más rentable sus vinos y de fidelizar a los clientes.